«Kike García debería recibir muchos más elogios por todo lo que da a sus equipos»

«¡Fíjate en Modric y en muchos más! Estoy en una edad avanzada en el fútbol, pero también muy buena. Me cuido mucho, tengo mi preparador, mi alimentación y, sobre todo, disfruto de lo que hago. Para mí, entrenar es un lujo y competir, una maravilla. Se juntan muchos aspectos que al final hacen que tenga la ilusión de cuando empecé», confesó en este periódico un Kike García que es candidato al MVP de enero en LaLiga. Un subidón para un delantero que en temporada y media ya se ha colado entre los máximos realizadores del Alavés en Primera División.

Con 11 tantos, está a tres de un 'top10' que cierra Rubén Navarro (14) y que lidera Joselu (36). Detrás del ex del Real Madrid, entre otros, está un Javi Moreno que pone en valor al conquense. «Es un futbolista con muchísima experiencia en Primera y en Segunda. Ha hecho goles en todos sus equipos y este año está teniendo la fortuna de meterla. Esperemos que siga así», explica el exjugador valenciano, que celebró 29 dianas en Primera como alavesista (1999-01). Su techo de 22 goles en la campaña 2000-01 –récord en un curso de un futbolista del Alavés en la máxima categoría– le permiten radiografiar el oficio del '9' albiazul y desgranar cuáles son las claves para causar estragos en el área rival.

«La unión del grupo es fundamental. Si ven que eres trabajador y honrado, al final te la van a dar para que la metas. Luego, también tienes que tener el don para marcar con facilidad; pero, por encima de todo, está el compañerismo», apunta Moreno. Una descripción que casa a la perfección con el desempeño futbolístico de un Kike García generoso en el esfuerzo. «Cuando no dispongo de ocasiones pienso que ojalá las tengan Guridi, Vicente o el compañero que esté a mi lado. Soy un jugador de equipo y voy a luchar por ellos. Cuando estoy arriba intento apretar siempre», relata el '17' albiazul.

Con esta fórmula, García suma ocho tantos en 19 partidos, casi el triple de todos los que logró el curso pasado en Mendizorroza en Liga –tres en 33–, lo que le permite optar al Zarra. Su récord en Primera de 12 goles con el Eibar en la temporada 2020-21 está a tiro en esta segunda vuelta para un punta al que Julio Salinas describe como «un trabajador del fútbol». «Es un currante, un futbolista que ha pasado desapercibido y que no lo ha tenido fácil para llegar a la élite. Siempre ha cumplido con goles en todos los clubes que ha estado. Debería recibir muchos más elogios por todo lo que da a sus equipos», confiesa el exinternacional español.

García está a una diana de las 12 que marcó Salinas en Primera como babazorro (1998-00). Un club al que también llegó siendo un futbolista veterano (36 años) tras una etapa en el fútbol japonés. «Después de ganarlo todo vine al Alavés en una etapa de mi carrera en la que necesitaba un reto», detalla el exjugador, entre otros, del Athletic, del Atlético y del Barcelona, que contribuyó con sus goles a la permanencia (1999) y a la clasificación para la UEFA (2000) de los vitorianos antes de colgar las botas. Una labor notable en Mendizorroza como la que protagoniza Kike García. «Es un delantero a la antigua usanza. Es grande, alto, va de cabeza a cada pelota y sabes que, al final, va a peinar o a rematar cada envío. Da mucho a un equipo como el Alavés, que está en un momento complicado. Le tiras la pelota y la protege, la aguanta y permite al equipo llegar», afirma el seis veces campeón de LaLiga. «Cualquier buen centro que le pongas puede ser medio gol», añade Salinas.

Una efectividad que multiplicó por mil Javi Moreno en aquel 2001 mágico para el Alavés en el que alcanzó la final de la UEFA. Aquella campaña, el valenciano celebró 28 goles entre Liga y Europa. «Fue un año histórico, pero estaba rodeado de muy buenos futbolistas. Contra, Jordi Cruyff, Iván Alonso, Pablo, Magno... Eran jugadores de mucha calidad que cuando les tirabas un desmarque o estabas dentro del área te la daban para que finalizaras», apunta Moreno.

Sin embargo, en otras ocasiones, el aislamiento futbolístico también le obligó a fabricarse sus acciones en solitario. Ladrillo a ladrillo, como hace el 'obrero del gol'. «El punta del Alavés tiene muchas veces que buscarse las habichuelas, pero para eso están los compañeros. Para que cuando te posiciones o haya un centro te busquen», señala.

«A lo largo de mi carrera me he encontrado muchos partidos con pocas ocasiones. No me voy a venir abajo», completa un García que tras 273 encuentros y 53 goles en Primera no escatima ni un gramo de esfuerzo. Es el faro de la presión albiazul. Y luego, todavía le quedan piernas para marcar y llevarse el balón a casa como en el Villamarín. Es incansable.