«Le echamos coraje y los de Vitoria le pusieron corazón»
Rodri. Portero del Alavés (1975-78) ·
Una maleta grande, 32 jugadores, el «pobre» Tito Reyes, Menoyo y su bodega, patatas con chorizo en Haro y una carta inculpatoria. El sevillano relata cómo se salvó el equipo hace 47 años
José Rodríguez, Rodri (La Algaba, Sevilla, 1946) está de celebración. Hoy cumple 76 años. Se ve «fenomenal», como cuando jugaba de portero, solo que ahora da caminatas por el pueblo, donde una calle y una peña sevillista le honran. Internacional con España desde juvenil hasta ... la selección absoluta, defendió la portería del Nervión durante una década. En 1975, con un Alavés angustiado como ahora, lo subieron de noche a un avión y a la mañana siguiente ya entrenaba en Mendizorroza. En tres años y medio de albiazul se ganó a la hinchada, que en una ocasión exigió a voz en grito a Ben Barek que lo sacara a jugar en la segunda parte por Pereira, y evitó con sus paradas dos descensos seguidos a Tercera.
LA RECTA FINAL DE LA LIGA 1974-75
0-1
Mallorca-Alavés
1-2
Alavés-Recreativo
1-0
Alavés-Rayo Vallecano
5-0
Barcelona B-Alavés
PROMOCIÓN
1-1
Levante-Alavés
1-0
Alavés-Levante
- ¿Por qué eligió Vitoria, una ciudad fría, y el Alavés, un equipo en descenso?
- Me vinieron a buscar Tito Reyes, que estaba de secretario técnico, y un directivo. Hablamos por la mañana y ya por la tarde me dijeron: «Nos vamos a las diez». «¿Pero cómo a las diez si son las seis?», les respondí. «Volvemos en avión. Tienes que jugar el domingo en Barakaldo». Era jueves. ¡Bueno! Como no tenía maleta grande, compré una en El Corte Inglés, volví a casa y se lo comenté a mi mujer. «¿Que te vas?». «Sí, que me voy a Vitoria». «¿A Vitoria, estás loco?». No estaba jugando en el Sevilla, con 28 años me veían viejo. Estuve un mes solo en el General Álava, luego volví a por la familia y todos juntos regresamos a Vitoria.
- Fichó por tres meses.
- Firmé con la condición de quedar libre si descendíamos. Tenía ofertas de Primera pero el Sevilla, que estaba en Segunda y acabó ascendiendo, no me dejaba salir porque temía hacer el ridículo si me iba bien en otro club. Solo me permitía ir a Vitoria. Acabada aquella temporada ya renové por dos con el Alavés a razón de dos millones de pesetas.
- Debutó a los dos días y medio de llegar, el 9 de marzo de 1975 en Lasesarre con empate a 0. Antes del partido, en pleno césped, tres blusas con una pancarta de ánimo se fotografiaron con usted. Pronto se ganó a la afición.
- No lo recuerdo.
- ¿Qué Alavés se encontró?
- Con decirte que aquel año firmaron a 32 futbolistas y tras salvarnos, largaron a veinte.
- Y los primeros extranjeros, Cruz, Gómez y Ortigosa.
- Y Valdano al año siguiente.
- La 1974-75 fue una campaña penosa, con el equipo siempre en riesgo de descenso y cargado de negativos.
- Lo pasamos muy mal. No bajamos a Tercera por el 'golaverage' con el Mallorca. Tuvimos problemas de entrenadores: Galarraga, Eizaguirre y Tito Reyes, que el pobre ni era entrenador ni nada, le ayudaba García Verdugo. Aguantamos como pudimos hasta la promoción con el Levante.
- ¿Tan flojo era aquel Alavés?
- No nos salía nada, pero es que tampoco teníamos mimbres para Segunda. Le echamos coraje y sobre todo los que eran de Vitoria le pusieron corazón... Frutos, Quintana, Español, Arambarri respondían y así fuimos librando.
- ¿Cómo era Vitoria en los 70?
