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El 16 de junio de 1968 el Deportivo Alavés, tras varios años en Tercera, logró el ascenso a Segunda División. Este triunfo fue acogido con gran ilusión, aunque enseguida aparecieron algunas dudas sobre su viabilidad económica, sobre todo porque la Liga se reestructuraba ese año para crear un solo grupo en la categoría de plata, lo que implicaba más gastos de desplazamiento.
Casi todo el mundo pensaba que el ascenso interesaba porque muchos negocios se iban «a beneficiar de las grandes jornadas deportivas que nos esperan». Pero, además, el Alavés iba «a pasear los símbolos de la provincia y de la capital por un amplio sector de la geografía española. Un reclamo magnífico». Sin embargo, también había aguafiestas que creían que económicamente no convenía subir. El propio presidente del club, Juan Gorospe, reconoció al día siguiente del ascenso que en ese momento empezaban «los problemas» para el club, en su aspecto económico, aunque lo importante era «la satisfacción de haber devuelto al Deportivo Alavés a su sitio».
El periodista Jesús Ecenarro lo resumió así: «No pensemos que el camino a recorrer es fácil ni mucho menos. Nos hemos metido en una Segunda División cuyo recorrido está sembrado de espinas. Una Segunda que resultará un verdadero quebradero de cabeza en el aspecto económico».
Ajeno a estos problemas, la masa social respondió desde el principio. El número de socios se multiplicó por más de dos en unos meses, al pasar aproximadamente de 2.100 a 5.400. Era un nuevo récord, puesto que en 1954, con el Alavés en Primera, había rondado los 4.000. Y eso que esta vez las cuotas aumentaron, incluso al doble, pero la gente entendió que era el momento de «vestirnos de señoritos en esta ocasión, ya que antes solamente lo estábamos como proletarios», y era «natural que el cambio de ropaje sea más costoso». Como muestra del entusiasmo existente, algunas empresas ofrecieron pagar a sus obreros y empleados la mitad de la cuota de socio. En total, el presupuesto aprobado fue de algo más de 9 millones de pesetas (casi el doble que la anterior), previendo un déficit de solo 200.000.
Sin embargo, el ambiente comenzó a tornarse sombrío incluso antes de que comenzara la nueva temporada, en septiembre de 1968. Ya el 1 de julio, nada más conseguir el ascenso, se supo que Gorospe dimitía como presidente, tras solo un año en el cargo, alegando que sus obligaciones le impedían seguir al frente de un conjunto de Segunda.
La noticia cayó «entre la afición como un jarro de agua fría». Los demás directivos publicaron una nota en la que hacían constar su desagrado por el proceder de Gorospe, en un momento clave para el club. De momento, asumió el cargo el vicepresidente Fernando Aranzábal, a la espera de una asamblea, que tuvo lugar el 12 de julio. Pese a la tensión existente, esta reunión se celebró «en un ambiente de sensatez y acendrado cariño al club». Para sustituir a Gorospe, la Directiva propuso a su secretario, Jaime Gómez de Balugera. Faltaba el preceptivo visto bueno de los compromisarios y de la Federación, pero la asamblea aceptó la propuesta, pues se trataba de un hombre que «con tanto acierto ha sabido desempeñar su función durante el periodo que ha permanecido en el mencionado cargo».
A nivel deportivo, el Alavés empezó la Liga ganando 4-1 al Jerez, con Mendizorroza casi lleno, pero el once babazorro entró más tarde en un bache que le puso al borde de la debacle. En la octava jornada cerraba la clasificación, tras sufrir varias goleadas. Balugera se movió para buscar soluciones. Dado que no se quería hipotecar al club con gastos desorbitados, la única posible era conseguir la cesión de jugadores, como Búa o Bernal. Pero ni las cesiones ni la posterior contratación del famoso Ferenc Puskás como técnico sirvieron para lograr la salvación del equipo, que al final de la temporada volvió a bajar a Tercera. Se abría así una etapa muy difícil para el Alavés, que al año siguiente terminó en Regional.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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