Mendizorroza pide una última sonrisa

El estadio albiazul estará impregnado de cierto aroma de despedida de manera inevitable. Además de la campaña, que se consumirá ante un Girona que persigue un milagro sin precedentes para salvar la categoría, los hinchas vitorianos dirán adiós a un nutrido grupo de jugadores y a la era Abelardo, que comenzó con una salvación histórica y ha terminado por rozar la clasificación europea. Los Jony, Calleri, Diego Rolan y Vigaray, que acaba contrato, lucirán la camiseta albiazul por última vez, al menos hasta que el club trate de sellar alguna continuidad con un traspaso. Por su lado, hombres como Brasanac, sancionado, o los lesionados Bastón e Inui han podido disfrutar ya sus últimos minutos como locales en Mendizorroza.

El Alavés contará esta noche con 18 jugadores disponibles exactos para bajar el telón de la Liga, incluidos algunos hombres casi inéditos, como Adrián Marín y, sobre todo, Álex Blanco. Y es que a los recientes contratiempos de Inui y Maripán, que se despidieron de la temporada hace más de una semana, se han unido las últimas ausencias que dejan casi en cuadro el once albiazul. Lo más probable, en este sentido, es que Abelardo opte de nuevo por Martín como extremo, mientras que la principal incógnita se encuentra en el acompañante de Calleri, donde Rolan y Guidetti son los únicos candidatos.

El Alavés trata de poner un broche digno a una temporada que ha amagado con dejar un registro histórico o un inesperado regreso a Europa por la puerta grande. Pero, sobre todo, para vivir una última fiesta en el templo vitoriano, inexpugnable durante toda la primera vuelta y que solo ha celebrado un triunfo en la segunda, frente al Levante en febrero.

Es cierto que la mala racha de los últimos meses quedará en un segundo plano, ya que el tiempo se encargará de remarcar la importancia de una posible décima plaza y el registro dorado de los 32 puntos en la primera vuelta. No obstante, el regusto inmediato que dejaría la presente campaña sería de cierto desaliento por el reventón que ha sufrido el equipo en la recta final. Mendizorroza suspira por una última sonrisa para despedir la campaña con la satisfacción que se merece.