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La larga espera de Villalibre, el héroe del ascensoDeportivo Alavés
La larga espera de Villalibre, el héroe del ascensoEl 15 de julio se hizo oficial: el Alavés fichó a Asier Villalibre. Regresaba a Mendizorroza el héroe del ascenso. El hombre que, con una pasmosa sangre fría, pidió y transformó el penalti que devolvió al Alavés a Primera. Se volvían a juntar los caminos ... de un jugador y un club que se merecían disfrutar juntos del premio de jugar en la élite. Hubo que esperar 393 días para ver al 'Búfalo' de nuevo de albiazul. Su incorporación no solo apuntaló una delantera en la que repetía Kike García y a la que más tarde se sumó Toni Martínez. Su llegada era un chute de ilusión para la parroquia albiazul. Se reabría un cuento que parecía predestinado a ser idílico. Pero este segundo capítulo es, de momento, más apagado.
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Sin apenas protagonismo en este arranque liguero (210 minutos de los 1.170 disputados, el segundo por la cola), el delantero vizcaíno sigue a la espera de su oportunidad. De minutos. Por el momento no ha gozado de esa continuidad con la que convertirse en el referente del ataque, de ser ese '9' que luce en su espalda. Los 210 minutos que ha disputado están muy lejos de los 602 que ha jugado Kike García en doce partido de liga y de los 453 de Toni Martínez repartidos en diez choques. El ariete de Gernika sigue sin encontrar su sitio en los planes de Luis García. En los últimos dos partidos ligueros tampoco ha sido uno de los recambios. Unos números que le sitúan como segundo jugador con menos protagonismo, solo por delante de Luka Romero. Incluso Hugo Novoa, que las lesiones solo le han permitido jugar cuatro partidos, suma más minutos que él (220).
La competencia en esa parcela de la delantera es alta. Porque Kike García se ha convertido en esa especie de faro que alumbra los ataques del equipo, pero también ese primer hombre en oxigenar el balón o encabezar la presión al rival. «Son distintos. Kike juega más de cara y Asier es más de espacios», describió Luis García en pretemporada. Más tarde se sumó a la nómina de delanteros Toni Martínez que «no es especialista en algo, pero es completo en todo, capaz de ir al espacio, de combinar, y tiene gol».
210
minutos ha disputado Villalibre en los siete partidos de Liga en los que ha participado.
Escaso protagonismo
Una carrera por la delantera en la que los minutos sitúan a Villalibre en el tercer escalón. La mayoría de los partidos los vive desde el banquillo, alejado del área, el hábitat natural del delantero. Y cuando le llega la oportunidad lo hace con la misión de tratar de anotar un tanto con el que rescatar algún punto para el equipo. Contra el Celta entró en el minuto 80 y con 2-1 en el marcador para tratar de pescar un empate en Vigo. El guion se repitió ante el Espanyol, con 3-2 abajo y con 12 minutos por jugarse. Getafe, Rayo y Valladolid. Y en todos ellos apenas superó los veinte minutos.
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Vuelta al punto mágico
Solo ha sido de la partida en dos ocasiones; tres, incluyendo el de Copa ante el Compostela. La primera oportunidad le llegó ante la Real Sociedad en la tercera jornada, en una alineación en la que hubo varias rotaciones. Asumió la responsabilidad del gol y encabezó la presión del equipo que, pese a estar en superioridad numérica, se vio por detrás en el marcador. El trabajo tuvo premio.
Y le llegó desde el punto de penalti. Desde el mismo punto del que devolvió al Alavés a Primera. Y desde donde sus caminos se separaron. El tanto abrió la remontada y llenó de confianza a un 'Búfalo' hambriento. Esa victoria (1-2) la culminó Toni Martínez. Al igual que el arreón final con el que los albiazules estuvieron a punto de firmar una hazaña en el Bernabéu (3-2). Al zarpazo de Benavídez le siguió el de Kike García. En ambos casos, el vizcaíno tuvo que ver cómo sus reemplazos vieron gol. Desde entonces, Villalibre se encuentra rezagado en lo que a participación se refiere.
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Lo cierto es que Villalibre parece vivir una especie de 'déjà vu'. Reaparecen esos viejos recuerdos que la temporada pasada le llevaron a abandonar el Athletic. Apenas disputó 503 minutos en Liga a las órdenes de Ernesto Valverde, con un mayor protagonismo en las primeras rondas de la Copa. Abandonó la capital vizcaína para regresar a Mendizorroza avalado por un curso de ensueño. Y sigue esperando la oportunidad para retomar su idilio.
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