Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Desayuno a las nueve y media, descanso, paseo a la una menos cuarto, charla, comida, descanso y charla antes de partir hacia el estadio. Es la rutina de un equipo que se juega el ascenso a Primera División. Del Deportivo Alavés. El otro, Las Palmas, ha realizado una suave sesión matinal. Cada maestrillo tiene su librillo.
Cada uno libera tensiones a su manera. El reloj parece no avanzar en una jornada que se presume larga e inquieta. La visita de un familiar, los ánimos de los aficionados, el móvil, un selfie por aquí, un saludo por allá... Y los pitidos de los conductores locales con gritos a favor de su equipo, que irradian el estado de euforia que se ha decretado en la isla.
Luis García sonríe. Por su manera de ser o por la confianza en el plan. O las dos. El lesionado Maras acompaña a sus compañeros. También es parte importante de esto, Y Salva Sevilla y Víctor Laguardia cierran el grupo con gesto sereno, transmitiendo, al menos de puertas hacia fuera, la tranquilidad de quien ya sabe de qué va esto.
El minutero avanza, aunque sea con desesperante parsimonia. La 'hora H' se va acercando. Y el Alavés y su gente ya están enfocados en el duelo definitivo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.