Al mercado, solo por obligación

El Alavés ha actuado en los últimos años como uno de los animadores del mercado de la clase media. Es cierto que su actividad suele descender en el periodo de traspasos invernal, pero ha introducido un par de retoques desde que regresó a Primera. En el primer curso fueron Rodrigo Ely, que le permitió a Pellegrino perfeccionar el sistema con tres centrales, y Óscar Romero, llamado a convertirse en uno de los hombres más desequilibrantes en el once albiazul. El esfuerzo fue mayor la pasada campaña, cuando el club recurrió a John Guidetti y Hernán Pérez para fortalecer su aspiración de lograr una remontada histórica por la permanencia.

Aunque el objetivo estaba más o menos encarrilado en ambos precedentes, el Alavés nunca se había presentado ante una situación de bonanza deportiva como la actual, por lo que su rol será mucho más pasivo y contemplativo que en los años anteriores. Eso sí, el escenario daría un vuelco absoluto en caso de que viera casi imposible renovar a Ibai Gómez y se le presentara una oferta convincente, superior a los dos millones de euros. En este sentido, el club albiazul debería rediseñar su postura en el mercado y tomar la iniciativa para encontrar relevo a uno de sus jugadores capitales.

Ibai, al igual que Jony, carece hoy de recambio específico que mantenga el nivel de juego y efectividad del Alavés. Puede que sea por el extraordinario nivel que han mostrado los dos extremos, o porque las posibles soluciones a su ausencia poseen características muy distintas. Burgui es un futbolista más técnico y regateador; Sobrino puede actuar como solución puntual en la banda, donde su velocidad le sirve de gran ayuda pero nunca será su posición natural. Y Twumasi, una de las apuestas albiazules a largo plazo, permanece casi inédito en la Liga. Ibai y Jony se encuentran entre los tres jugadores más empleados por Abelardo en Liga, superados solo por el incombustible Laguardia. En caso de perder al bilbaíno, por lo tanto, los albiazules se verían obligados a mover ficha.

Pero si el Alavés consigue resolver la renovación de Ibai o no recibe ninguna propuesta satisfactoria, tan solo activaría una operación si la encuentra beneficiosa a largo plazo. Es decir, si halla un delantero de futuro que pueda paliar la marcha de Calleri y Borja Bastón (ambos se encuentran cedidos), un extremo zurdo para sustituir a Jony o un lateral derecho como relevo de Vigaray (finaliza contrato), entre otros. Todos esos movimientos, no obstante, deben originarse por descartes o rebajas de terceros, ya que en principio los vitorianos no se lanzarán a por ningún futbolista.

El Alavés, por lo tanto, puede emplear las próximas semanas o meses para apuntalar las piezas fundamentales de su proyecto, como Pacheco, Laguardia, Wakaso y Duarte, que finalizan contrato en 2020, y, sobre todo, Ibai Gómez, que en cuestión de días estará legitimado para negociar con cualquier club. La entidad albiazul, en este sentido, enviará su propuesta al extremo bilbaíno durante los primeros días de enero, poco después de regresar a los entrenamientos. De esa operación dependerá gran parte de los próximos movimientos que realizará el Alavés en el mercado invernal.