Una experiencia de 180 grados

Es una de las paradojas de un ariete que, con solo 21 encuentros en la Primera División española (1 con el Real Madrid y 20 con el Deportivo), llega al Alavés dispuesto a «transmitir mucha experiencia al equipo». Un compendio de virtudes pulidas en «tres ligas completamente diferentes». La técnica cultivada en las categorías inferiores del Celta y el Real Madrid, la ponderación física de Alemania, la exigencia de Inglaterra... «A la española te adaptas mejor, conoces el idioma, el país... En el Alavés, además, conozco a varios jugadores de la plantilla y la adaptación es mucho más rápida».

Conoce a Lucas Pérez, coetáneo del fútbol gallego; a Fernando Pacheco, de las categorías inferiores del club madrileño; o a Víctor Laguardia, con quien coincidió, hace ya unos años, en la selección española sub'21. Puntos a favor para ese proceso de adaptación que ahora es su «prioridad». Sus nuevos compañeros «llevan una semana entrenando y en los movimientos se nota, física y deportivamente». Lo primero, coger ritmo; a partir de ahí, desplegar un repertorio futbolístico que se aleja del estereotipo del delantero espigado (mide 1,91 metros).

Es otra de las paradojas de Joselu, un ariete de altura al que le seduce jugar por bajo. «Me gusta mucho salir a combinar, participar fuera del área, hacer paredes... Me gusta estar dentro del área e intentar finalizar todo lo que pase por ahí, pero me considero un jugador hábil con los pies y me gusta entrar en juego con los diferentes jugadores ofensivos de la plantilla».

Consciente de que «el delantero vive del gol». Pero sin obsesiones. Ni promesas. «Lo que más me gusta es marcar, sobre todo para ayudar al equipo a conseguir todos los objetivos, pero cifras no me voy a poner». Su mejor marca realizadora está en los catorce tantos que firmó con el Castilla en la temporada 2010-11, en Segunda B. En la máxima categoría, el límite está en los nueve que anotó con el Eintracht en la Bundesliga en la 2013-14. Los mismos que Calleri la pasada temporada en el Alavés. Uno menos de los que firmó Munir hace dos.

En total han sido 38 goles en 168 partidos en Primera División (España, Alemania e Inglaterra), con un promedio de 0,22 por encuentro. 0,30 presenta Lucas Pérez (36 en 119). A priori, son las dos referencias ofensivas que deben aceptar una responsabilidad realizadora compartida en el nuevo proyecto del club albiazul. «A Lucas le conozco desde hace varios años, tenemos una relación muy buena. Somos dos jugadores completamente diferentes, que nos podemos complementar muy bien en ataque», asegura Joselu.

Son las paradojas y los recovecos de un viejo anhelo de Sergio Fernández. «Hace dos años iniciamos un proceso de reconquista, de intentar convencerle de que formara parte de nuestro proyecto. El año pasado por diferentes circunstancias no pudimos llevarlo a cabo, pero ahora sí y estamos satisfechos de que un jugador con su recorrido y su categoría apueste por nosotros, renunciado a muchas cosas, no solo a nivel económico, sino al interés de otros equipos», explica el director deportivo alavesista.

El delantero germano-gallego ha jugado durante esos dos cursos en el Newcastle, que pagó 5 millones de euros al Stoke City por sus servicios, y ahora firma un contrato de tres temporadas con la entidad de Mendizoroza. «Es un club grande y quiere crecer, y yo estoy aquí para poder seguir creciendo juntos», indica el punta, que comenzó la pretemporada con el club británico, cayéndose a última hora de su gira asiática. «Este último mes ha sido bastante complicado para poder hacer la operación, pero tenía claro que quería volver aquí y con muchas ganas de que empiece a rodar la pelota para poder ayudar lo máximo posible a este club».