«Marqué pocos goles con el Alavés, pero se me ponía la piel de gallina cuando los hacía»

– Minera, Caravaca y Cieza, todos clubes murcianos. ¿Por qué se ha afincado allí?

– Vine en 2008 a jugar al Murcia y me enamoré de la ciudad, del clima, de la gente y de mi mujer, madre de mis tres hijos. Después de retirarme acabé el curso de entrenador y nos quedamos aquí.

– La Deportiva Minera fue el primer equipo que dirigió. ¿Qué destacaría del club?

– Mi Minera y la actual son dos equipos totalmente diferentes con el mismo nombre. Era un clásico de Tercera al que llegó gente con nuevas ideas y presupuestos superiores. Se veía que estaban preparados para grandes cosas. Ascendieron el curso pasado sin problemas y este año han hecho un nuevo campo y han cambiado a casi toda la plantilla. Y en su estreno son un equipo muy serio en Segunda RFEF. Los resultados que están logrando no son casualidad.

– Y ahora se medirán al Alavés...

– Me alegro mucho. Todos mis exequipos tienen parte de mi corazón. Pasamos mucho tiempo en ellos y luchamos por sus escudos. También el Alavés. Recuerdo a nuestra afición que era extraordinaria y positiva. Viví un año muy feliz en Vitoria.

– ¿Qué debe preocupar a los albiazules de la Minera?

– Deberían tener el partido bajo control y más jugando en el Cartagonova, que no es de hierba artificial y es un campo de los 'buenos'. En un estadio pequeño podrían generarles más problemas. Aun así, la Minera es un equipo muy compacto y ordenado. Juegan en bloque y son buenos en la estrategia. Siempre luchan, insisten y pueden hacer daño.

– ¿Por qué fichó en 2014 por el Alavés después de jugar en Japón y en Australia?

– Jugar en Asia fue una experiencia magnífica. Pero me lesioné de la espalda, pasé dos veces por el quirófano y estuve seis meses sin equipo. Después, firmé por el Sydney FC de Del Piero, me sentí cómodo, y hablé con mis representantes para volver a LaLiga. Y cuando recibí la oferta del Alavés, no me lo pensé. Y no fue un error. Me acogieron y disfruté mucho en Mendizorroza. Cuando marcábamos un gol, se giraban y empezaban a saltar. Luego cantaban la mítica canción de 'muchachos'. Se me ponía la piel de gallina.

– ¿Cómo fue compartir vestuario con Del Piero?

– Tuve el privilegio de jugar con él. Lo ganó todo con la Juventus pero era una persona muy educada y tranquila. Un trabajador que siempre te daba consejos. Era un placer charlar con él.

– Marcó cinco goles en su año el Alavés. ¿Qué balance hace?

– Cumplimos con el objetivo del club, que era mantener la categoría. Y en lo personal marqué pocos goles, ojalá pudiera haber dado más alegrías a nuestra afición porque se lo merecerían. Recuerdo después de anotar quedarme mirando a la grada y ver a la gente cómo lo celebraban. Era una satisfacción inmensa.

– En aquel vestuario coincidió con Laguardia y Manu García, dos leyendas del alavesismo...

– Laguardia y yo llegamos el mismo día. Y qué decir de Manu, el capitán eterno. Ambos fueron dos guerreros y alcanzaron la cima currando. Recuerdo una anécdota con Laguardia. En un entrenamiento fue a bloquear un tiro muy potente. ¡Y lo hizo con la cabeza! Salió corriendo hacia adelante y se desmayó. Pero él dijo que continuaba, que era un pelotazo y que no pasaba nada. Era un luchador y cada día quería progresar. Más de lo mismo con Manu, una persona muy acogedora y que siempre estaba para ayudarte en el vestuario.

– ¿Qué recuerda de Vitoria?

– El frío. Pasé de estar a 40 grados en Australia a la nieve. Una noche nevó tanto que no pudimos sacar los coches para ir a entrenar. Pero lo disfruté mucho. Es una ciudad bonita, con el centro y todos los restaurantes. La típica ruta de pintxos y de 'gin tonics', ¿quién la puede olvidar? Y la Rioja Alavesa está cerca. Hay mucho que visitar.

– Usted jugó con Kike García en el Murcia. ¿Cómo era de joven?

– Subía al primer equipo y se le notaba que iba a llegar lejos. Era muy cariñoso y buen jugador. Un 'bicho' que dominaba el juego aéreo y tenía gol. Era un futbolista de Primera.

– ¿Le dio algún consejo?

– En el Murcia todos los consejos nos los daba Iván Alonso. Era delantero, capitán y nuestro padre futbolístico.

– Iván Alonso jugó la final de la UEFA de 2001 con el Alavés. Todo le conduce a Vitoria...

– Incluso marqué con el Murcia en Mendizorroza, pero no fue lo mismo que hacerlo con el Alavés. Ser parte de la familia albiazul fue un auténtico honor.