Un compromiso internacional diferente

El conjunto babazorro tenía jornada de Liga de Primera División el domingo 31 de marzo, contra el Valencia en casa, por lo que tuvo que hacer varios cambios en la alineación, pues los titulares no tuvieron tiempo de descansar. Además, se anunció que los albiazules se reforzarían con un futbolista del Valencia (Ventura) y otro del Valladolid (Carlos Ducasse). En este caso, se trataba de un francés, nacido en San Juan de Luz, que, «al conocer el desplazamiento del equipo a su nación, se brindó desinteresadamente a formar con él, ofrecimiento que fue aceptado y que representa un buen refuerzo».

La expedición alavesista emprendió el viaje el domingo, nada más terminar el choque en Mendizorroza contra el conjunto che, pernoctando en Fuenterrabía y pasando al día siguiente la frontera, para regresar a Vitoria el mismo lunes, pues el encuentro contra el Toulouse comenzaba a las tres de la tarde.

Ampliar

El Alavés alineó a Arbulu, Elorriaga, Erezuma, Ventura, Aitor, Ibarra, Contrasta, Echeandía, Ucelay, Bolado y Erdocia. Finalmente, el francés Ducasse no pudo jugar y el defensa valencianista fue el único refuerzo. En cuanto al Toulouse, el reportero de 'Pensamiento Alavés' que hizo la crónica telefónica explicó que no se sentía capaz de dar su alineación, «por la dificultad de registrar sus nombres a través del teléfono», teniendo en cuenta la pronunciación francesa.

Solo al día siguiente un expedicionario alavesista fue capaz de transmitir la lista, aun con algunos errores ortográficos: Roussel, Bouchert, Pleimelding, Guinerd, Henard, Cahuez, Brahimi, Dereubre, Loreto, Brodd y Saunier. Se trataba de un once muy potente, pues entre ellos había varios internacionales por Francia, como René Pleimelding o el franco-argelino Saïd Brahimi. Destacaban también el jugador de la selección sueca Yngve Brodd y argentino Eduardo Di Loreto. Con este plantel, el Toulouse F.C. ganó la Copa de Francia de 1957, su mayor logro hasta entonces.

Pese a ello, el Alavés se impuso al Toulouse por 2-1. Marcó primero Echeandía, «que magníficamente ha rematado de cabeza un centro sobre puerta. Poco más tarde ha conseguido empatar el once del Toulouse, por medio de su medio izquierdo, que ha largado un buen tiro desde lejos que no ha podido detener Arbulu. Faltando un cuarto de hora para terminar, Ucelay ha conseguido el tanto de la victoria del Alavés, rematando de un fuerte tiro un buen pase del extremo Contrasta».

El campo presentaba un magnífico aspecto, con muchos espectadores en las gradas. Durante el choque, la pelea resultó «muy brillante, ya que ambos equipos han bordado un buen fútbol, causando una gratísima impresión en los aficionados. Los franceses han realizado un juego más malabarista, pero el equipo español ha demostrado una mayor profundidad».

La expedición albiazul volvió encantada de Biarritz. No solo había vencido, sino que «el encuentro ha gustado extraordinariamente al público, que al retirarse los equipos a la caseta les ha dedicado una gran ovación». Además, hubo muy buen ambiente en torno al evento, como lo demuestra el hecho de que, al terminar el partido, «los componentes de ambos conjuntos, así como los directivos que les han acompañado, han sido magníficamente obsequiados con un vino de honor por parte del club Olympique de Biarritz, organizador del encuentro».