Urgente Grandes retenciones en la A-8 y el Txorierri, sentido Cantabria, por la avería de un camión
Manolo Serrano celebra el gol contra el Rayo que valió para ascender a Primera el 3 de mayo de 1998. El Correo
Cien años de Mendizorroza

Memorias del Monte del Pico

Mendizorroza registra en su venerable siglo de edad un repertorio de partidosépicos por trascendencia deportiva o significado histórico que enmarcan algunos de los mejores recuerdos del Alavés

Sábado, 20 de abril 2024, 00:43

Beristain saca con la mano hacia Quincoces, que toca para Primi. Este abre el juego a la banda y Valdano, tras controlar el balón, tira de zancada para llegar hasta la línea de fondo. Su centro lo deja pasar Serrano y Javi Moreno marca de ... imponente zurdazo. Téllez, Nené, Pablo, Manu García y Guevara se echan encima del valenciano en la celebración del tanto. Los dos primeros, eufóricos, chocan entre sí. Superado el susto, La General y Polideportivo botan al unísono. Donato, con parsimonia, coloca la tablilla del 1-0 en el marcador 'electrónico'. ¡Ja-vi-Mo-re-no!, corea la afición al ritmo de una megafonía que ha superado el tartamudeo de otros tiempos.

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Mané controla la emoción tras el tanto y se desgañita para recordar a Contra que también hay que defender. Que deje de saltar junto a Karmona en cada balón cruzado y mantenga su zona. Se lo repite al rumano el espíritu del 'Tigre' Galarraga. Toni Moral y Guzmán, sin embargo, le dejan caer que es mucho más estimulante lograr goles decisivos. A Jordi Cruyff, que está cerca y escucha, se le vuelven a poner ojos llorosos. De casi. De 4-4 en Dortmund. Higinio, Santi y Josu Ugarte rumian entretanto que «qué fácil», que les hubiera gustado ver cómo se desenvolvía Cosmin en campos de tierra. Sonríe Juan Morgado, cuya elegancia podría haber lucido en Wembley o en Hernani. El defensa piensa que hubiera formado una gran pareja de centrales con Ciriaco. Reflexiona después y cree que no le fue tan mal con Larrañaga e Igartua, que si hubiese estirado un poco más su etapa albiazul también podría haber resultado solvente un tándem con el gigante Juanjo. Y claro, con Laguardia, con el que comparte pasado en el Zaragoza.

Mientras, el partido sigue. Cudi levanta los brazos y pide ánimo a la grada. Olivares le replica al lateral zurdo que menos gestos para la galería y más centros, como los de Urdaci o Preciado, que la tinta del 'Txipirón' ciega a los porteros y garantiza goles, pero primero hay que ponerla en el punto de penalti. Badiola e Ibai le comentan, por si le parece bien al mítico delantero balear de Son Servera, que pueden servirle balones a la cabeza con el exterior. Poco antes, Ciáurriz se preparaba para lanzar una falta, aunque en realidad también la querían tirar Feijóo y ¡Puskas! «Usted, como yo, es ahora el entrenador», le advierte Ben Barek a éste último, «quédese en el banquillo, nuestros tiempos de jugadores ya pasaron». Amadeo García de Salazar les recuerda, para poner paz, que para preparador albiazul, nadie como él. Que además de seleccionador nacional, la plaza del párking de Mendizorroza lleva su nombre. Se guarda un minuto de silencio por Sarasola.

Memorias del Monte del Pico. Cuentos de Mendizorroza. Imaginarios, como esta introducción de un siglo que conecta futbolistas y técnicos albiazules de diferentes décadas, pero, por supuesto, reales. Y es que desde aquel 27 de abril de 1924, con la inauguración oficial, el campo del paseo de Cervantes cuenta con su propio catálogo de obras maestras. Un repertorio de partidos épicos por su trascendencia o significado histórico que enmarcan los mejores recuerdos de un coliseo a punto de ser centenario.

