Ely, Tachi y Martín buscan el remate en el partido ante el Huesca carlos gil-roig

Un escalón muy pronunciado

El Alavés acusa la enorme diferencia de nivel que existe entre su once de gala y un banquillo que apenas ofrece alternativas

Iñigo Miñón

Vitoria

Lunes, 14 de diciembre 2020, 02:30

La competencia por el puesto aglutina varios de los habituales tópicos que rodean el fútbol. Aquello de hacer mejor al compañero, de que no hay titulares ni suplentes. La realidad suele ser otra. Los entrenadores tienen su once de cabecera. Los jugadores que, casi con ... absoluta certeza, formarán la alineación en el partido decisivo de la temporada. También Machín, que encontró esos futbolistas y repitió la formación inicial tres jornadas consecutivas, hasta que las sanciones le privaron de su once de gala. El entrenador albiazul ya había dejado claro que, transcurrido un tercio de Liga, los jugadores se quitan y se ponen solos. Alineación de memoria.

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Y tampoco se ocultó bajo los tópicos cuando analizó las ausencias de Battaglia y Lejeune antes de visitar El Alcoraz. «Vamos a ser honestos, seguro que el equipo lo nota. Tendríamos más potencial si pudieran estar». Alto y claro. Son dos fijos, de los que van a jugar si están disponibles. El partido dio la razón al míster. Sopapo de realidad. La línea entre los titulares y los suplentes en el Deportivo Alavés está muy marcada. Demasiado. Pocos no habituales, de hecho, llaman a la puerta de la titularidad.

Suele ser una tónica en los equipos de menor presupuesto del campeonato. El escalón es muy alto. La diferencia de nivel es notable. Pero en el conjunto albiazul empieza a ser inquietante. El once de gala compite. Los relevos tratan de salir indemnes. Los primeros ofrecen garantías; los segundos, dudas. Son muchos los futbolistas que tienen que estar sí o sí en el once: Pacheco, Ximo, Laguardia, Lejeune, Duarte, Battaglia, Lucas y Joselu se antojan innegociables a día de hoy. También Jota, más por perfil que por rendimiento, de calidad intermitente. Nueve piezas incuestionables.

La desaparición de Deyverson

Solo bailan dos puestos. Uno es ahora de Pina, como en su día fue de Pere Pons. La duda volverá cuando regrese el catalán. El otro fijo ahora es Luis Rioja, que le ganó la partida como undécimo pasajero a Edgar, que ha pasado de habitual a residual después de su expulsión en Valencia. Tras el debut de Tachi en Huesca, Pablo Machín ha utilizado a 25 futbolistas en el campeonato liguero, aunque seis no llegan ni a los cien minutos.

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Entre once se reparten el 72% del tiempo de juego total; entre catorce alcanzan el 85%. Porque no son tantas las alternativas reales que el técnico soriano tiene en su banquillo. Una podría ser Pons, pero no está disponible. Edgar y Deyverson han ido perdiendo peso con el paso de las jornadas. Llamativo lo del brasileño, que jugó 308 minutos en las primeras cinco y solo ha tenido 88 en las siguientes ocho, pero el equipo se desplomó el día que Machín prescindió a la vez de Lucas y Joselu. Hay mucha diferencia de calidad entre los dos puntas gallegos y el resto.

Manu García tiene un rol específico desde el banquillo: ha participado en siete partidos, pero su tope de minutos está en 35. Ely está para cubrir ausencias de Laguardia o Lejeune, como en Huesca. Parecido a Martín, que solo ha sido titular una vez, en el campo del Levante. Borja Sainz es el revulsivo de los minutos finales... Y al fondo del armario quedan secundarios como Javi López (101 minutos), Adrián Marín (88), Tachi (76), Guidetti (46), Tavares (33)... Llamativo también lo del carrilero luso, cedido por el Benfica como uno de los talentos jóvenes más prometedores de Portugal. Burgui ni siquiera ha debutado –ha estado de baja por Covid, pero tampoco se le espera–.

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El escaparate copero

Ahora llega la Copa. Escaparate para los menos habituales. Se espera rotación masiva ante el Rincón, un rival de Preferente, incluida la presencia de algunos jugadores del filial. «El momento para demostrar realmente qué capacidad tenemos», como dijo Machín antes del partido ante el Huesca. Y el calendario se condensa con cinco partidos en 19 días. Que pueden ser siete en 26 si se avanza en Copa. Y median lesiones –Laguardia y Ximo–. Y llegarán más sanciones –Battaglia y Duarte tienen tres amarillas–. Es urgente reducir la distancia del banquillo al once.

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