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Alineación del Alavés de la temporada 1928-29 en Mendizorroza. Fotos: Archivo municipal de Vitoria, 'el Pájaro azul' y Jovi

El polémico cese de Ramón Adarraga

Jueves, 13 de junio 2024, 00:36

Tal y como conté en esta sección la semana pasada, Ramón Adarraga pertenecía a una familia muy vinculada al deporte. En 1928 se incorporó al Deportivo Alavés como entrenador, con la particularidad de que a la vez tuvo ficha de jugador amateur. Su estancia fue ... accidentada y breve. Al principio tenía dudas de si podría acompañar al equipo en sus desplazamientos por su trabajo, por lo que se anunció que dirigiría el once albiazul una 'Comisión de Fútbol' formada también por Ignacio Lascaray y Amadeo García de Salazar. Al final, Adarraga pudo actuar como 'míster' y, aunque las cosas no le fueron demasiado bien en la primera parte de la temporada, nadie esperaba la tormenta que estalló en enero de 1929.

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Todo comenzó con una breve noticia publicada en 'La Libertad' anunciando que el club estaba en negociaciones con José Planas para ser el nuevo técnico babazorro, ya que Adarraga había puesto su cargo a disposición de la Junta «en vista de que sus ocupaciones particulares no le permitían atenderlo con la tenacidad y constancia que él deseara». De inmediato, Adarraga respondió con una dura carta en la que negaba su dimisión y acusaba, sin citarlo, a García de Salazar, el factótum del club, de haber filtrado el rumor a la prensa, de criticar su manera de entrenar, de tratar de fichar a Planas a sus espaldas y sobre todo de modificar las alineaciones que él había previsto en partidos clave disputados fuera de casa.

Ramón Adarraga.

La réplica de 'don Amadeo' no se hizo esperar con otra misiva en la que, tras señalar que todo el mundo sabía que Adarraga se refería «directamente» a él, negaba cada una de sus acusaciones, incluyendo la responsabilidad de la filtración del rumor. Al día siguiente fue la directiva del club la que publicó una nota en la que apoyaba a García de Salazar, en quien había delegado «su suprema autoridad en la dirección técnica del equipo y por consiguiente no se puede decir que dicho señor se haya arrogado atribuciones que no le correspondieran». Además, mostraba «su extrañeza de que cuestiones internas sean sacadas a la luz sin haber dado ningún paso cerca de la Junta».

El todavía entrenador no se amilanó y volvió a replicar en la prensa. García de Salazar había admitido su oposición a usar «como método de entrenamiento los partidos entre semana», propuestos por Adarraga, por ser muy peligrosos para la salud de los futbolistas y porque tampoco mejoraban la técnica, pues «han sido partidos para pasar el rato». Adarraga tomó estas palabras como una prueba de que 'don Amadeo' le había «coaccionado en su labor» y elevó el tono de la crítica, hasta el punto de que 'Heraldo Alavés', al publicarla, decidió suprimir unos párrafos de su carta por considerarlos fuera de lugar.

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Por si fuera poco, Ramón Adarraga también criticó al periodista de 'La Libertad' que había publicado la primera noticia y que casualmente no era otro que Hilario Dorao, el primer presidente del 'Glorioso' en 1921, aunque firmaba con seudónimo. Dorao, ya con su nombre, contestó que le había dolido «el giro que desde el primer momento ha dado usted a una simple gacetilla», que el técnico había calificado de «zancadilla».

Amadeo García de Salazar.

El entrenador dejó el Alavés después de un diabólico cruce de cartas con Amadeo García de Salazar y la directiva en la prensa

Por fin, Adarraga publicó una última nota de réplica a la directiva de la entidad en la que anunciaba, ahora sí, que dejaba de ser entrenador del Alavés. Más tarde, se quejó de no haber recibido el finiquito, pero la polémica no terminó ahí, pues García de Salazar presentó una denuncia por injurias contra Adarraga. Este decía no entender la reacción del prestigioso dirigente del Alavés: «Debe tratarse de una malinterpretación de los escritos que yo dirigí en mi propia defensa, pues está muy lejos de mi ánimo atentar contra la autoridad de la figura más reconocida del foot-ball alavés».

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A partir de ese momento, y hasta final de temporada, el club albiazul actuó sin entrenador oficial, aunque 'don Amadeo' realizaba las alineaciones, mientras el masajista del equipo, San Félix, se encargaba de la parte física.

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