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Los días raros esconden gestos extraordinarios. También esta cuarentena coronavírica. También el habitualmente frenético mundo del fútbol, que ahora tiene tiempo para pensar. Para observarse hacia dentro y mirar hacia fuera. Lo ha hecho Pere Pons, que en este atribulado presente otea el futuro ... sin olvidar el pasado: en color albiazul entrena diariamente en casa para volver en aceptable forma física, cuando sea; pero su memoria piensa también en el rojiblanco del Girona, donde se crió, su hogar durante 16 temporadas.
El centrocampista catalán cambió el verano pasado Montilivi por Mendizorroza. Nueve meses después, en los días raros, ha tenido un gran gesto con sus excompañeros, como desveló el diario catalán L'Esportiu: les ha cedido las bicicletas del gimnasio que abrió hace año y medio en Celrà, una localidad situada a escasos 15 kilómetros de la capital gerundense, para que los futbolistas rojiblancos puedan seguir entrenando durante el confinamiento.
El Girona, que llegó a la interrupción liguera en puestos de play off de ascenso a Primera (quinto), realizó su último entrenamiento de campo el viernes 13 de marzo. Tenían previsto retomar el trabajo el martes 17, pero la pandemia lo ha impedido. Como sucede en el Alavés, el cuerpo técnico rojiblanco diseñó un programa de entrenamiento para sus jugadores, que se repartieron las bicicletas estáticas que había en el gimnasio de La Vinya, la ciudad deportiva del club catalán, pero no había suficientes para todos.
La solución la tenía Pere Pons, que se ofreció a ceder el material necesario para facilitar el trabajo a sus excompañeros. Las raíces rojiblancas del albiazul son profundas. No en vano, llegó al club en edad alevín, procedente precisamente del Celrà, donde en 2018 inauguró junto a un socio su gimnasio, a solo 5 kilómetros de Sant Martí Vell, el pequeño pueblo de 250 habitantes donde nació y vivió junto a sus padres hasta hace apenas tres años, cuando ya se trasladó a la capital. Tras pasar por todas las categorías inferiores, el jugador albiazul debutó en Primera con la camiseta del Girona en agosto de 2017, con 24 años.
El pasado verano fichó por el Alavés a cambio de 2 millones de euros, pero la entidad de Montilivi se guardó en la operación una opción preferente de recompra del futbolista, de unos 4 millones, en caso de descenso del conjunto vitoriano. Con el equipo vitoriano ha participado en 22 de las 27 jornadas ligueras, pero solo en cinco ocasiones ha partido como titular.
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