La lluvia no frena a la afición del Alavés en Pamplona: «Estamos con vosotros»

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Jon Ander Goitia

En esta ocasión, el primer pulso de la temporada ha llegado en la capital navarra en una jornada puramente invernal. Sin embargo, la hora (18.30) y el día (domingo) del partido ha sido el combustible que ha caldeado a la afición vitoriana que se ha desplazado a Pamplona. Las bufandas (albiazules, por supuesto) fueron tan indispensables como los paraguas.

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El ambiente se ha trasladado de la calle al interior de los bares. El agua no ha dado tregua como tampoco los ánimos. «¡Aúpa equipo, estamos con vosotros! ¡Hacedlo por esta afición!», han lanzado los aficionados babazorros que han comenzado a poblar el centro de la capital navarra. San Nicolás ha sido uno de los puntos neurálgicos en los que la hinchada albiazul se ha calentado antes del partido. «Las malas rachas se acaban», han sentenciado.

Los gritos de «Kikegol», ídolo compartido en El Sadar y en Mendizorroza, se sobrepusieron al ruido de la lluvia que hacía aún más resbaladiza la calle Estafeta por la que los mozos y los toros se desafían cada mes de julio. Ambas aficiones se entremezclaron como es tradición compartiendo mesa, trago y mantel. Pidieron a San Fermín que dejara de llover. Pero, esta vez, el santo no pudo cumplir.

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Y, en este ambiente de compañerismo, el alavesismo se olvidó durante unas horas de una semana difícil en la que el cambio de entrenador y la eliminación copera han generado un trauma en su ánimo. «De todo se sale», repite la animada afición, que ha agotado las 400 entradas habilitadas por Osasuna. Y serán muchos más los que tiñan de albiazul. El Sadar, ya que familias y cuadrillas enteras devoraron los 100 kilómetros desde Vitoria sin remordimientos a pesar del clima adverso. «Hay que darlo todo», han confesado, pidiendo un paso adelante a Coudet y sus futbolistas. Toca disfrutar en la previa. Luego, el césped dictará sentencia.