La fórmula de Coudet para la salvación

El club sigue creyendo que el camino tomado en diciembre es el adecuado, aunque la falta de resultados condicionaba todos los análisis. Un extremo que ha cambiado en las últimas tres jornadas, sumando cinco puntos de nueve posibles tras empatar frente a Mallorca (1-1) y Las Palmas (2-2) y doblegar (1-0) al Villarreal. Resultados positivos que les han permitido salir, por primera vez en mes y medio, del descenso. Un pequeño alivio para un bloque que quiere «sostener» lo bueno de estas tres semanas de rearme.

El Alavés cayó consecutivamente en casa frente a Getafe y Espanyol con dos delanteros centros de inicio. La apuesta de un «fútbol más directo» con Kike García y Toni Martínez no cuajó y Coudet modificó su plan. Vuelta al 1-4-2-3-1 con dos cambios arriba. Aleñá, como ya venía apuntando desde su debut en Butarque, se ha adueñado de la banda izquierda. Y Carlos Martín, habitual del perfil zurdo anteriormente, ha centrado su posición actuando de segundo punta por detrás de Kike y de Toni. Dos movimientos que han relegado al banquillo a un Guridi que marcó en Las Palmas y que han dotado de mayor dinamismo al ataque vitoriano.

En la previa de la visita al Mallorca, Coudet se marcó como objetivo «dejar su portería a cero». «Trabajamos para ello, pero cada error nos está penalizando», declaró el Chacho. Sin embargo, en Son Moix, el Alavés encajó gol encadenando 14 partidos recibiendo, al menos, una diana. Un mal crónico que se corrigió frente al Villarreal. «El fútbol nos ha devuelto lo que nos viene quitando desde la injusticia», dijo Coudet tras un ejercicio de resistencia numantino bajo el diluvio y con nueve jugadores.

Ampliar

Su fortaleza terminó el encuentro en pie protegida por dos clásicos como Tenaglia y Abqar y dos nuevos escudos como Mouriño y Manu Sánchez. El central uruguayo se ha consolidado en el eje de la zaga gracias a su superioridad física, contundencia y rapidez. Y el madrileño ha hecho suya la banda izquierda, terminando con cualquier debate alrededor de su figura con buen rendimiento ofensivo y defensivo. Diarra ha pasado al banquillo en un equipo al que le está bailando la portería. La expulsión/lesión de Sivera y la incompleta puesta a punto de Owono hicieron que Adrián Rodríguez jugara ante Villarreal y Las Palmas. En Gran Canaria, el Alavés volvió a las andadas al encajar dos goles en el descuento. Una pesadilla que no tiene fin para un bloque que sólo ha dejado cuatro veces en 28 jornadas su meta a cero.

El gol en la 'era Coudet' es del delantero conquense. De los 18 anotados por el Alavés en 14 partidos a sus órdenes, 10 han sido de Kike García y ocho del resto. Sin embargo, en estos tres últimos encuentros, las dianas se han democratizado en los babazorros. El '17' marcó al Mallorca pero luego Manu Sánchez anotó el tanto del triunfo frente al Villarreal. Y en Las Palmas, con García descansando por su lesión en el psoas, fueron Toni Martínez y Guridi los que vieron puerta.

Guevara y Blanco fueron la pareja de seguridad del Alavés el curso pasado. Pero esta temporada, la dupla se ha roto en varias fases. En los últimos encuentros y una vez recuperado de su lesión, Jordán es la pareja del cordobés en el doble pivote, 'ayudados' en la elaboración por Aleñá. «Con ellos estamos capacitados para manejar el juego a lo largo del partido y demostrar un buen fútbol», explicó el Chacho.

Ampliar

Sólo la sanción de Blanco en Las Palmas, cuyo lugar ocupó Guevara, modificó sus planes. Y el que ha dejado de ser indiscutible es Carlos Vicente. Con 2.320 minutos, es el jugador más utilizado. Sin embargo, después de ser sustituido al descanso frente al Espanyol, Vicente fue titular ante el Mallorca, suplente frente al Villarreal y relevado a la hora en Las Palmas. «Vamos a recuperar su mejor versión, ayudándole y acompañándole. Es un jugador determinante y lo necesitamos», sentenció Coudet.

La derrota ante el Espanyol fue un punto de inflexión en el vestuario albiazul. «Nos ha hecho más fuertes», señaló el argentino, que después del revés buscó la unión de la caseta. El asado en su casa con toda la plantilla en la previa frente al Mallorca sirvió para unir y rearmar anímicamente al equipo. Al igual que la arenga en el descanso en Son Moix fue un toque de atención que surtió efecto. «Coudet pone nombre y apellido a los errores, los dice a la cara y eso nos ayuda», apuntó Mouriño. Y así consiguieron el deseado «clic» ante el Villarreal, logrando una victoria que todos necesitaban en un Mendizorroza que llevaba cuatro meses sin celebrar un triunfo.

En Las Palmas, los vitorianos llegaron al minuto 89 con dos goles de ventaja. Ya paladeaban un triunfo que les habría despegado de la zona baja de forma considerable. Sin embargo, volvieron algunos fantasmas en un epílogo de pesadilla en el que los amarillos lograron empatar con dos tantos en el tiempo añadido. «Mirar positivamente al punto me cuesta mucho», confesó el Chacho. «Hemos tratado de cerrar los partidos de diferentes maneras, con distintos jugadores, y hemos perdido muchos puntos», se lamentó Coudet.

Una asignatura pendiente que no consiguen superar y que les ha llevado a quedarse sin triunfos a domicilio ante tres rivales directos como Valencia, Leganés y Las Palmas. Ni buscando guardar la renta ni queriendo ampliarla han logrado amarrar unas victorias que les tendrían varios puntos por encima del descenso. Ahora, el mejor golaverage general con el Leganés les hace estar fuera de la quema. Que no es poco.