Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El encuentro de ayer tuvo un prólogo de excepción. La presencia de una figura clave en el devenir histórico de ambos equipos: José Manuel Esnal, Mané. El entrenador de Balmaseda, extécnico tanto del Lleida como del Deportivo Alavés, dirigió a los presentes en el Camp ... d'Esports un mensaje. Aunque no pudo estar en el estadio, la alocución fue reproducida en el videomarcador mientras los futbolistas saltaban al terreno de juego.
Un mensaje breve, de apenas unos segundos, con el que el preparador vasco buscó reconocer el cariño que le profesan ambas aficiones. «Quiero saludaros a todos. Son dos clubes muy importantes en mi vida», explicó Mané, mientras recibía una cálida ovación de la grada. El tributo de dos hinchadas con las que tocó el cielo. Al Alavés lo elevó a la cota más alta de su historia, una presencia en la final de la Copa de la UEFA y varias temporadas memorables en Primera. En el caso del Lleida, donde estuvo siete campañas, se le recuerda como el técnico que logró ascender a la escuadra hasta la máxima categoría en 1993, cuarenta años después de su anterior presencia.
Fue el momento emotivo de una jornada festiva. También para los aficionados que se desplazaron hasta la capital ilerdense. Durante la mañana ya se dejaron ver camisetas albiazules por el centro de la ciudad, que se multiplicaron a medida que se acercaba el tiempo del partido. Varios bares cercanos al Camp d'Esports se tiñeron de los colores alaveses. Algunos, incluso, se aproximaron al hotel de concentración del Alavé, cercano al estadio. Ahí también estuvieron presentes aficionados locales. Incluso, algunos con colores más variopintos como los del Mallorca. Ellos no se olvidan de Luis García, Sedlar o Salva Sevilla, piezas muy queridas en Palma.
La hinchada babazorra también se dejó oír en las gradas. Pero el día era grande para la parroquia local. Una jornada marcada en el calendario. Para competir de nuevo contra un equipo del fútbol profesional. Donde sueña regresar un Lleida golpeado en los últimos años por las estrecheces económicas.
Se olvidaron de todo ello durante mucho más que noventa minutos. Incluso, charanga mediante, que amenizó la espera en los aledaños del estadio y también en su interior. En el campo se repitió ese ambiente festivo, de alegría e ilusión por la posibilidad real durante muchos minutos de hacer una machada. El espíritu verdadero de la Copa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.