El derbi nivela su color

Tuvo que ser el histórico Alavés europeo, el de Mané, el que se atreviera a dar el primer zarpazo vitoriano. En el decimoquinto choque vecinal, en diciembre de 2000: 2-1 en Mendizorroza, con goles de Contra y Javi Moreno, los principales adalides de aquel Glorioso continental. Solo un paréntesis, en realidad, ya que los siguientes cinco duelos se saldaron con otras tantas victorias vizcaínas que ponían un 18-1 en el cómputo global, con un solo empate.

Hasta que Nené y Bodipo profanaron San Mamés el 20 de noviembre de 2005. El triunfo que lo cambió todo. El punto de inflexión que niveló la tonalidad de los derbis. En los últimos quince años ha sumado más puntos el Alavés (13-10), que, tras descender aquella temporada, ha sabido mantener el equilibrio desde su regreso a Primera División en 2017. Dos victorias para cada equipo y tres empates desde entonces. Con el hándicap de haber disputado un partido más en Bilbao, el que en la primera vuelta del presente campeonato se saldó con un 2-0 tras los goles de Raúl García –de penalti rescatado por el VAR– y Muniain.

Y al Athletic se le está atragantando Mendizorroza, donde no gana desde 2003. Cuatro derbis sin llevarse el triunfo del estadio albiazul –dos empates y dos derrotas–. Un solo punto desde el retorno vitoriano a la elite, el firmado en la jornada 35 del campeonato pasado (1-1), cuando los dos equipos ya languidecían en una carrera por la última plaza europea que finalmente se llevó el Espanyol. Beñat adelantó a los rojiblancos y Borja Bastón equilibró la balanza al filo del descanso.

El curso anterior, también en el tramo final de la temporada, fue un 3-1, con goles albiazules de Guidetti, Munir e Ibai y el tanto del honor para Muniain. Fiesta por todo lo alto en Mendizorroza en lo que fue el último partido en casa de la temporada: fue manteado el 'Pitu' Abelardo, el entrenador que obró una reacción milagrosa, y Manu García y Pacheco se fundieron con la afición para, micrófono en mano, agradecerle todo el apoyo brindado durante la temporada, clave en una salvación que en el mes de noviembre ya se parecía a una utopía.

El capitán y el portero ya saben lo que es ganar al Athletic. Como Martín Agirregabiria, Rodrigo Ely o el lesionado Tomás Pina. También Camarasa y Edgar Méndez, protagonistas en la victoria del año anterior (1-0), la de aquel golazo de Theo Hernández que hizo estallar de orgullo a una grada que ya calentaba motores para la final de Copa del rey que se celebraría apenas veinte días después en el Vicente Calderón, en 2017.

Aquella fue la última vez que el conjunto rojiblanco llegaba a Mendizorroza por delante en la tabla. Hasta ahora: el Athletic es décimo; el Alavés, decimocuarto. Les separan cuatro puntos y muchos matices. La necesidad está en la mochila albiazul después de perder en Mallorca la oportunidad de encarrilar la permanencia. El descenso está a seis puntos, pero la irregularidad vitoriana genera dudas que saltan por encima de ese colchón numérico.

El conjunto bilbaíno se debate entre la gran ilusión copera y el atasco liguero. La cabeza, inevitablemente, está en el partido de vuelta ante el Granada, que puede devolver al Athletic a una final y con más opciones de alzar el título que en sus últimas comparecencias. También los esfuerzos de las últimas semanas. Pero Gaizka Garitano no esconde la inquietud que le produce una racha de nueve jornadas sin conocer la victoria en el torneo de la regularidad –la tercera peor racha de su historia–. «Necesitamos ganar ya», reconoció tras la derrota ante Osasuna (0-1).

Si la historia reciente ha nivelado el color de los derbis, las circunstancias actuales parecen equilibrar las fuerzas de cara al duelo del domingo, cuando el Alavés volverá a necesitar su mejor versión sobre el césped y también en la grada.