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Fernando Ruiz de Esquide
Sábado, 13 de enero 2018
Del Alcoraz en Huesca a la visita del Sevilla a Mendizorroza. Si no hay contratiempos y después de 876 días, Fernando Pacheco alcanzará hoy los cien partidos oficiales bajo la portería del Alavés. Guantes centenarios que, desde el verano de 2015, han atravesado junto al ... equipo el puente hacia la máxima categoría, una final de Copa y, ahora, el intento de continuar en la elite. Aunque muchas han sido las circunstancias que han contribuido al crecimiento del conjunto vitoriano, difícil es separar la trayectoria colectiva de la figura del meta extremeño.
Fogonazos en forma de intervenciones salvadoras que dilataron las pupilas alavesistas para ayudar de forma determinante a lograr los objetivos. Como aquella tarde en Miranda convertido en negador de goles cantados o, en el pasado ejercicio, pesadilla de Iago Aspas para certificar la clasificación para la final copera. Esta es hasta el momento su campaña más irregular, aunque ya en las últimas semanas, incluido su gran notable en Bilbao, parece haberse reencontrado con su mejor versión.
«Ni en sueños pensaba que todo podía salir así». Pacheco nunca ha ocultado que su decisión de abandonar el calor del Real Madrid y arriesgarse a fichar por un conjunto entonces de Segunda le generó incertidumbre. «Ya puedo decir que he acertado», explicaba apenas seis meses después de desembarcar en Vitoria, en aquella campaña con José Bordalás en el banquillo donde los albiazules levantaban un muro defensivo. Si algún ladrillo se despegaba, allí aparecía el pacense para encajarlo con sus manoplas.
En un ejercicio donde disputó 42 partidos y solo encajó 37 goles. Con un expediente donde en la mitad de los encuentros dejó la meta inmaculada. Incluidos tres de los cuatro últimos choques ligueros -Alcorcón, Ponferradina y Numancia- camino al retorno a Primera División por el Alavés después de una década. Para dejar ya claro que sus reflejos y habilidad para aguantar en el uno contra uno servían a la suma de puntos. También para forjar la sensación, después de mucho tiempo, de que el Alavés había encontrado un portero de categoría.
Los números totales de Fernando Pacheco, con 99 partidos disputados y 109 goles en su portería, con una media de apenas 1,1, siguen siendo notables pese al cambio de divisióna. Porque lejos de sufrir en la elite se reivindicó como un cancerbero de largo recorrido. Sobrio y determinante también entre los mejores. Bajo la dirección de Mauricio Pellegrino el curso pasado, recibió 42 tantos en 36 partidos ligueros y otros tres en la final de Copa frente al Barcelona. Por el camino, multitud de encuentros donde el meta emergía en momentos determinantes. Con fases en auténtico estado de gracia, donde resultaba capaz de salvar al menos una ocasión clara del rival por tarde de fútbol. La confianza de los técnicos en su trabajo ha sido siempre ciega. Bordalás ni siquiera concedió la titularidad a Pau Tores en el torneo copero, mientras que el protagonismo de Ortolá se cerró la campaña pasada cuando apareció la gran oportunidad en las semifinales ante el Celta.
También ha sorteado Pacheco las lesiones. Solo en dos ocasiones, en Segunda frente al Lugo y el ejercicio pasado frente al Athletic, se ha quedado fuera por un contratiempo físico. Tampoco han llegado hasta el momento problemas en el aspecto disciplinario. Nunca ha sido expulsado y, en la campaña con Bordalás, el guardameta supo aguantar el tramo final de la competición con cuatro cartulinas, al borde de la suspensión.
Aunque se trate de cuestiones anecdóticas, Fernando Pacheco dispone ya de una buena historia para narrar en las noches de sofá cuando cierre su trayectoria futbolística. El extremeño es uno de los pocos guardametas que ha detenido penaltis a los dos iconos de la Liga. En la segunda jornada de la actual competición desvió un lanzamiento de Messi, mientras que en la campaña del retorno albiazul a la máxima categoría ya había detenido también otro a Cristiano Ronaldo.
Un portero aún sin cumplir los 26 años -los celebrará el 18 de mayo- y todo el potencial para continuar su progresión. El Alavés se apresuró el pasado febrero a renovar su contrato hasta 2020 y, en junio, el Real Madrid renunció a su última opción de repesca para alivio albiazul. No se trata, en cualquier caso, de ninguna garantía para la continuidad futura de Pacheco en Vitoria, siempre en el escaparate de un mercado repleto de euros. El director deportivo albiazul, Sergio Fernández, lo dejó claro el pasado verano tras la incorporación del joven Antonio Sivera desde el Valencia. «Somos conscientes que, de forma natural, Fernando dejará algún día de formar parte de la plantilla».
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