Ante el mejor entrenador de la historia

El Deportivo Alavés tuvo la oportunidad de enfrentarse por primera vez a Herrera el 24 de octubre de 1954 cuando el técnico argentino dirigía al Sevilla en Primera. Para entonces, ya se había ganado una merecida fama, pues llevaba seis años en la máxima categoría y había logrado dos Ligas con el Atlético de Madrid. Por el contrario, el 'míster' albiazul, Manolo Echezarreta, acababa de debutar en Primera. También era abismal la diferencia en la clasificación: el Sevilla iba tercero y el Alavés, último.

No es extraño que en Vitoria se viera el choque con temor, tal y como escribía 'Pensamiento Alavés': «En Sevilla, no nos las demos de ingenuos, debe ser vencedor el equipo de Herrera. Porque juega en casa, ante su público, porque se halla mejor de forma y porque es mucho más equipo que el Alavés. A ser sinceros, nos conformaríamos con un resultado aceptable para el Alavés. Esta es la única ilusión que podemos hacernos. Porque, de haber sorpresa, tendría que serla y fuerte, la alegría sería mucho mayor. Pero es tan difícil, que parece estar vedado para nosotros».

Esta vez los pronósticos no se cumplieron, pues el Alavés ganó 1-2, con doblete de Echeandía. Años después, Herrera sería famoso por sus frases lapidarias, como 'se juega mejor con diez que con once', 'ganaremos sin bajar del autocar' o 'Juanito se marca solo', en referencia al delantero del Real Madrid. Sin embargo, tras la derrota ante el Alavés tuvo menos imaginación y se limitó a admitir que el once babazorro había merecido la victoria: «Hemos jugado muy mal. Nos ha faltado velocidad. Hemos tenido mala suerte el disparo a puerta, mientras que el Alavés supo aprovechar las pocas ocasiones que se encontró para marcar».

Algunos comentaristas resaltaron que no había sido el mejor día de Herrera: «Las pruebas realizadas en el Sevilla, que presumía tener poco enemigo, fracasaron totalmente». Dos de sus mejores hombres (Guillamón y Domenech) estaban lesionados, por lo que Herrera pensó que, según estuviera el terreno de juego, decidiría si jugaba «el veterano y magnífico Araujo, espléndida lección de futbolista a la española, o el joven Quirro, andaluz también que, desde el San Álvaro, de Córdoba, ha saltado de Tercera a Primera». Finalmente, este último fue el elegido, pero la apuesta no funcionó.

Por el contrario, todo el mundo alabó a Echezarreta. Unos días antes, dudaba sobre qué delantera utilizar, pero al final «creyó más oportuno colocar a Bolado en el interior izquierda y a Echániz en el extremo derecha. Echeandía jugó en el interior y Remacha y el mirandés Iborra ocuparon los otros puestos respectivos. Con esta formación se ha impuesto una táctica que ha dado resultado».

Tras el partido, los alaveses residentes en la capital andaluza se acercaron al hotel donde se alojaba la expedición albiazul a festejar la victoria. Entre ellos estaba el exjugador alavesista Fede Anda, «que, en viaje de bodas, había asistido al encuentro, desplazándose a Sevilla a ver los suyos». Anda ensalzó al entrenador babazorro: «No es propio que destaque a nadie, cuando en realidad todos han estado muy bien. Así se lo he hecho saber también al entrenador, que ha tenido un gran acierto». En resumen, ese día Echezarreta lo hizo mejor que Herrera y consiguió que el Alavés derrotara por vez primera al mejor entrenador de la historia de la Liga.