El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 31 de enero
Igor Martín
Martín Aguirregabiria | Jugador del Alavés

«Estos resultados demuestran que somos un equipo»

El lateral del Alavés dice que el cambio con Calleja se debe sobre todo a «entrar con buen pie, dar confianza a los jugadores y conectar muy bien»

Iñigo Miñón

Vitoria

Miércoles, 28 de abril 2021, 00:52

Cómo ha cambiado la situación del Deportivo Alavés en apenas 22 días. «Bastante», reconoce Martín Aguirregabiria (Vitoria, 1996). Desde el 6 de abril, primer día en el vestuario albiazul de Javi Calleja. «Entra y nos dice que confía en nosotros, que él cree que podemos ... conseguir el objetivo. Es esencial que el líder del equipo esté convencido de que podemos», evoca el canterano.

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–¿Y qué ha cambiado?

–Se supone que la fórmula mágica, pero no. Es entrar con buen pie, dar confianza a los jugadores, explicarnos su visión de cómo debemos jugar. Y hemos conectado muy bien.

–¿Y antes se había perdido esa confianza del entrenador en el grupo o viceversa?

–No. Con el 'Pitu' teníamos una relación muy buena. Los resultados no acompañaron el trabajo que veníamos haciendo. El partido del Cádiz, Atlético... Por circunstancias no pudimos sacar resultados positivos y en fútbol son los resultados los que mandan.

«Entra y nos dice que confía en nosotros, es esencial que el líder del equipo esté convencido»

Primer día con Calleja

–¿Qué partido hizo más daño? Betis, Cádiz...

–Daño hace siempre que no ganas. Duele, pero el fútbol no para. No hay que bajar los brazos. La derrota contra el Betis fue dura, pero en Primera los equipos son muy buenos y, si te descuidas, te remontan.

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–¿Llegó a pensar que se escapaba la salvación?

–La verdad es que no. Teníamos claro el objetivo desde el principio y verte penúltimo, aunque sea complicado, no te pilla de sorpresa, por así decirlo. Tu mente, aunque esté jodida, sabe que tiene que pelear y que se puede salir de ahí. Y seguimos en esa pelea.

–¿Se ha hecho lo más difícil?

–Aún no. Hasta la última jornada vamos a estar peleando por no bajar. La dinámica es positiva, pero igual que nosotros podemos ganar a cualquiera también nos puede ganar cualquiera. Si nos confiamos, nos equivocamos y pasaremos un mal trago.

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«El jugador tiene que ser inteligente y estar alerta para hacer cosas que antes no te pedían»

Cambio de estilo

–Algunos compañeros han dicho que un cambio de entrenador siempre reactiva a la plantilla. Pero, si es cuestión de actitud, lo anterior no deja bien a los jugadores.

–Son interpretaciones. Los cambios mueven situaciones. Puede ser que un jugador no esté contando mucho para un entrenador y vea que con el nuevo puede cambiar su situación. Su estado de alerta puede aumentar, pero la actitud del equipo en los entrenamientos ha sido ejemplar y está dando sus frutos.

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–También hay quien se muestra públicamente más a gusto con el estilo del nuevo entrenador.

–Cada cual tiene el suyo. Yo he tenido diferentes entrenadores en el Alavés y ninguno es igual que otro. Todos tienen matices distintos. Auno le puede gustar atacar más por las bandas, a otro por el medio... El jugador tiene que ser inteligente y estar alerta para hacer cosas que antes no te pedían y quizás puedas dar más de ti mismo en alguna faceta. Es bueno ver diferentes entrenadores. Bueno, dentro de lo que cabe, claro.

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–Sí, porque cinco en dos temporadas son demasiados.

–Eso es jodido para ellos y para nosotros. A los jugadores no les gusta que destituyan al entrenador, porque significa que el equipo no está funcionando y tú tienes tu parte de responsabilidad.

–Para usted especialmente, por ser el 'Pitu' su mentor en Primera, ¿es más doloroso?

–Sí. Siempre le voy a tener un cariño especial y para mí es doloroso, he vivido muchas cosas con él y me dio la oportunidad de progresar en Primera. Él mejor que nadie sabe lo que es el fútbol, ha sido un gran profesional como jugador y como entrenador.

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«En el fútbol base es como estar con tus amigos; a nivel profesional también es bonito, pero diferente»

Vestuario

–El equipo muestra ahora más registros futbolísticos, intenta más cosas.

–Puede ser. El fútbol cambia muy rápido. Las dinámicas, sobre todo, hacen que los jugadores cojan más confianza o menos. El fútbol es resultadista. Creo que estábamos haciendo mejores partidos de lo que decían los resultados.

–¿Afectan mucho los rumores y bulos sobre el ambiente en el vestuario?

–No. Estamos acostumbrados a que haya ruido, ya sea por rumores de fichajes, si el equipo no va bien...

–Me refería a los rumores sobre si hay mal ambiente en el vestuario, si uno y otro no se hablan...

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–No. De hecho, estos resultados demuestran que estamos unidos. Salga quien salga, nos animamos igual todos, no hay bandos, ni mucho menos, y todos tenemos el bien común como objetivo principal. Somos un equipo.

–¿El aficionado que ha vivido el fútbol amateur puede tener idealizado lo que es un vestuario profesional?