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Achuri y José Luis Menoyo festejan el sufrido ascenso a Segunda logrado el 11 de junio de 1961. Archivo municipal

50 días completos

Vaya por delante, evidentemente, que cada aficionado es dueño de sus recuerdos y valoraciones deportivas. Capaz, por tanto, de añadir párrafos, capítulos o libros completos al inventario que aquí sugerimos. Y es que, por ejemplo, un simple cálculo basta para advertir que cualquier socio con 40 años de antigüedad ha presenciado alrededor de 800 partidos sobre el tapete de Mendizorroza. Con sus 72.000 minutos o 1.200 horas. Vamos, 50 días completos de Alavés. Día y noche. Posiblemente, sin que le haya parecido excesivo. ¡Qué son menos de dos meses! Representa, en realidad, sólo el 40% del tiempo que el estadio albiazul ha albergado oficialmente los duelos del conjunto vitoriano. Así que al menos una docena de partidos -seguro que muchísimos más- merecen un rescate cuando se trata de tomar la temperatura a cien años de vida de un terreno de juego. Cada cual tendrá su preferido -suele estar relacionado con la edad del seguidor- aunque se antoja lógico apuntar que Alavés-Rayo Vallecano (3-0) que supuso el ascenso a Primera después de 42 años (1956-1998) merece uno de los lugares de honor en el podium. Más que atravesar un desierto, los cruzó todos el Alavés en esas cuatro décadas largas entre arenas movedizas. Sin encontrar el oasis hasta aquel choque frente a los madrileños.

Un día antes, Las Palmas cedió ante el Badajoz y permitió intuir la fiesta albiazul a dos jornadas para el final del campeonato. Nada iba a fallar en aquel engranaje de precisión. Serrano (2) y Sívori anotaron. Para que toda una generación de alavesistas creyera que la Primera División no era una leyenda urbana. El Alavés iba a disputar su sexta temporada en la máxima categoría. Ahora, 26 años después, la cifra de campañas entre los mejores se ha elevado a 18.

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Hubo, claro que sí, un primer ascenso a la elite. Beristain, Ciriaco, Quincoces, Rey, Antero, Urquiri, Crespo, Calero, Olivares, Albéniz y Modesto. Un once para la historia. Tras un 2-0 frente al Betis con tantos de Calero y Crespo. 1930. Un tiempo donde el Alavés se había proclamado además campeón de Vizcaya tras superar en la liguilla a Arenas, Barakaldo, Sestao y Athletic. Ni siquiera una txalupa salió por el Zadorra. Años más tarde vendrían las celebraciones en el Magirus, el coche de bomberos. Ya se sabe que el club albiazul ha sido sobre todo de apagar fuegos. Sí provocó un incendio. Quemó la falla del Valencia con aquel 7-0 en Mendizorroza en 1955. La mayor goleada albiazul en Primera. Wilson (2), Erdocia (2), Gorospe, Echeandía y Primi anotaron sobre un barrizal. Hermanos o primos de este duelo son el 12-0 al Erandio, el resultado más abultado de la historia alavesista, o el más reciente 8-5 al Real Unión y otros similares.

Edgar marca el 8 de febrero de 2017 el gol que clasificó al Alavés a la final de Copa. Rafa Gutiérrez

Hasta el último minuto

Como al Alavés lo que le va es el 'thriller', el suspense hasta el último minuto del último partido, que diría el profeta Manu García, hay que reservar aquí un espacio para Toni Moral y ese 3-2 a la Real Sociedad de 2008. Marcar dos goles en el descuento para remontar el partido y evitar el descenso a Segunda B es para caerse por las escaleras. Primero Jairo de cabeza y después esa hipnótica volea cruzada de Toni Moral a servicio de Miguel Pérez. La inmediata invasión del campo vitoriano desde la grada de Polideportivo forzó el pitido final, antesala de la salvación que llegaría una semana después en Vigo (2-3). Casi tanta tensión se vivió también trece años antes (1995), en ese Alavés-Las Palmas en Mendizorroza. El duelo clave del quinto play off consecutivo. Un cuadro vitoriano que en 1986 había caído a Tercera por impagos trataba de levantar la cabeza, pero recibía collejas constantes en las liguillas de ascenso a Segunda. Aquello parecía la siguiente cuando el 0-1 se elevaba en el marcador al descanso tras el tanto del amarillo Sarriugarte. Iván Campo y Serrano lo arreglarían después (2-1) y el regreso a la categoría de plata, curiosamente, llegaría pese a perder en Jaén días después.

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Dos partidos ante el Barcelona se abren también paso en la historia de Mendizorroza. Con trayecto desde 1978 hasta 2001. El segundo, debido a que un 2-0 con goles de Llorens e Ibon Begoña casi al final de la primera vuelta de la competición sirvió para que la escuadra albiazul se colocase líder de la máxima categoría tras 71 años. El precedente databa de diciembre de 1930, cuando otro triunfo en casa, esta vez frente al Espayol (4-1) había situado a los vitorianos en la cima de la tabla. Aquella vez, eso sí, recién iniciada la temporada. El primer encuentro recordado frente a los azulgranas, aquel copero de cuartos de final donde Johan Cruyff compareció en Vitoria. Eso sí, sin dar muestras de su talla futbolística frente a un Alavés compacto que se llevó el triunfo (1-0) con el memorable cabezazo de Eliseo Salamanca.

