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Trámite cumplido. Lo esperado. El Deportivo Alavés ha tenido sustos recientes contra equipos de inferior categoría como el Jaén o el Linares, pero esta vez la diferencia de nivel era demasiado grande. El rival juega en el séptimo peldaño del fútbol español. Y quedó claro ... desde el principio. El equipo de Luis García salió intenso para zanjar el asunto cuanto antes y tiró de seriedad después para mantener el respeto al rival y a la competición con una goleada histórica en la memoria copera del club. La victoria más abultada en el torneo, superando el 8-1 que le endosó al Anaitasuna en 1983.
Un resultado que va directo al altar de las goleadas alavesistas, donde manda un 13-0 escandaloso al Rentería el 12 de marzo de 1939, enmarcado en el campeonato regional de Guipúzcoa, uno de los primeros torneos oficiales que se pudieron disputar después de la Guerra Civil. A nivel de fútbol nacional, el 12-0 al Erandio en la temporada 1940-41 se mantiene como la mayor goleada liguera del Glorioso. Eran otros tiempos, en los que equipos con cinco delanteros provocaban cócteles explosivos en el marcador. Así, dos 11-1 en Tercera en la década de los 40 preceden también a la decena conseguida en La Condomina.
13-0 (Rentería). Campeonato Regional de Guipúzcoa (1938-39).
12-0 (Erandio). Tercera División (1940-41).
11-1 (Tolosa, Anaitasuna y Beasain). Tercera (1944-45), Regional (1970-71) y Tercera (1940-41).
10-0 (Elgoibar y Deportivo Murcia). Tercera (1940-41) y Copa del Rey (2023-24).
10-1 (Logroñés). Segunda División (1956-57).
Esta goleada histórica llegó en un partido para los menos habituales. Lo esperado también. Con Duarte –puerta abierta para la titularidad de Javi López ante el Almería–, un activo Sola y Blanco como los únicos asiduos liguero que formaron de inicio. Un día para Owono, el portero de la Copa. Para Maras, que volvía a jugar 285 días después de que una lesión le apartara del equipo del ascenso hace más de nueve meses. Para Karrikaburu.
Muchos focos puestos en el delantero navarro, que solo sumaba catorce minutos con la camiseta albiazul, menos que Sylla y Miguel, que dejaron el club hace dos meses. El ariete de Elizondo lo intentó en todo momento, pero no le sonreía la fortuna, víctima de la ansiedad de quien quería reivindicarse y no podía.
Y que rozó la desesperación cuando veía que su esfuerzo se quedaba sin recompensa mientras Alkain, inexistente en la primera parte, marcaba dos goles y Hagi hacía el suyo nada más salir al campo. Pero porfió hasta encontrar el premio. Hasta tres veces. Uno de los grandes protagonistas. El otro fue el canterano Selu Diallo, titular en el centro del campo junto a Blanco.
De físico imponente, pura potencia para abarcar mucho campo y ganar rechaces. Pero no exento de calidad técnica, plasmada en buenos controles y pases. De 20 años y en la estructura albiazul desde 2021, el oscense tiene contrato hasta 2028. Una de las perlas de Ibaia. Como Tomás Mendes. Juntos formaron la pareja de mediocentros en la segunda mitad. Y el almeriense también estuvo fino, protagonista en el quinto gol. El poder de Ibaia se asoma al primer equipo, donde ya echan raíces los Abqar, Owono, Abde o, en el camino de vuelta, Ander Guevara.
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