Dos escudos en el corazón

El Alavés llega de perder en Mendizorroza ante el Sevilla y el Athletic está en un buen momento. Los rojiblancos siguen invictos tras las cuatro primeras jornadas en las que, por cierto, solo han encajado un gol. Los vitorianos también son duros, impermeables, con unas excelentes prestaciones defensivas y ciertas carencias en el ataque. Pero en un derbi las diferencias suelen comprimirse y afloran otros factores que convierten la hora y media de fútbol en un ejercicio de rivalidad genuina. «No es lo mismo jugar contra un equipo andaluz que vasco», subraya Julio Salinas, un hombre que creció con la camiseta rojiblanca y se retiró con la albiazul. «Hay derbis y derbis», avisa. Este llega pronto, al igual que el de la Real, pero las ganas son las mismas y el deseo de triunfar conserva su esencia. «Es especial», confirma Viguera.

El Alavés es un pequeño carro de combate que nada tiene que ver con el Barcelona y la Real Sociedad. «Será un derbi con pocos goles y pocas ocasiones», avanza Toquero. Un choque de blindados en el que el acierto en los metros finales marcará la diferencia. El Athletic solo ha perdido una vez como local frente a los vitorianos, en la temporada 2005-2006 (0-2), y su balance es extraordinario: 14 victorias, dos empates y apenas un resbalón. Aun así, los cuatro protagonistas de esta historia invitan a la prudencia y recuerdan que «este tipo de partidos se juegan con el corazón». Saben cómo late y con qué ritmo debajo de cada camiseta.

Gaizka Toquero vistió la camiseta del Athletic siete temporadas y la del Alavés, dos, aunque también la defendió en las categorías inferiores. Vive con el corazón dividido y así quiere mantenerlo, incapaz de teñirlo de un solo color. «Tengo mucho cariño a los dos y voy con el que más lo necesite. ¿El Athletic para ir a Europa? Pues que gane. ¿Los puntos son vitales para el Alavés? Que los sume. Ahora estamos al principio y que gane el que lo merezca», dice el vitoriano, quien ha dejado la práctica profesional del fútbol para meterse en los despachos y ejercer de agente. El exdelantero ha jugado dos derbis y lo ha hecho con la camiseta albiazul: 0-0 en San Mamés y victoria en Mendizorroza (1-0). Sabe lo que se siente ante un partido de esta naturaleza, aunque hace precisiones relativas a los integrantes de cada vestuario.

«Un derbi se siente, pero depende del tiempo que lleves en el equipo. Manu García lo vive de una manera especial, pero un jugador como Burke que acaba de venir... Él sabe que es importante y va a pelear a muerte, pero es imposible que lo perciba igual. Un Athletic-Real es otra cosa, como un Betis-Sevilla. Un Pacheco o un Laguardia pueden saber lo que es -llevan tiempo en el Alavés-, pero los que han llegado ahora lo tienen complicado». Aún así, no duda de la implicación de nadie y augura un partido «disputado». El exdelantero ve al equipo de Gaizka Garitano poderoso como local, «incluso más fuerte que el año pasado», pero aconseja no fiarse de los vitorianos. «Es un rival difícil. Si el Athletic no marca pronto, el Alavés tendrá sus opciones. Espero un duelo disputado y con pocos goles».

Preguntado por la importancia que se da a los derbis, Toquero avanza que el «escudo del Athletic pesa. La gente es de casa y quiere sacarlo adelante. En otros vestuarios rotan jugadores y no se siente tanto. No digo que no peleen, lo hacen y mucho, sino que no hay ese arraigo con el club».

A Julio Salinas le encanta hablar de los duelos vecinales, pero los distingue. «Hay derbis y derbis. Por fortuna tenemos muchos en el País Vasco, pero para mí el derbi es contra la Real». Hecha la aclaración, también saborea el resto e incide en que se trata de partidos en los que las «aficiones están cerca, hay proximidad y los piques están ahí. ¡Incluso en una misma familia!». El bilbaíno, que creció vestido de rojiblanco y colgó las botas como blanquiazul, asegura que este tipo de encuentros se viven de una forma distinta en los clubes. «El Alavés siempre ha estado por detrás del Athletic. La gente está quemada porque le lleva los jugadores. Si preguntas a un aficionado del Alavés a quién quiere ganar te dirá que al Athletic. Y en el Athletic es diferente», reflexiona.

Salinas sostiene que el derbi de mañana se vive de una manera distinta en ambos vestuarios y recuerda que él disputó dos con la camiseta del conjunto blanquiazul. No solo eso, sino que marcó en ambos estadios. El 9 de enero de 2000, anotó el único gol de su equipo en la derrota por 1-2 en Mendizorroza. Y el 19 de mayo de ese mismo año, el delantero acertó también en San Mamés, aunque tampoco sirvió para sumar ningún punto (2-1). «En aquel derbi me despedí y encima el Athletic nos dejó sin la Champions. Jugamos la UEFA», recuerda.

