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Luis García celebra el triunfo junto a sus jugadores. Prensa2

Valencia 0-1 Alavés

El merecido premio a una gran temporada

El Alavés de Luis García corona su obra en Mestalla con otro ejercicio de solvencia que saca brillo a su fútbol sin complejos

Iñigo Miñón

Vitoria

Domingo, 5 de mayo 2024, 22:37

No puede llevarse otra nota la temporada del Deportivo Alavés. Posiblemente ni el más optimista de sus aficionados habría acertado a pronosticar que el equipo albiazul, recién ascendido, con el límite salarial más bajo de la categoría y plagado de debutantes en Primera, sellara la ... permanencia matemática con cuatro jornadas de antelación, algo que no ocurría desde el segundo año de Abelardo en Mendizorroza. Quizás haya sido ese uno de los secretos, la ilusión infinita de un grupo humilde, el hambre del bloque joven y en crecimiento constante que Luis García Plaza y Sergio Fernández empezaron a esculpir la temporada pasada en Segunda División.

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Qué manera de competir. Con orgullo, con carácter, con mucha personalidad. Donde sea y ante quien sea. También en el campo de un Valencia que competía por Europa (0-1). Tercera victoria consecutiva del equipo albiazul tras las conseguidas en Mendizorroza contra el Atlético y el Celta. La merecida recompensa a una gran temporada. Y su fiel reflejo. El Alavés jugó a lo que quería jugar. Sin dudas ni complejos. Y salió a mandar en un estadio tan complicado como Mestalla. Fiel a ese compromiso que le ha llevado en volandas durante todo el ejercicio. Un equipo en el más amplio significado de esa palabra.

Si Ander Guevara, Luis Rioja y Samu Omorodion no pasan por su buen momento, ahí están Benavídez, Giuliano y Kike García, que en Valencia volvió a dejar claro que sabe muy bien de qué va este juego. Golpe de timón del entrenador cuando hace algunas semanas asomaron algunas dudas que seguramente no se merecía este Deportivo Alavés. Un equipo de autor que sabe levantarse cuando se cae. Lo hizo la temporada pasada en Segunda y lo ha hecho ésta en Primera. A tres derrotas seguidas le siguen tres victorias consecutivas. Y menudas victorias, las tres con la portería a cero (seis goles a favor y ninguno en contra).

Cambios en el once

El golpe de timón del técnico ha desembocado en tres victorias seguidas con la portería a cero

«Vamos conseguir la permanencia por nuestros méritos, no porque otros equipos pierdan partidos», arengó Luis Rioja a sus compañeros en el vestuario antes del partido. Dicho y hecho. Tres puntazos para sumar 41. Una cifra que supondría la salvación en cualquier temporada. Los méritos propios a los que aludía el capitán albiazul, que vivió una jornada especial después estrenar paternidad el sábado -se sumó ayer a la expedición alavesista en Valencia-.

Los méritos de una excepcional temporada que premia la constancia de Gorosabel, la inteligencia de Guevara, el crecimiento de Javi López, la madurez de Sivera, la generosidad de Guridi, la experiencia de Kike, la paciencia de Giuliano... La disposición de jugadores como Duarte, Tenaglia o Benavídez, que acatan sin rechistar nuevos roles en beneficio del grupo. Ahí, en la nave capitaneada por Luis García, caben todas las virtudes particulares que, juntas, han hecho de este Alavés un equipo reconocible y con las ideas muy claras por encima de los nombres de las once camisetas elegidas para cada partido.

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En Mestalla el partido se ajustó más al plan que había ideado el entrenador albiazul que al diseñado por su homólogo valencianista. Pese al intenso inicio -disparo alto de Diego López (m. 5) y remate al palo de Kike (m. 6)-, la primera parte no ofreció demasiadas ocasiones claras más, pero el conjunto babazorro dejaba una imagen de equipo muy solvente. Jugando en campo contrario, activo en la presión y pisando área más que un aspirante a Europa que fiaba sus opciones a la contra.

Después decantó el partido una acción de estrategia ejecutada a la perfección -primer gol de Javi López con la camiseta albiazul- e hizo el resto el saber estar de un equipo que supo mantener la calma cuando el juego se empezó a descontrolar tras el gol anulado a un Valencia que arremetía con más corazón que cabeza. Momentos para todos y para todo. Saber ser yunque y martillo en función de las demandas de cada encuentro. Adaptarse a todo tipo de situaciones. El equipo camaléonico que reclamaba Luis García cuando llegó a Mendizorroza no ha parado de progresar.

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La única duda ahora estriba en saber si, tras un ascenso épica y una permanencia inesperadamente confortable, el autor de esta magnífica obra -o uno de sus principales responsables- va a continuar escribiendo más de estos capítulos en Mendizorroza. Luis García termina contrato en junio y el club no quería tratar su renovación hasta tener atada la permanancia matemática. Ésta llegó en Mestalla y las conversaciones entre las partes no se pueden posponer más allá de esta semana. El entrenador aprecia «buena sintonía», la que marcan el gran rendimiento de este sólido bloque futbolístico y la consecución de un objetivo que no por holgado deja de ser muy complicado. La permanencia en Primera se debe celebrar.

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