Alavés y Betis jugaron su primer choque en 1928. El torero Ignacio Sánchez Mejía era el presidente bético. Mundo Gráfico y Kutxateka
Historias en albiazul

Contra un personaje mítico

Jueves, 15 de febrero 2024, 00:55

Curiosamente, el primer partido entre el Deportivo Alavés y el Real Betis Balompié no se celebró ni en Vitoria ni en Sevilla, sino en el Metropolitano de Madrid. Tuvo lugar el 25 de diciembre de 1928 y fue un encuentro para ver quién disputaba la ... Primera División, que estaba a punto de empezar. Tras muchas discusiones, se decidió que estrenarían la Liga en Primera los campeones de España hasta entonces (Athletic, Arenas, Real Madrid, Barcelona, Real Unión y Real Sociedad, heredera del Ciclista F.C. de San Sebastián), el Atlético de Madrid, el Europa y el Español de Barcelona. Quedaba un puesto libre y este saldría de un torneo eliminatorio a partido único entre los equipos que en principio iban a formar la Segunda A, entre los que estaba el Alavés.

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Más curioso aún que el lugar del partido es quién ocupaba el cargo de presidente del Betis en esos momentos. Se trataba de Ignacio Sánchez Mejías, un personaje mítico de la historia española del siglo XX. Nacido en Sevilla en 1891, tras tomar la alternativa en 1919 fue, junto a Juan Belmonte o su cuñado, Joselito 'El Gallo', uno de los más famosos toreros de la época. Practicó el polo y el automovilismo, fue actor de cine y autor de obras teatrales. Fue también amigo y mecenas de los poetas de la Generación del 27, integrada entre otros por Federico García Lorca, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda o la vitoriana Ernestina de Champourcin. Falleció en 1934, tras una cogida en Manzanares (Ciudad Real). A su muerte, García Lorca le dedicó la famosa elegía 'Llanto por Ignacio Sánchez Mejías': «A las cinco de la tarde / Eran las cinco en punto de la tarde (…) ¡Que no quiero verla! / Dile a la luna que venga, / que no quiero ver la sangre / de Ignacio sobre la arena».

Pero, además, el famoso diestro -que toreó tres veces en Vitoria, entre 1919 y 1921- fue presidente del Betis entre 1928 y 1929, precisamente cuando el Alavés debutó contra el conjunto verdiblanco. Ese primer partido en el Metropolitano no tuvo mucha historia, pues el once albiazul perdió por 2-1 y se vio abocado a jugar en Segunda División, categoría en la que también se integró el Betis, pues fue eliminado por el Racing de Santander.

El torero Ignacio Sánchez Mejía era el presidente bético.

En ese primer cruce, la prensa de Vitoria no pareció ser consciente de quién era el presidente bético, pues no hizo ningún comentario al respecto. Sin embargo, con motivo del partido de Liga disputado en Mendizorroza el 21 de abril de 1929, que terminó con empate a uno, 'Heraldo Alavés' comparó su arte taurino con el juego no demasiado acertado que practicó ese día el once alavesista. Mejías era famoso por su temeridad y por recibir al toro sentado en el estribo (el escalón de la barrera, por el lado del ruedo, cuyo fin es facilitar a los toreros saltar al burladero en caso de peligro).

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Como el Betis iba mucho peor clasificado que el Alavés, el diario vitoriano esperaba «ver a las huestes de Sánchez Mejías dejarse acorralar por los de aquí», pero no fue así, y de nada sirvió el magnífico gol de Olivares por parte albiazul: «Por eso y por el resurgimiento del Real Betis Balompié, felicitamos a su presidente, don Ignacio Sánchez Mejías, que sin duda ha inculcado a sus subordinados su propia valentía y la manera de pasar bien. Aunque ayer los que imitaron a Sánchez Mejías 'pasando', fueron los del Alavés. Y lo imitaron en el pase que más fama dio a Ignacio: en el pase sentado en el estribo».

Cuando Sánchez Mejías falleció, en 1934, la prensa vitoriana parecía haberse olvidado de su pasado bético, aunque 'La Libertad' recalcó que fue precisamente ese pase, que años antes había sido comparado con el juego albiazul, el que le había llevado a la muerte: «¡Esos peligrosos, innecesarios y antiestéticos pases sentado en el estribo de la barrera! Al dar el segundo a su primera res, esta derrotó al bulto y enganchó al pobre Ignacio por el muslo derecho». Dejaba así este mundo un torero y escritor, cuya vida también se cruzó con la del Deportivo Alavés.

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