Luis Rioja, una figura en situación de constante incertidumbre

Otro verano de incertidumbre para Luis Rioja, uno de los nombres destacados del mercado estival. Porque entra en su último año de contrato, el punto donde los futbolistas renuevan o son susceptibles de ser traspasados, y porque el propio jugador, con ofertas, ya ha pedido salir en anteriores ventanas de fichajes.

Este verano ha estado en las agendas de Valencia, Mallorca y Osasuna, pero sigue en las filas del Deportivo Alavés, donde puede cumplir su sexta temporada desde que llegara a Mendizorroza desde el Almería.

A estas alturas poco queda que decir del futbolista sevillano, pieza importante en el ascenso y autor de cinco goles y cuatro asistencias el curso pasado. Uno de los fijos de Luis García, aunque acabó el campeonato como suplente tras la explosión de Giuliano Simeone en ese momento.

Extremo izquierdo puro, de los de antes, encarador, que apura la banda hasta la línea en busca del centro. Más generador que finalizador. Y, sobre todo, muy trabajador. Uno de esos jugadores que, por su entrega, suma incluso en los días malos.

Con una historia futbolística peculiar a sus espaldas. Porque hasta los 19 años compaginaba su pasión por el fútbol, en las filas del Cabecense, de la Tercera andaluza, con su trabajo de camarero en el Bar Conejo de su pueblo. De ahí a las canteras del Real Madrid y Celta; después al Marbella, al Almería y salto a Primera con el Alavés.

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