- Me encantaba. Con decirte que si hubiera seguido otro año en el Alavés, nos habríamos quedado a vivir. Mi mujer no quería marcharse. De vuelta a Sevilla la traje llorando hasta Burgos. Estoy agradecidísimo a Vitoria, a todos.
- El Alavés ansiaba ser grande, el 'Barcelona de Segunda'. Acababa de levantar un hermoso graderío y soñaba con el ascenso a Primera.
- La tribuna y sus dos laterales, la grada chica.
- La grada chica, 'la General'.
- Eso es, rugía en los partidos.
- Las crónicas destacan los paradones de Rodri. ¿Para tanto era?
- (Risas). Era bajito pero con reflejos y muy valiente en las salidas. Si había que tirarse a los pies del delantero, allí que iba. También por alto. No me arrugaba, no tenía miedo.
- El Sevilla perdió a un portero excepcional.
- En realidad, de Sevilla me fui en la flor de un portero, con 28 años. Yo me quedaba a entrenar después de las sesiones.
«Los jugadores nos hicimos responsables. La culpa era nuestra»
carta de la plantilla
- ¿Era severo el regimen disciplinario vitoriano?
- Descansábamos los lunes e íbamos a la bodeguilla de Menoyo a picar algo y echar un trago. Éramos responsables. El futbolista ya sabe qué debe hacer. Comidas, horarios...
- ¿Prefería 'El 7' a 'La Kokett'?
- Si vivíamos encima de 'La Kokett' en unos pisos del hotel. También estaban allí Arámburu, Uriarte y Trona.
- ¡Cómo se ponía de barro Mendizorroza!
- Era un pa-ta-tal. Se hacía chocolate, le pasaban el rulo y con el vientecito mañanero se ponía como el cemento. No había más remedio que entrenar, entrenar y entrenar con protecciones y cuidado.
- Las dos semanas previas a aquella promoción de 1975 se concentraron en Haro. No les llevaron a mal sitio.
- Al Hotel Conde de Haro. Comíamos fenomenal, patatas con chorizo y chuletillas. Volvimos alguna otra vez cuando había manifestaciones en Vitoria y cerraba todo.
«La afición nunca decayó»
- En el doble asalto por la permanencia con el Levante sacaron un empate en Valencia.
- ¡Con el pedazo de equipo que tenían! Les supimos contener muy bien, sobre todo a Caszely. En el segundo partido en casa, aunque nos costó, cogió Arámburu un balón suelto y marcó el gol de la salvación.
- Días antes, la plantilla había remitido una carta a la prensa admitiendo su responsabilidad y comprometiéndose a dejar al Alavés en Segunda. No es habitual que un vestuario entone su 'mea culpa'. ¿Por qué lo hicieron?
- Al quedarnos sin entrenador con la marcha de Eizaguirre se puso Tito Reyes y el hombre hizo lo que buenamente pudo. Los jugadores nos hicimos responsables porque lógicamente la culpa era nuestra. Un entrenador puede decir o hacer lo que le parezca, pero el cometido final corresponde al futbolista. Éramos los que teníamos que salvar al equipo, como así lo hicimos.
- Aquella tarde, Mendizorroza estaba a reventar y se homenajeó a Paco Galdos por su segundo puesto en el Giro.
- La afición nunca decayó. Siempre nos llevó en volandas.
«Eran un poco rarillos. Como había dinero, alguno ya ponía la mano»
arbitrajes
- Pero el entrenador rival se quejó de los árbitros. ¿Ayudaron al Alavés?
- No, no, no. Aunque aquellos arbitrajes eran un poco rarillos, en aquel partido no creo que hubiera nada. En otros, pues ya sí hubo cosillas.
- ¿Cosillas?
- A favor, a favor del Alavés.Y como entonces había dinero, alguno ya ponía la mano.
- ¿Le gusta Pacheco?
- Es un gran portero, pero es un jugador más, no es Dios. Pacheco no lo puede hacer todo.
- ¿Se salvará el Alavés?
- Ojalá. Es mi deseo.
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