La pandemia y sus complicadas consecuencias económicas han frenado uno de los grandes proyectos del Deportivo Alavés: la ampliación y modernización de su estadio, Mendizorroza. El proyecto va a ser financiado por las instituciones y el propio club. Pero ni una parte ni la otra, ... todavía buscando la luz al final del túnel, se encuentran en una situación económica que favorezca esta operación. Como ha podido confirmar EL CORREO de fuentes institucionales y el club comienza a asumir ya, las obras de ampliación del vetusto recinto tampoco arrancarán en 2021, el año del centenario del club. Sufrirán un nuevo retraso y en el mejor de los escenarios, lo harán en 2022. Las partes siguen convencidas de la necesidad de reformar un campo con importantes déficits en todos los sentidos, pero aparcan en este momento el comienzo de las obras.
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La ampliación de Mendizorroza -uno de los campos más antiguos de Primera y que cuenta con la de 1998 como su última gran reforma en profundidad- es uno de los grandes proyectos del Alavés. Fue en 2016 cuando presentó la primera idea de reforma para dar cobijo a 32.000 espectadores y que buscaba, según el club, «solucionar los graves problemas estructurales que desde hace años viene padeciendo», además de «disponer de un estadio moderno, funcional, adaptado a las nuevas necesidades del fútbol».
Una propuesta posterior redujo el aforo potencial hasta los 27.000. Una cifra muy superior, en cualquier caso, a los 19.840 que, hasta que la pandemia vació los estadios, podían acudir hasta Mendizorroza. El proyecto tiene un presupuesto de 55 millones de euros. Algo más de la mitad, 33, los aportará el club, usuario único del estadio. Los otros 22 se los repartirán el Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación Foral de Álava y el Gobierno Vasco. Unas cifras complicadas de asumir en un contexto de crisis económica y sanitaria. El consistorio, por ejemplo, cifró en unos «60 millones de euros» el desplome de ingresos municipales a causa de virus. Por eso, decidió el pasado mes de mayo congelar su aportación a ese y otros grandes proyectos de la ciudad. Por entonces, el Alavés ya asumía que no iba a ser 2020 el año de arranque de las obras. El club lo confirmó el pasado junio «como consecuencia de la difícil situación, donde la prioridad es la salud». Ahora, el proyecto, que sigue adelante con todas las consecuencias, tiene ya el horizonte de inicio en 2022.
Pero el frenazo a la renovación de Mendizorroza no anticipa la paralización de todos los grandes proyectos albiazules. Es más, el club ha decidido confirmar su apuesta por ampliar y mejorar Ibaia, otra de sus joyas de la corona. La Ciudad Deportiva, al igual que el estadio, también reclamaba desde hace tiempo una actualización al nuevo estatus del club, que cumple un lustro en la élite.
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En la actualidad, el Alavés cuenta en las instalaciones de Zuazo de Vitoria con cuatro terrenos de juego, además de parking y un edificio donde alberga, entre otros edificios, los vestuarios. En los últimos año ha renovado su estructura, así como el césped de los campos. También instaló una pequeña grada portátil junto al campo donde entrena el primer equipo y juega el filial. Ahora busca dar un paso más. En julio compró la parcelas donde se están el campo de arriba y el parking, formalizó la opción de compra de uno de los terrenos colindantes y llegó a un acuerdo para el alquiler, con opción a compra, de otra de las parcelas contiguas. En total, 109.751 metros cuadrados.
Ahí podrá construir su gran Ciudad Deportiva, una vez abandonada la idea de adquirir Betoño, por la que no alcanzó un acuerdo económico con el Ayuntamiento. Una acorde a las necesidades de un equipo instalado en la élite del fútbol profesional, con una cantera cada vez más pujante y un equipo femenino que aspira a instalarse a corto plazo en la máxima categoría.
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El comienzo de los trabajos pasa por la aprobación de un plan especial, un cambio urbanístico necesario. El club espera verlo hecho realidad en el inicio de 2021. Ahí tendrá vía libre para acometer unas obras por fases llamadas a arrancar durante el verano. Entre los primeros proyectos, construir otro campo de fútbol natural para el primer equipo. Además, el Grupo Baskonia-Alavés tiene proyectada una reforma del Bakh y la pronta inauguración de su Universidad, la EUNEIZ.
No está siendo un año fácil para las tesorerías de los equipos de fútbol. La ausencia de aficionados, el tiempo que han estado parados y los ajustes en los ingresos televisivos tendrán un impacto directo en los presupuestos de los clubes. También en el del Alavés, que planea presentarlo a finales del mes de diciembre, en la Asamblea de Accionistas. El objetivo del club es celebrarla de forma presencial, aunque depende de la evolución de la pandemia y las restricciones. Como adelantó este periódico, la entidad prepara unas cuentas con una rebaja de entre el 10 y el 20%. En cifras, entre siete y catorce millones de euros. El último presupuesto apuntaba a los 76 millones. El club también ha visto reducido su límite salarial. Con 42 millones de euros, es el quinto más bajo de Primera División.
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