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Granada 2-0 Alavés
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Granada 2-0 Alavés
El infierno de Samu y un ataque del Alavés sin respuestasEl gol que dio la puntilla al Deportivo Alavés lo marcó un delantero que no debería haber estado allí. Porque Lucas Boyé llegó al Granada dos días antes del cierre del mercado estival… para cubrir el hueco que había dejado Samu Omorodion tras su inesperada marcha al Atlético de Madrid unos pocos días antes. El ahora delantero albiazul, que no pudo quedarse cedido en el plantel nazarí, ha pasado en ocho meses de gran promesa a villano. De autor del primer gol del equipo esta temporada y referencia ofensiva para luchar por la permanencia a centro de todos los pitos. Del cielo al infierno que vivió este domingo en Los Cármenes.
El partido se le hizo muy largo. Empezó días antes de que García Verdura pitase el inicio. Ya era sentenciado como culpable por la grada debido una abrupta marcha en la que las partes se acusaban mutuamente de no haber obrado con nobleza. Pero el hecho de que el delantero optase hace unos días por elevar la disputa a los tribunales -acompañado en esa demanda por el Atlético- al considerar «abusiva» la cláusula de rescisión que en su momento le colocó el Granada terminó de reventar todo. Él se lo esperaba, pero el recibimiento fue manifiestamente hostil.
Ya desde el calentamiento, cuando el campo aún tenía la mayoría de asientos sin cubrir, los pitos se hicieron muy presentes. Igual que cuando la megafonía anunció su nombre. O cada vez que amagaba con intervenir en el juego del Alavés. Ni siquiera tenía que tocar el balón. Bastaba con que estuviera cerca. Una tibia refriega con el portero Batalla elevó unos decibelios que ya se quedaron altos hasta que el delantero fue cambiado mediado el segundo tiempo. Más de una hora sobre el césped en la que fue una sombra de ese atacante poderoso en carrera y temible para las defensas. Sin apenas opciones de conectar con el juego ofensivo, instalado en una mala racha goleadora -son siete encuentros sin ver portería- y devorado por una presión ambiental que terminó de dejarle fuera de combate.
Aunque ese mal que aqueja al Pichichi albiazul es en realidad de carácter pandémico dentro de la caseta. Solo así se explica que el bloque adiestrado por Luis García encadene tres partidos sin marcar ni un solo gol. Son solo tres tantos a favor en los últimos ocho encuentros. Ni siquiera fue capaz de ver portería contra el que, al principio de la jornada, ostentaba junto al Almería el dudoso honor de ser el equipo más goleado de Primera. Un Granada que hasta ahora solo había celebrado otra portería a cero. Pero lo cierto es que el bloque nazarí vivió una solvencia defensiva casi inédita fruto, en gran medida, a la inquietante escasez de argumentos ofensivos que esgrimió el Alavés.
Tampoco la apuesta por Panichelli alteró esa dinámica. La entrada del joven argentino fue la gran sorpresa de un once con tres cambios. Primera titularidad, la de un futbolista que cuenta con la firme confianza de Luis García, desde que aterrizase en Vitoria hace algo más de un año. Una apuesta por encontrar algo diferente -el joven argentino no estuvo mal dentro del mal nivel colectivo- que llevó al Alavés a jugar con dos delanteros. Así lo hizo durante todo el partido, cuando primero Kike y después Simeone dieron el relevo a Samu y el propio Panichelli. Ni rastro de un Guridi que se quedó sin minutos por segunda vez esta temporada.
En conjunto, el Alavés se marchó de Los Cármenes con solo tres disparos a puerta en noventa minutos. Y, más preocupante, la señal de que estuvo muy lejos de resultar competitivo ante un rival de nivel discreto y cuyas palpables vulnerabilidades no logró atacar. Solo el bálsamo clasificatorio de unos rivales directos con resultados igual de pobres hace que las alarmas no retumben aún. Pero la necesidad de mejora volvió a quedar palpable en otra tarde para olvidar.
Rubén Duarte regresó al once titular. El lateral andaluz, que jugó en su puesto natural y no en el centro de la defensa, tuvo minutos tres una inusual ausencia de cuatro encuentros en las que se encadenaron los problemas físicos y la apuesta de Luis García por Javi López. Duarte disputó el encuentro completo y llegó, de esta forma, a una cifra especial que ilustra su extensa trayectoria como albiazul. Son ya 176 partidos con la zamarra del Alavés en la máxima categoría. Se coloca, de esta forma, con los mismos que Víctor Laguardia en la segunda posición de esa tabla histórica. Solo les queda por delante Fernando Pacheco, aún lejos: 208. El lateral andaluz, que llegó al Alavés en 2017, suma en total 225 presencias.
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