El Alavés se hace con Toquero

Toquero encarna el contraste más nítido entre los futbolistas de la era actual. El delantero alavés cautivó a la hinchada de San Mamés con su infatigable entrega, sus carreras interminables y su inagotable oxígeno. Su vertiginoso ascenso, desde Segunda B a Primera, sólo podía comprenderse con sudor, ya que pocos confiaron en que su fútbol pudiera tener un hueco en la máxima élite. En poco tiempo, el ariete logró ser el futbolista más ovacionado, y conquistó la retina y la memoria de los aficionados del Athletic con un tanto en la histórica semifinal de Copa de 2009 contra el Sevilla y con el gol que hizo soñar a los seguidores con el primer título en 25 años en la final de aquella misma edición, ante el Barcelona, que los rojiblancos terminarían perdiendo por 1-4.

Toquero llegó a alcanzar la condición de titular a pesar de no tener la técnica más depurada, no ser tácticamente impecable y gozar de un olfato goleador corriente. Convenció a Joaquín Caparrós con su entrega y con sus carreras a por la pelota, a Marcelo Bielsa por su pundonor y capacidad de presión, y a Ernesto Valverde, durante el primer año, por su don para revolucionar el encuentro gracias a su comunión con la grada. Toquero logró cumplir un sueño que parecía remoto cuando jugaba en Las Llanas y más aún cuando se enfundaba la albiazul de las categorías inferiores del Alavés. En los últimos años, sin embargo, su figura y su encomiable historia se han diluido junto con sus números, que le han situado a la cola de la plantilla bilbaína en cuanto a protagonismo.

Valverde siempre tuvo claro que Aduriz era el punta incondicional y nunca llegó a ver a Toquero en la banda. Para eso ya tenía a Muniain, Ibai, Susaeta y Williams. Las participaciones de Toquero se limitaban a escenarios muy concretos al comienzo de la etapa de Valverde. Y a continuos descartes en los últimos meses. El delantero lució de rojiblanco por última vez el 7 de marzo y entró ya con el tiempo cumplido. En realidad, durante la última campaña, sus únicas apariciones reseñables fueron 24 minutos ante el Elche, 9 contra el Celta y 13 contra el BATE Borisov en la Champions. Ahora tiene ante sí un nuevo reto, que afrontará con el carácter que se le conoce. Con fiereza de exleón y con ganas de comerse en mundo.