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Hace dos veranos fueron Rodrigo Ely y Rubén Sobrino; el año pasado, Tomás Pina y John Guidetti. El Alavés parecía abonado a la fórmula de las cesiones que se transformaban en apuestas a largo plazo, una vía que le permitía abordar inversiones de forma selectiva ... y minimizar el riesgo. El foco del conjunto albiazul apuntaba a cuatro nombres al final de la última campaña: Jony Rodríguez, Jonathan Calleri, Takashi Inui y Darko Brasanac. Eran los hombres que trataría de atar para consolidar su proyecto y dejar a un lado nuevos préstamos. A la espera de que el futuro del ariete argentino se esclarezca, la operación retorno parece hoy una quimera en Mendizorroza.
La fuerte puja del Eibar por Inui cerró cualquier opción de una segunda etapa del nipón en Vitoria. El extremo, que no entraba en los planes de Rubi en el Betis, veía con buenos ojos volver al Alavés, aunque su opción predilecta era reincorporarse al cuadro armero, donde ha vivido su momento cumbre en el fútbol de élite. El equipo de José Luis Mendilibar, quien además solicitó de forma expresa su fichaje, era el único que ofrecía un traspaso cercano a los 2 millones de euros y un contrato de larga duración al futbolista.
La nueva vinculación de Inui concluirá en junio de 2022, cuando habrá cumplido ya los 34 años. El Alavés, por su lado, contemplaba como opción preferencial una segunda cesión o esperar a la rescisión de contrato del nipón, que llegó libre al Betis el pasado verano. En este sentido, el club albiazul consideraba prohibitivo pagar un traspaso por un jugador de 31 años, que además contaba con un caché considerable, y cuyo rendimiento tampoco había resultado incontestable.
Algo similar sucedió con Darko Brasanac, al que el Alavés confiaba en fichar con la carta de libertad o a cambio de un traspaso simbólico, ya que su vinculación con el club verdiblanco finalizaba en 2020. En cualquier caso, la llegada de Pere Pons y la posible continuidad de Wakaso relegaron al serbio a una opción casi remota.
Con la marcha de Jony al Lazio, de Brasanac a Osasuna a cambio de un millón de euros y la recién concretada venta de Inui al Eibar, al Alavés tan solo le queda la vía de Calleri para repetir una fórmula similar a la que empleó con Ely y Pina. El argentino ha dejado claro que su prioridad es regresar a Vitoria, aunque el fondo inversor que posee sus derechos lo ha tasado en unos 20 millones, una cifra inasumible para las arcas del paseo de Cervantes. La única opción de que el porteño vuelva es que el tiempo se alíe con el equipo albiazul y que el jugador ejerza algo de presión, lo que obligaría al Atlético Maldonado a repetir la vía de la cesión para que el futbolista no se devalúe.
Por su lado, la dirección deportiva del Alavés, encabezada por Sergio Fernández, se vuelca ahora en la incorporación de al menos dos extremos. Con el nombre de Inui tachado de la lista de candidatos, el conjunto albiazul cuenta hoy con Twumasi como único recurso para el costado derecho y con Luis Rioja para el izquierdo.
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