24 horas al día, 7 días a la semana. 24/7. Vamos, siempre. Ha sido el denso calendario laboral de Rubén Duarte a la hora de sumar para el Alavés. Siempre disponible, siempre un recurso válido en sus siete temporadas en Mendizorroza. De lateral zurdo ... o de central. Como suplente de Héctor Hernández y de Pedraza en su tortuoso inicio albiazul. Allá por 2017, bajo la dirección del técnico Luis Zubeldía. Como titular indiscutible más tarde para los Abelardo, Garitano, Muñiz, Machín, Calleja... También de 'titular-suplente' con Luis García Plaza antes, durante y después de la irrupción en el once del joven Javi López. Las malas caras, reservadas para los rivales que pretenden llegar a la línea de fondo o acercarse a Sivera. Las quejas, archivadas en beneficio del colectivo. Si el partido se pone áspero, llámenle que responderá. Si el coche se les para en la cuneta, también podrían contar con él. Es el teléfono futbolístico de emergencias. Ahora ha cruzado el charco hacia México y vaya usted a saber si lo habrá hecho nadando.
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Se va un jugador de 28 años que en realidad se maneja como un veterano desde hace varias campañas. Se va un almeriense que aseguró haberse echado «una siesta de tres horas» el día que el entrenador del Espanyol le anunció que iba a debutar con el primer equipo. Cuando apenas había cumplido los veinte. «Estoy operado de los nervios», explicaba. Quizás en el quirófano de la vida, que con apenas 13 años le llevó a Barcelona, alejado de su familia. Se va un hombre de club, un capitán que siempre ha agradecido que el Alavés apostara por su incorporación cuando vivía una situación deportiva complicada tras un año casi en blanco en el club periquito. Ya se sabe que nada como la entidad albiazul para las rehabilitaciones profesionales. Y es que una de las obligadas especialidades de la casa es la de fichar buenos jugadores en horas bajas. Duarte llegó a Vitoria por cerca de medio millón de euros y sale por bastante más. En su día, al formalizar el traspaso, el Espanyol aseguró que se guardaba un 30% de los derechos del jugador. Habrá que ver si desde entonces ha cambiado o no esta circunstancia.
La salida de Rubén Duarte apunta teóricamente, solo teóricamente, a la posible continuidad de Javi López, también lateral zurdo y ya titular durante la pasada campaña. El tinerfeño dispone de un año más de contrato y, en su caso, el club, a través del director deportivo Sergio Fernández, ya ha dejado entrever que será renovación o venta. Si no hay acuerdo el Alavés perdería a los dos laterales izquierdos, además de a Gorosabel. Es decir, los dos costados de una zaga que funcionó bien el pasado ejercicio y de la que también formó parte importante el cedido Rafa Marín. En juego por tanto durante las próximas semanas evitar una reconstrucción casi completa de la defensa. En juego, en realidad, casi todo. Que el club albiazul disponga temporada a temporada de más jugadores en propiedad no excluye que en cada periodo de contrataciones le vaya una parte importante de su suerte.
Duarte se marcha, curiosamente, cuando rozaba el primer cajón del podium albiazul en Primera. Sus 181 partidos en la máxima categoría con la camiseta albiazul solo son superados por Fernando Pacheco (208). Nada impide, eso sí, que el lateral zurdo deje sobre Mendizorroza una imborrable huella de honestidad y compromiso. Siempre quedará en la memoria como uno de esos jugadores que ha colaborado en el crecimiento del club.
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