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iván benito
Miércoles, 28 de julio 2021, 17:59
El Alavés dio ayer muestras de la solidez sobre la que debe asentarse. Primera portería a cero de la pretemporada tras encajar ocho goles en los tres primeros partidos. Una defensa bien plantada y un estilo reconocible que mejora. Es cierto que cualquier conclusión a ... estas alturas de pretemporada corren el riesgo de ser pasajeras, pero no lo es menos que las cartas albiazules empiezan a descubrirse sobre el tapete. Se asienta un estilo combinativo de balón, que busca sacar el balón controlado desde la retaguardia hasta una sala de máquinas todavía en fase de mecanizado.
Va a ser el centro del campo el que marque el rumbo de un Alavés plantado cada vez más lejos de su propia área. Una metamorfosis que necesita tiempo, pero que ya enseña sus primeros destellos. El Alavés conquistó la vigésima edición del torneo Villa Laguardia. Un impecable remate de cabeza del canterano Gagua resultó decisivo en un encuentro decidido en la segunda mitad. Un triunfo para ganar confianza y seguir trabajando en una pretemporada que se desplazará en los próximos días a La Manga (Murcia).
700 aficionados, la mayoría ataviados con camisetas albiazules, presenciaron en las gradas del Prao de Laguardia un duelo de ritmo bajo. Sin la chispa y la energía de la competición inicial, pero que supo a jugoso aperitivo tras más de 500 días sin poder ver a su equipo in situ. Los de Calleja, que arrancaron el partido con un marcado 4-3-3, fueron de menos a más ante un Mirandés, asentado en Segunda División, que quiso ser protagonista y tuvo las primeras acciones de peligro. La pareja de centrales de Tachi y Lejeune, con Martín y Javi López en los laterales, lograron alejar las internadas de los rojillos de la portería de un Sivera que apenas tuvo que intervenir durante los noventa minutos. Pacheco fue esta vez un espectador más en las gradas.
En el minuto 25 se produjo la peor noticia de la tarde para el Alavés. Loum negaba con la cabeza y se retiraba al banquillo tocándose en la parte posterior del muslo. Una presunta lesión muscular que retrasará su adaptación al equipo babazorro. Salió Pina y el Alavés se empezó a asentarse en campo rival. Un cabezazo de Edgar a punto estuvo de colocar el 1-0 antes del descanso, pero la gran estirada del guardameta Aritz evitó el gol del extremo.
Poco más que destacar de una primera mitad en la que Manu García e Iván Martín se erigen como líderes del ataque albiazul. Junto con Toni Moya, responsable del balón parado, dejaron las jugadas más aplaudidas por el público. También estuvo participativo y con ganas Lucas Pérez, que salió en la segunda mitad en los mejores minutos albiazules.
Tras la retahíla de cambios propia de estas fechas estivales, con calor pero sin pausa de hidratación, el Alavés tomó el mando e hizo retroceder al Mirandés. Calleja modificó el esquema, con una novedosa propuesta de tres centrales y encontró el gol de la victoria en el minuto 79. Gagua se aprovechó de un gran centro de Ximo Navarro, de vuelta al lateral derecho, para colocar el remate en la escuadra de la portería burgalesa. El canterano está aprovechando los minutos que le concede las reiteradas ausencias de Joselu, baja por cuarto partido consecutivo.
En los instantes finales, el Alavés buscó el segundo. No se conformó y se volcó al ataque ante un rival casi entregado pero que dejó buena imagen. Saúl se encontró con el palo, Lucas, en dos ocasiones, estuvo cerca de anotar su segunda diana de la pretemporada y Abqar se topó con el travesaño. Resultado justo de un Alavés que fue mejor y progresa adecuadamente.
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