–Sí. El vestuario del fútbol base tiene una cosa en común que es la edad. Con 16 ó 18 años es como estar con tus amigos, con las mismas ilusiones y las mismas inquietudes. En un vestuario profesional el objetivo común es el del equipo, pero cada uno tiene su manera de vivir, diferentes, culturas... Tú tienes 20 años y otro tiene 30 y la familia hecha.Es enriquecedor y bonito. pero también diferente.

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–Dicho de otro modo, ¿un vestuario profesional puede ser un grupo de treinta amigos?

–Bueno... (ríe). También se está profesionalizando tanto el fútbol base que en las canteras grandes hay también mucha competitividad. Ya no es una selección de Álava, como era en mi época. Es la globalización del fútbol.

«¿Partido trampa? Somos conscientes de lo que nos jugamos, si ganásemos daríamos un paso grande»

Ipurua

–Se da por hecho que al de casa le afecta más.

–Sí. Ser de Vitoria y del Alavés, como podemos ser Manu y yo, y estar en esta situación complicada te afecta más. También a 'Lagu' y Pacheco, que llevan mucho tiempo en el vestuario. Cuanto más tiempo llevas en un club sientes más pertenencia, el sentimiento se hace más grande. Pero las alegrías también se hacen más grandes cuando eres del equipo de la ciudad.

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–¿Ha hablado mucho con el capitán?

–Manu es un capitán con mayúsculas. Siempre me ha ayudado mucho. Hablamos de esto, pero también de otras muchas cosas. Del día a día. Hay que saber desconectar. No todo es fútbol.

–Ahora el día a día tampoco está para muchas alegrías.

–Pero hay que intentar desconectar. Y hablar de un modo positivo. La mentalidad es importante. Parece una tontería, pero si tú estás positivo se contagia y estás más contento. Si estás todo el rato machacándote a ti mismo no vas a salir de ahí.

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–La vida de futbolista es privilegiada, ¿pero en estos casos también se disfruta o se sufre?

–Se disfruta. Somos unos privilegiados, de eso no cabe duda. Lo que más se echa de menos es jugar los partidos con gente, el ambiente del fútbol. Nos hemos acostumbrado, pero eso es único. Esperemos que mejore la situación social, que es lo más importante.

–Dicen que no, pero ahora es inevitable echar cuentas...

–Se harán, claro, alguno lo pensará, pero yo siempre he creído que si nosotros ganamos da igual lo que haga el otro. Dependemos de nosotros mismos, tenemos partidos ante rivales directos y, más que nunca, quedando tan poco, hay que ir uno a uno. Si no, te puede entrar ansiedad.

–¿Partido trampa en Ipurua?

–El Eibar va a salir a morir, nunca mejor dicho. Es un equipo que me gusta, tiene mucho fútbol, pero cualquier matiz te pone en la derrota y te mete en descenso. ¿Partido trampa? Somos conscientes de lo importante que es, si ganásemos daríamos un paso grande. Va a ser muy duro, los dos nos jugamos mucho.

«En la elite no puedes decir 'éste no es mi puesto', tienes que rendir donde sea»

Sin cumplir los 25 años, lo hará el 10 de mayo, Martín es el decimotercer jugador con más partidos en Primera División en la historia del Alavés (101), tras sobreponerse esta temporada a un inicio complicado.

–Lateral derecho, extremo, lateral izquierdo...

–Dicho así marea un poco. Es bueno, lo suelo hablar con mi padre, demuestra que los entrenadores confían en ti. Yo encantado de ayudar al equipo, desde el banquillo, de inicio...

–¿Se nota mucho la lateralidad a la hora de defender?

–Sí se nota. Parece que es la misma posición, pero cambia todo. Tú estás acostumbrado a que el juego se haga por tu izquierda y la derecha la tienes pegada a banda. Pero no hay ninguna excusa, en la elite no podemos decir 'es que no es mi posición', tienes que cumplir donde sea y rendir a buen nivel, porque si no sale otro.

–¿Se corta un poco más a la hora de subir, centrar?

–A la hora de centrar... (ríe). La izquierda no la tengo como la derecha. Trabajo la zurda, en la elite tienes que usar las dos. Más que cortarte en subir, no tienes esa profundidad porque no te sale igual. Con la derecha ves más opciones.

–En Valencia Jota se metía por dentro y tenía la banda entera para usted.

–Jota es un jugador excepcional y su posición natural es más por dentro, pero eso lo tenemos trabajado, son matices tácticos.

–Ya son 101 duelos en Primera.

–Eso es, da igual de qué juegues, es gratificante. Es verdad que, con la situación que tenemos, ha sido hacer los cien y te quedas un poco 'vale, pues muy bien'. Esperemos hacer más el año que viene.

–Este año le costó al principio, entre la lesión de rodilla, el cambio del entrenador...

–Me costó entrar. Me hizo madurar. En esas situaciones, aunque no sean de agrado, se crece.

–¿Se llegó a plantear alguna salida?

–Al principio veía que no contaba, pero confiaba en mis cualidades. Los compañeros te apoyan, te dicen que no bajes los brazos. Sobre todo los capitanes, siempre lo digo, para eso soy un pesado. Manu. 'Lagu', Pache... Me seguían dando cariño. Y hay que saber tener paciencia y esperar la oportunidad, no por entrenar dos semanas bien vas que jugar.

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