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A Juan Ramón López Muñiz la llamada del Alavés le pilló «viendo la jornada». Había visto, de hecho, la derrota del conjunto albiazul en Valladolid. «No sabía nada de que pudiera haber un cambio. Todo se ha precipitado en las últimas horas», explica. Una negociación ... exprés. Y un contrato de quince días. Sin cláusula de renovación automática en caso de permanencia. «No hemos hablado nada. Lo prioritario es conseguir el objetivo y después se valorarán las situaciones. Ojalá estén contentos con nuestro trabajo y podamos seguir el máximo tiempo posible».
No tuvo «ninguna duda», en cualquier caso, a la hora de hacer las maletas rumbo a Mendizorroza. «Cuando vi el calendario dije: 'voy a jugar de nuevo contra Madrid y Barcelona, voy para allá de cabeza'. Es fácil tomar una decisión de este calibre, porque vengo a un buen equipo, en una buena ciudad y con una buena afición. Nos debemos a ellos y les tenemos que dar una alegría». Y lo primero que hizo como entrenador alavesista fue «mandar un abrazo a Asier (Garitano)», porque «sé por experiencia que estos momentos son delicados».
contrato de quince días
«Y aprovecharemos todo el trabajo que dejado aquí para poder conseguir el objetivo», precisa el asturiano. Consciente de que su trabajo ahora es más psicológico que táctico. «Es fundamental que el estado anímico cambie, convencer al jugador de que lo que hizo en la primera parte de la Liga se puede volver a hacer. Tácticamente intentaremos dar nuestro toque, nuestros matices, pero sabiendo que no puedes trabajar como en pretemporada».
«Por suerte, partimos con ventaja, no estamos en tan mala situación», subraya el nuevo técnico albiazul. Seis puntos de renta sobre los puestos de descenso, convertidos en siete por el average favorable con el Mallorca. Pero ésta «es una liga diferente, extraña», avisa. «Quizás el equipo se vio con el objetivo conseguido antes de finalizar y después del parón cuesta coger el ritmo y ya no tienes el apoyo del público, que es fundamental». De este modo, «la salvación que hace tres meses veías casi hecha ahora te genera dudas».
«Y eso es lo que debemos quitarnos de la cabeza». Toca «replantearse situaciones». Y lo primero es «comprender que quedan quince días y hay que dar todo lo que llevamos dentro, sin escatimar nada». A partir de ahí, Muñiz ve mimbres suficientes «para conseguir el objetivo sin problemas». Le gusta lo que tiene entre manos. «Es un equipo trabajado en los aspectos tácticos, tiene una base estupenda, tenemos mucha velocidad y podemos hacer daño con espacios. Tenemos buenos delanteros, pegada, experiencia... Muchas virtudes».
Quiere un equipo «compacto, difícil de superar». Pero insiste, la clave es «cambiar la dinámica, que el equipo no se venga abajo al primer golpe, que sea anímicamente fuerte, quitar de en medio ese pesimismo, esa sensación de fatalidad de que todos nos ocurre a nosotros, hay que saber superar los fallos». Y, sobre todo, premisa innegociable en su ideario futbolístico, «que sea un equipo dentro del terreno de juego, que haya compañerismo y solidaridad».
Empezando por el partido del viernes ante el Real Madrid, el estreno más complejo posible, en casa del líder. «No hay que tener miedo en ningún campo, no podemos pensar que nos quedan tres partidos, no podemos renunciar a ninguno», destaca el nuevo técnico albiazul, que en Valdebebas pide a su equipo «que dé la cara, que nadie ahorre el mínimo esfuerzo», porque «tenemos nuestras opciones».
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