La ampliación del campo de Mendizorroza es uno de los muchos pilares sobre los que pretende levantar el Alavés su futuro más o menos próximo. Había un proyecto de reforma hasta las 27.000 localidades, también cerró hace tres años la financiación de los 55 ... millones de euros que costaría su construcción mediante un acuerdo con las instituciones (Ayuntamiento, Diputación y Gobierno vasco) y casi se estaba a la espera de ponerse manos a la obra. Pero llegó la pandemia y los planos se retiraron a un cajón porque las prioridades sociales pasaron a ser otras muchísimo más acuciantes y de salud pública.
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A día de hoy, el asunto está parado. ¿Olvidado, quizás? No. «Estamos en una fase de reflexión con el Ayuntamiento», se insistió ayer desde el consejo de administración en el curso de la junta anual de la sociedad anónima. Parecidos términos a los que empleó Josean Querejeta, el gestor líder del Grupo Baskonia-Alavés, en la entrevista publicada por ELCORREO el día de Nochebuena.
Los accionistas
De Mendizorroza hablaron anoche el presidente albiazul, Alfonso Fernández de Trocóniz; como también el director institucional, Jesús Vázquez, y varios pequeños accionistas se quejaron de goteras, otras incomodidades, inaccesibilidad, inseguridad... De más defectos y deterioro estructurales de una instalación vieja por mucho que se reparara con el último ascenso a Primera, parcheada sobre otros parches, que ha desaparecido de la agenda política. Ose va a otra actuación de «chapa y pintura», como la definió Trocóniz, o se apuesta por una remodelación integral que, además de satisfacer al público, atienda también a la idea del Alavés de abrir en torno al recinto de fútbol nuevas áreas de negocio con establecimientos comerciales «exclusivamente vinculados a la actividad deportiva», se aclaró. «No había en el proyecto ni un metro cuadrado no relacionado con el campo, con el deporte», advirtió Vázquez.
Por de pronto, como se desveló en la asamblea, y mientras no haya obras a la vista, el Alavés y el Ayuntamiento tendrán que negociar pronto un nuevo convenio de uso del estadio municipal. El documento en vigor caduca dentro de un año. El histórico acuerdo contempla el canon anual que abona el club a las arcas vitorianas a modo de alquiler y su tiempo de duración, entre otras muchas consideraciones.
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No solo Mendizorroza mereció la atención de los ochenta asistentes a la junta. También cuestionaron a la directiva sobre el arreglo de Ibaia, la censuraron por «alejarse cada día más de la masa social» y cargaron contra ella por el 4% del presupuesto del Alavés que se sigue destinando al Baskonia y por las inversiones en el Bakh, el Istra croata y la universidad Euneiz.
Respuesta a las quejas
Un asistente habló de «un compendio de una feria de vanidades» después de escuchar largamente los muchos proyectos del club, otro lanzó la acusación de «vender humo» y los hubo que aprecian «una actitud deportiva rácana» a la hora de encarar con decisión el pretendido ascenso. «Aceptamos las críticas», respondió pausado el presidente. «Somos los mismos de Segunda B, de Segunda, de la final de Copa y de los seis años en Primera», defendió Trocóniz al final de un cónclave con unos cuantos capítulos tensos entre el auditorio y la mesa.
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