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IÑIGO CRESPO
Lunes, 22 de abril 2019, 23:40
No hay recurso más poderoso que un insospechado giro argumental para revertir un desenlace que parece anunciado. El Alavés ha perdido gran parte de sus bazas para clasificarse a Europa en el último mes, en el que ha cosechado tres derrotas y dos empates. No ... encuentra su elixir el equipo de Abelardo, alicaído y casi desnortado en sus dos últimos compromisos domésticos. El conjunto albiazul se ha visto apeado de los puestos continentales tras más de medio año como inquilino privilegiado, se ha encontrado sin respuesta y hasta falto de tensión ante adversarios con menos razones por las que luchar. Pero el vestuario vitoriano sabe que un chispazo, un solo toque de magia, puede restaurar su energía y autoestima para completar una campaña histórica.
El Alavés persigue la mayor hazaña de su campaña, incluso superior a la que le llevó a doblegar al Real Madrid en Mendizorroza. El Barcelona apura las fechas para conquistar la Liga, y se ha propuesto asegurarse el trofeo antes de volver a la Champions, donde se medirá al Liverpool en semifinales. Ese es al menos el mensaje que sale de su caseta, que quiere aplastar cualquier mínima esperanza de reacción por parte del Atlético. Los albiazules, mientras tanto, necesitan reconquistar su fortaleza, su feudo, que se ha visto invadido por algunos visitantes insospechados, como el Rayo, el Leganés y, sobre todo, un Valladolid que parecía hundido con un 2-0 en contra a la media hora de juego.
El Alavés tratará de protagonizar una reconstrucción exprés, y no solo por las heridas que ha sufrido en el último mes, sino porque deberá hacer frente a varias ausencias que nunca se habían producido. Abelardo no podrá contar con Jonathan Calleri, sancionado tras disputar 32 partidos consecutivos entre Liga y Copa. Pero no será la única baja relevante. Inui, sustituido ante el Valladolid por las molestias que le producía su esguince de tobillo, tampoco estará disponible para hacer frente al líder. Pese a que el estado de forma del nipón se ha resentido, supone un contratiempo relevante, ya que carece de un recambio natural. La misma dolencia arrastra Guillermo Maripán, quien ha entregado su testigo a Rodrigo Ely en los últimos encuentros que se ha perdido.
El Alavés busca aferrarse a una de las últimas oportunidades que le ha brindado la clasificación. Es más, los vitorianos aún se encuentran empatados a puntos con la séptima plaza, en poder del Athletic, que a día de hoy supondría el último billete para el tren continental. Ahora se presenta como una lucha directa entre vitorianos, bilbaínos y béticos. Los de Abelardo quieren golpear primero, y con un partido de lo más reparador.
Iraultza 1921 mantiene su iniciativa de no animar en Mendizorroza -por tercer partido consecutivo- y ayer anunció en las redes sociales que en el choque ante el Barcelona sus integrantes entrarán «cinco minutos tarde» al estadio. Además, invitan «al resto de integrantes de Arabako Garrasia (en el fondo de Polideportivo), parte indispensable de nuestra animación», a secundar su iniciativa. Explicaron que se trata de «recordar, aunque sea simbólicamente» que las imágenes de Mendizorroza vacío, cuando se protestaba por el fútbol fuera del fin de semana, «pusieron a Iraultza en el punto de mira». Desde entonces «banderas, tifos, megafonía que coordina los cánticos... Todo está prohibido». Medidas que «aún no se nos han explicado ni dicho qué tendríamos que hacer para que se dejen de aplicar».
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