Ibai Gómez, con Daniel Torres a la izquierda, celebra efusivo el tanto que dio la victoria al Alavés frente al Barça en 2016, la última albiazul en el feudo blaugrana. AFP

La gesta del Alavés ante el Barça de Messi que acabó con celebración en el jacuzzi

El Alavés lleva nueve años sin ganar en Barcelona. Ibai Gómez y Raúl García repasan para EL CORREO aquella hazaña

Sábado, 1 de febrero 2025, 00:27

Lo recuerdan todo. Cada jugada, cada conversación, cada movimiento táctico... Incluso la posterior celebración en el jacuzzi de un equipo recién ascendido que asaltó en 2016 el Camp Nou. No era para menos. El paso del tiempo dio aún mayor relevancia a aquella hazaña. Fue ... la última victoria del Alavés (1-2) en el fortín blaugrana. Ese mismo estadio que ningún equipo más de la Liga consiguió derrotar durante 792 días, algo más de dos años. Entre medias, 42 partidos en los que sólo el Glorioso consiguió llevarse los tres puntos. Ibai Gómez y Raúl García Carnero fueron dos de los protagonistas de aquella gesta. En la previa del duelo contra los culés (este domingo, 14.00 horas) en el Lluís Companys, evocan para EL CORREO una noche histórica.

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Pese a la mayúscula sorpresa que provocó en el entorno blaugrana, el triunfo no fue tan inesperado en el seno del vestuario albiazul. «Durante la semana de partido, (Mauricio) Pellegrino incidió mucho en el aspecto táctico. Jugamos con una defensa de cinco, así que debíamos mantener la línea y orientar bien la presión para evitar que pudiesen explotar su juego. Nos preparamos a conciencia», comenta el defensor, quien actuó junto con Laguardia y Alexis. El técnico argentino también buscó motivar a sus jugadores, aunque no hizo falta. Estaban hambrientos. «Estábamos muy animados. Íbamos con la ilusión de un recién ascendido», añade Gómez. De sus botas nació el gol del triunfo.

792

días pasaron hasta que otro equipo consiguió asaltar el feudo blaugrana. 42 partidos y más de dos años en los que sólo el Alavés se llevó los tres puntos del Camp Nou.

Nueve años después, dibuja con palabras el tanto, como si lo estuviese viendo de nuevo. «Me acuerdo perfectamente de la jugada. Y si se me olvida, ya se encarga la gente de recordármela. Cogí un rechace de Mascherano. Amagué con un tiro y me fui de él y de Aleix Vidal. Encaré a portería y superé por raso a Cillessen». Lo celebró efusivamente. «Fue mi primer gol con el Alavés, un equipo que guardo con cariño en el corazón». Y también con rabia. «El Glorioso depositó mucha confianza en mí, me volví a sentir futbolista», confiesa Ibai.

«Recuerdo perfectamente el gol, y si se me olvida ya se encarga la gente de recordármelo. Fue mi primer tanto con el Alavés»

Ibai Gómez

«Mantener durante los 90 minutos la concentración requirió de un desgaste tremendo. Mentalmente acabamos fundidos»

Raúl García

Por delante quedaba una eternidad. Media hora en un Camp Nou que se convirtió en un coliseo. Mathieu había conseguido poner las tablas tras el tanto albiazul de Deyverson. Y su deseo de remontada se vio truncado. El asedio culé fue total. La posesión habla del dominio azulgrana: el Alavés sólo tuvo el 26% de la posesión. Y sobre el verde se desató una feroz batalla en la que los hombres de Pellegrino sudaron para no dejar escapar una victoria doble: la primera del curso y en un escenario que parecía inexpugnable. «Recuerdo que tuve una discusión con Luis Suárez. Le recriminé que buscase forzar un penalti», apunta el zaguero.

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Con Messi y Luis Suárez

Porque sí, en ese adverso escenario, Luis Enrique sacó a toda su artillería pesada. El técnico asturiano alineó un once de garantías, con Neymar, Rakitic o Busquets. Y dejó en el banquillo a Messi, Luis Suarez e Iniesta para darles descanso tras sus compromisos internacionales. «Sin ellos en el campo siempre hay más probabilidades de sumar algo», reconoce Gómez. Tras verse atrás en el marcador recurrió a sus estrellas. «Pero bueno, que no estuviesen tampoco nos aliviaba, el Barça tenía una grandísima plantilla», abunda García.

Raúl García pugna un balón con Leo Messi.

Una combinación entre Jordi Alba y Messi -repitieron su habitual jugada que deja al argentino solo en la frontal del área- fue la única grieta en la defensa. «Mantener durante 90 minutos la concentración requirió de un desgaste tremendo. Mentalmente estábamos fundidos. Pero conseguimos el objetivo». Levantaron una muralla para amarrar el triunfo. Y lo celebraron como merecía. «Ganar en el Camp Nou no es algo que se dé todos los días... El vestuario era una fiesta. Nos metimos hasta en el jacuzzi. A mi suegro, que es del Barça, se lo recuerdo siempre», bromea el defensa.

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Luis Enrique tuvo que recurrir a sus estrellas: Messi, Luis Suárez e Iniesta, al verse por detrás en el marcador. Sin embargo, los albiazules levantaron un muro infranqueable.

Artillería pesada

Pero también porque fue la primera de una ilusionante temporada. «Sabíamos que cada victoria iba a ser importantísima. Y ese año las celebramos todas. Mirando ahora atrás, la victoria al Barça era el aviso del potencial que tenía aquella plantilla. Fue una pena que no nos lo hubiésemos creído antes... Jugamos la final de Copa y estuvimos cerca de Europa», se lamenta Gómez. El atacante ha cruzado la frontera de la banda y ahora ejerce de entrenador en el Arenas. Saca la pizarra y da las claves para vencer al equipo de Flick.

«El Alavés tiene que conseguir un bloque bajo ordenado para frenar a un equipo que viene reforzado por los resultados. Atrás el partido tendrá que ser perfecto. Los jugadores tienen que estar mentalizados de que el Barça les va a someter con la posesión. Pero también se les puede hacer daño. Y la clave estará en las rupturas desde la segunda línea», opina Gómez. Quiere que el Glorioso vuelva a conquistar el feudo blaugrana, esta vez en el Lluis Companys. Por su delicada situación clasificatoria y porque nueve años después, sus nombres siguen como 'los últimos'. «Estamos deseosos de que nos quiten este 'título'».

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