Ha llovido desde entonces y mañana se medirán dos equipos que buscarán el triunfo y la satisfacción de ser mejor que el vecino. «Llega mejor el Athletic», no duda Salinas. «Ha empezado con fuerza, lleva casi un año sin perder en casa y ha ganado a clubes importantes en San Mamés. Su fútbol es agobiante para el rival, presiona y es intenso. Sus laterales me encantan y Muniain, que ha cambiado de posición, está trabajando horrores en defensa». ¿Y el Alavés? «Viene de caer con el Sevilla y no es como el año pasado. Sufrirá y luchará por no perder la categoría».

Borja Viguera no quiere poner las cartas boca arriba. ¿Con quién va en el derbi? «No me voy a mojar, que no se me enfaden luego», dice entre risas. «Voy con los dos». El riojano habla con mucho cariño del Athletic y del Alavés y subraya que son dos clubes que han marcado su carrera. No entiende uno sin el otro. «Gracias al Alavés fui al Athletic, a la élite». El delantero firmó un par de temporadas espectaculares con el equipo de Mendizorroza, con el que en su último año metió 25 goles en Segunda y uno en la Copa. Ibaigane no se lo pensó y pagó un millón por él, aunque luego las cosas no salieron como le hubiera gustado. Jugó poco y al final hizo las maletas y se marchó al Sporting. Aun así, habla maravillas de su paso por Bilbao y también de los vitorianos, que le dieron la «oportunidad» de crecer.

Viguera, ahora sin equipo, asegura que la semana del derbi es «especial» y que el duelo por excelencia en Euskadi es el Athletic-Real, aunque también valora otros encuentros entre vecinos. «Siempre hay un buen ambiente en las calles». Afirma que los bilbaínos y los vitorianos aguardan el choque de mañana con «ilusión y ganas». Destaca el buen momento de los rojiblancos, aunque recalca que el «Alavés compite bien. Será un partido difícil». Cuando se le pregunta por los dos vestuarios, por cómo son por dentro, el riojano es tajante. «Es difícil tener un vestuario como el del Athletic. Hay mucha gente de casa, que lleva muchos años junta y llega desde cadetes, juveniles. En cambio -remarca-, de mi época en el Alavés solo queda mi amigo Manu García».

Viguera reconoce que le impactó entrar en Lezama -«no estás en cualquier sitio»- y que todavía conserva muchos amigos de su paso por Bilbao. «Te hacen sentirte parte de la familia y eres uno más. Hablo con De Marcos, Balenziaga, Beñat, Iturraspe, Susaeta, Rico». Tiene pendiente ir a San Mamés para volver a ver a su «cuadrilla».

Igor Martínez habla con claridad cuando se le pregunta por sus preferencias. «Soy alavesista y quiero que gane el Alavés», afirma rotundo desde La Línea de la Concepción (Cádiz), donde defiende los colores de la Balompédica Linense. «El Athletic tiene más puntos y nosotros estamos más necesitados», agrega, aunque la justificación sobra porque el vitoriano tiene claro cuáles son sus colores. Aun así, recuerda con mucho cariño y profundo respeto sus tres temporadas como rojiblanco, en las que disfrutó de 18 partidos y marcó un gol; al Helsinki en la Europa League.

El atacante vino a Lezama en 2010, al Bilbao Athletic, pero esa misma temporada debutó en la élite frente al Sporting. No lo olvida y agradece la oportunidad que le dio el conjunto bilbaíno de competir entre los mejores. «Como alavesista, era un sueño para mí ponerme la camiseta del primer equipo. Lo conseguí. Entonces se me presentó la posibilidad de jugar en Primera y lo hice además en un club histórico como el Athletic. Decidí ir a Bilbao y me siento orgulloso de haber vestido las dos camisetas». Mañana empujará desde La Línea al conjunto albiazul, pero advierte de que lo tendrá «complicado» ante un rival que «ha empezado muy bien. Además -recuerda-, costará jugar en San Mamés».

Martínez no cree que haya más ganas de victoria en un bando que otro. Considera que ambos equipos darán el máximo para lograr la victoria y alegrar a su afición. «Es una rivalidad muy sana. Eso sí, en el campo los dos se tendrán las mismas ganas». Pasó tres temporadas en el vestuario de Mendizorroza y otras tantas en San Mamés. Prefiere no hablar de las diferencias, sino del apego que siente por ellos. «Cuando jugué en el Alavés no era la mejor época. Se había ido Piterman y hubo revuelo. Cada caseta tiene sus cosas y no hay que decir nada malo de ellas. En las dos me he sentido como en casa».