Panorámica de Mendizorroza ya con hierba natural a mediados de los años 20. Debajo, una alineación del Sestao Sport de aquella época. Fundación Sancho el Sabio
Historias en albiazul

A vueltas con el césped de Mendizorroza

Un amistoso entre el Alavés y el Sestao Sport estrenó la hierba en el estadio vitoriano en mayo de 1925

Miércoles, 1 de marzo 2023, 19:54

Entre los cambios producidos en el fútbol a lo largo de la historia destaca la mejora de la superficie sobre la que rueda el balón. La introducción de la hierba artificial en categorías inferiores y el cuidado de los estadios profesionales pese a las dificultades ... que suponen la escasa lluvia o el frío invernal han hecho olvidar aquellos terrenos de tierra, barro o hierba irregular en los que ha discurrido parte de la historia del Deportivo Alavés.

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De hecho, cuando se diseñó Mendizorroza, uno de los desafíos fue lograr una perfecta superficie de hierba. Técnicamente no era tarea fácil y, de hecho, al empezar a disputarse partidos en el campo, aún sin inaugurarse oficialmente, el rectángulo de juego todavía era de tierra. En diciembre de 1923, la junta directiva albiazul anunció que pensaba plantar hierba en invierno con idea de que estuviera lista para mayo, coincidiendo con la primavera. Sin embargo, en febrero de 1924 la prensa explicó que el proceso se había frenado pues primero era necesario instalar un buen sistema de drenaje.

Panorámica de Mendizorroza ya con hierba natural a mediados de los años 20. Fundación Sancho el Sabio

El encargado de su diseño fue el ingeniero agrónomo Alberto Martínez de Aragón, inspector técnico municipal de paseos, jardines y arbolado. Conocido por sus ideas izquierdistas, fue vilmente asesinado el 18 de septiembre de 1936 durante la Guerra Civil. Tal y como explica Javier Gómez Calvo, Martínez de Aragón fue muerto «en el parque de La Florida por un trabajador de la Metalúrgica Ajuria, cuando de forma imprudente salió de su domicilio. El victimario, un antiguo anarquista pasado al carlismo, sorprendió a Martínez de Aragón celebrando lo que este creyó victoria republicana tras el primer bombardeo de la ciudad».

En 1924, nadie podía prever el trágico final del artífice del césped de Mendizorroza. Para lograr una calidad contrastada, el material de drenaje se compró a la conocida fábrica de Valladolid 'La Cerámica', que ofrecía los mejores productos. Tratando de acelerar el proceso, la directiva se dirigió a varias personalidades conocidas de la ciudad castellana para que pusieran «a disposición de la 'Cerámica' de aquella localidad, a cuya fábrica se han encargado los tubos de saneamiento del mencionado campo, los vagones necesarios para su rápido transporte por la Compañía del Norte, creyendo fundadamente que a fin de este mes podrán estar terminadas las mencionadas obras de saneamiento, quedando así convertido nuestro campo en uno de los mejores de la Península».

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Una alineación del Sestao Sport de los años 20 del pasado siglo. Fundación Sancho el Sabio

Pese a este esfuerzo, ello suponía esperar al año siguiente para poder plantar la hierba en Mendizorroza. No es extraño que cuando el Alavés se enfrentó al Athletic en un amistoso en San Mamés en noviembre de 1924, el equipo babazorro tuviera dificultades por no estar acostumbrado a jugar sobre una superficie herbosa de calidad. Por fin, en enero de 1925 se sembró la hierba, estrenándose el nuevo césped en mayo con un partido contra el Sestao Sport. El campo estaba «preciosísimo: una alfombra de hierba en la que los jugadores se encargan de tejer caprichosos dibujos». Esta vez ganaron los visitantes y, una vez más, las crónicas señalaron que pudo influir el perfecto estado del terreno de juego porque los albiazules no estaban habituados a que la pelota botara tan bien.

A partir de ese momento, Mendizorroza disfrutó de un césped de calidad, que sin embargo se descuidó con el paso del tiempo. En la posguerra, el propio presidente albiazul se implicó para recuperarlo, acudiendo a mercados muy difíciles, en pleno aislamiento internacional de la España franquista. En abril de 1949, «el presidente del club, don José María Aresti, pensando en la próxima temporada y en la realización de las obras en el terreno de juego, ha pedido a Inglaterra semilla de la hierba que ha de plantarse en nuestro viejo campo». Fue el inicio de una mejora que se completó en 1953 con un terreno de juego increíble para los espectadores habituales, que alabaron «la verde hierba que nos daba sensación de algo nuevo».

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