La realidad impone sus condiciones al Alavés

Un mensaje dirigido primero a mantener la tensión en el vestuario. En definitiva, a conseguir cada semana la mejor versión alavesista. Posiblemente, también a reivindicar su figura y la de todo su cuerpo técnico. Estar cerca de la mitad de la tabla con el límite salarial más bajo de la categoría no deja de ser un mérito permanente. Nada, además, que el club vaya a alabar al menos de forma pública. Ya se sabe que con la tela justa hay que elaborar un buen traje. En caso contrario se busca otro sastre.La realidad ha impuesto en cualquier caso sus condiciones en el último tramo de la competición.

A un Alavés que vive al límite cada jornada le ha tocado escarbar hasta dejarse las uñas para encontrar puntos. Con esa certeza de que solo la fortaleza colectiva sirve para equilibrar duelos ante rivales con nombres importantes y caros en sus ataques (Gerard- Sorloth, Chimy-Bakambú, Muriqi-Larín). Así que ni ante Villarreal ni ante Mallorca ha logrado el cuadro albiazul mantener sus ventajas en Mendizorroza. En ambos duelos acabó además sintiendo sudores fríos en su propia área. Lo contrario sucedió en la visita al Betis, aquellos minutos finales cerca del premio tras sobrevivir a los arreones verdiblancos.

De todo ello han salido tres puntos que suman y acercan los números a los exigidos para asegurar la categoría. Al margen de lo que suceda con los adversarios directos, esos 29 puntos en 26 jornadas hablan de una proyección de 42 al final del curso. Muy por encima de lo que previsiblemente marcará la línea roja, pero que servirían para cumplir con el objetivo en cualquier temporada.El «seguimos sin perder» del técnico alavesista se enmarca probablemente en reflexiones de este tipo. Las de un equipo recién ascendido cuya única misión es superar a tres adversarios en la tabla final. Las de un Alavés con menos goles anotados (25) que partidos disputados (26) y donde un chaval de 19 años, Samu Omorodion, ha marcado casi un tercio de esos tantos (8). Miedo da pensar que llegó a la plantilla en el último momento, cedido por el Atlético tras la lesión de Giuliano, y que el Granada, un rival directo y su club de origen, podría haber contado con sus goles esta campaña.

Ese «seguimos sin perder» también parece hablar de una defensa titular donde Gorosabel (27 años) es el veterano y dos imberbes como Rafa Marín y Javi López (ambos de 21 años) están afianzados en la zaga, la que completa un debutante en la categoría: Abqar (24 años). Olvidada parece aquella rotura de ligamentos de Sedlar que privó al Alavés de la experiencia del serbio, hasta entonces el defensor más destacado. Quizás no tan olvidada, aunque no satisfecha, la petición expresa del técnico de contratar un central en el mercado de invierno. Vamos, que si hay descosidos que el sastre remiende.