igor martín

La sigilosa despedida de un símbolo

Martín dice adiós al Alavés después de catorce años en la disciplina albiazul y cinco años en el primer equipo

Iñigo Miñón

Vitoria

Jueves, 30 de junio 2022, 01:09

Es 30 de junio, día de despedidas. Fin de curso, fin de contratos. Fin de ciclo, en este caso. Las partidas esperadas, las que sorprenden, alguna incierta todavía. Y, como siempre, unas más dolorosas que otras. Hoy pone punto final a catorce años como albiazul ... Martín Aguirregabiria Padilla (Vitoria, 1996), que entró con 12 al Deportivo Alavés, como infantil de primer año, y se va con 26 tras cinco temporadas en el primer equipo. El único vitoriano que quedaba en la plantilla tras la marcha de Manu García el verano pasado; el canterano que más veces ha vestido la elástica albiazul en Primera División (129). No es un adiós cualquiera. No puede serlo. Es, a su manera, un símbolo de la etapa moderna del Glorioso, el único producto '100% Ibaia' que ha echado raíces en Mendizorroza, un escenario tradicionalmente inhóspito para los jugadores de casa. Una 'rara avis' que ahora debe desplegar sus alas lejos del nido que le vio nacer.

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    Trayectoria

    Partidos que ha disputado Martín con el Alavés, 129 de Liga y 9 de Copa

Algo intuía Martín cuando el pasado 22 de mayo fue sustituido por Marc Tenas en el partido ante el Cádiz. Mirada al cielo, a la grada, en busca de familiares y amigos. Los aplausos de la afición, que también sabía que podía ser su último partido como albiazul. Él devolvió los aplausos. Los abrazos de sus compañeros cuando llegó al banquillo. Él los agradecía con ese gesto elocuente de quien se va de casa por primera vez. Aroma de una despedida sellada con sigilo por el avance del calendario. Oficiosa todavía, pero nada espera ya quien no ha recibido noticias del club de su corazón desde aquel triste domingo. Ni para bien ni para mal. Martín Aguirregabiria ya busca destino lejos de Vitoria.

Disputó su último partido ante el Cádiz y el club no se ha puesto en contacto con él desde entonces

sin noticias

Han sido cinco años de sueños cumplidos al ritmo que marcaba la trayectoria del equipo. De más a menos. De tocar al cielo a la dura caída a los infiernos. Y la maleta en la puerta. En medio, 138 partidos con el orgullo cosido al pecho, dos goles –menudo golazo al Girona en Copa para estrenaar su cuenta–, un título de campeón de Europa con la selección española sub'21, la convocatoria con la de Euskadi. 1.634 días de puro sentimiento albiazul en la banda derecha de Mendizorroza entre su debut, el 30 de noviembre de 2017 en Copa ante el Getafe, y aquellos afligidos aplausos a la grada frente al Cádiz.

Esa primera oportunidad se la dio Javi Cabello, técnico interino entre De Biasi y Abelardo, pero fue el 'Pitu' el que apostó por él. El que le hizo futbolista de Primera División. Debutó en la mágica noche de Montilivi (2-3) que resucitó al equipo albiazul en la temporada 2017-18. Y convenció al asturiano, que depositó toda su confianza en el canterano. De Tercera a a la elite en un triple salto de talento, constancia y esa mezcla de casualidad y azar tan importante en el fútbol profesional. Una serendipia balompédica que nació de la lesión del lateral derecho entonces titular, Carlos Vigaray, y el fallido intento del club de doblar esa posición en los últimos días de un mercado estival en el que solo los famosos flecos apartaron del Alavés al madridista Achraf –hoy en el PSG–.

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Un caso excepcional

A partir de ahí, una renovación exprés hasta 2021, apenas quince días después del debut –ampliada después hasta 2022– y la habilidad para mimetizarse casi al instante en el universo albiazul a base de titularidades (43 de 63 en sus dos primeras temporadas en el equipo). La naturalidad de lo excepcional para escribir una veloz historia atípica en la cantera albiazul. Pronto quedaron atrás los registros de Igor Martínez (89 partidos) y Sívori (87). A nivel profesional –en las tres primeras categorías del fútbol español–, solo tiene tres vitorianos por delante en toda la historia del club: Manu García (308) –referente y consejero en el vestuario–, Pablo Gómez (295) e Iñaki Ocenda (156).

Porque Martín también se ganó después la confianza de otros como Asier Garitano (31 partidos en la temporada 2019-20, la de la pandemia) o Javi Calleja –no convenció a Pablo Machín como carrilero largo– hasta convertirse en el undécimo jugador histórico del Alavés en Primera, por encima de nombres ilustres como Desio, Téllez, Iván Alonso o Javi Moreno. No, no es una despedida más, por mucho que su última temporada, la quinta, haya quedado diluida dentro del gris tono general del equipo.

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Es el canterano con más partidos en Primera y el único jugador vitoriano que quedaba en el plantel

sentimiento albiazul

Después de un inicio irregular con Calleja, la lesión de Ximo Navarro le abrió las puertas de la titularidad, pero la llegada de Nahuel Tenaglia en el mercado de invierno le condenó a un segundo plano al que no estaba acostumbrado. Hasta ocho partidos seguidos sin jugar. Volvió a ser un recurso habitual en las última jornadas, ya con Julio Velázquez, aunque fuera desde el banquillo, pero su rendimiento ha sido insuficiente para el club, que no cuenta con el vitoriano ni siquiera en Segunda División, una categoría desconocida para él. En su posición sigue el argentino, que firmó una cesión de año y medio, y regresa de préstamo Carlos Isaac (Oviedo), aunque éste tampoco tiene garantizada la continuidad.

Es 30 de junio, día de despedidas. La de Martín Aguirregabiria, canterano, vitoriano, alavesista de cuna, que un año después sigue los pasos de su admirado Manu García. Es el sigiloso adiós de otro símbolo –y Laguardia y Pacheco penden de un hilo–, el del último mohicano puro de Ibaia.

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