Los aficionados celebran junto a Toni Moral la remontada ante la Real del 8 de junio de 2008. Blanca Castillo

Edgar y final de Copa

Si hay que hablar de Copa y de Mendizorroza, hay que hablar de Edgar. De ese 1-0 frente al Celta que en 2017 sirvió para colarse en la única final del torneo del k.o. Un Alavés que había resistido en Balaídos (0-0) y culminó la hazaña en Vitoria. Un balón que ganaron por alto previamente Femenía y Camarasa, un eslalón de calidad de Edgar apenas a diez minutos para el final y remate cruzado en la portería de Cervantes que empujó con fe todo un estadio. ¡Nos vamos a Madrid! Ni siquiera nueve meses habían pasado desde el ascenso a Primera. Esa máquina de demolición que fabricó Bordalás para que el Alavés regresara a la máxima categoría después de diez años (2006-2016). El último ladrillo del edificio se colocó sobre el césped de Mendizorroza. Manu García y posteriormente Raúl García, de falta directa, acabaron con el Numancia (2-0) para poder festejar antes del cierre de la competición.

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No toda la trayectoria albiazul ha sido ilustre ni le ha enfrentado a rivales de postín. En la hemeroteca figuran también choque trascendentales frente a Sevilla Atlético o Barakaldo. El filial sevillista fue en 1961 el adversario en la eliminatoria que decidía el asceso a Segunda. Antes, los albiazules habían despachado, no sin problemas, al Rayo Cantabria tras caer 2-0 a domicilio y remontar (5-2) en Mendizorroza. Otro 2-0 en contra en tierras andaluzas resultó el preludio un choque de vuelta en el límite. Pero llegó el 3-0, cuyo último gol anotó Alcorta en el minuto 74. Un zurdazo que batió al meta Cardoso.

Unos años antes (1954) el Alavés iba a abrir su segunda etapa en Primera tras el trienio (1930-33) de los pioneros. El ascenso llegaría ante el Escoriaza, pero el duelo clave se celebró en Mendizorroza frente al Barakaldo. El lleno histórico, con presencia de miles de seguidores vizcaínos, se resolvió con 2-1 para los alavesistas. Erezuma y Remacha marcaron para superar al rival en la tabla y alcanzar el liderato a cinco jornadas del final. No se iba a escapar. Entre las manos sí se fue el título de la Copa de la UEFA ante el Liverpool con el maldito gol de oro. Pero la primera experiencia internacional dejó duelos tan memorables en Vitoria como aquel 3-3 frente al Inter de Milan o el 5-1 de la semifinal frente al Kaiserlautern. Frente a los italianos un 1-3 en el minuto 65 (dos goles de Recoba y otro de Vieri) parecía sentenciar, pero Téllez e Iván Alonso acudieron al rescate. La antesala de ese 0-2 en San Siro cincelado con goles de Jordi Cruyff y Tomic.

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26 años después del ascenso a Primera logrado en 1998, la cifra de campañas entre los mejores se ha elevado a 18

Un once clásico

Bueno, llega el descuento del partido del siglo con victoria albiazul y Berasaluce contemporiza desde la portería. Basauri, Zubizarreta, Bergara, Paco Leal y Pacheco se preguntan por qué no lleva guantes y el guardameta de Deba, extrañado, les dice que sólo los usa si llueve. Que en los años cincuenta las cosas eran así. Que además él ya hizo el saque de honor en el partido del centenario del club y eso le permite jugar como quiera. Que hasta dónde vamos a llegar. Así que envía el balón sobre Gorospe, que recita sin pensar: Berasaluce, Sanz, Erezuma, Gorospe, Primi, Bolado, Arbaizar, Echeandía, Remacha, Echániz e Ibarra. Sí, el once tipo del 54 en Primera. Se recupera el defensa del esfuerzo mental y mete un pelotazo arriba, que esto se acaba. La bajan entre Amuchástegui y Txosa. El partido se ha puesto para gladiadores. Hay que pelear la última. Es el destino del Alavés, susurra el eco casi centenario de Mendizorroza.

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