El Alavés encuentra el enchufe a tiempo

Otra ronda más. La pagó Luis Rioja, de certera volea. Pero le costó apoquinar al Deportivo Alavés. No sacó el billete hasta el minuto 74. Lo de Riazor no fue un trámite como la primera eliminatoria. No existía esa diferencia tan abismal que permite jugar sin tensión. Lo comprobó 'in situ' el equipo albiazul, que no regentó el duelo hasta que pisó el acelerador de la intensidad, ya en la segunda mitad. Opuso mucha resistencia el 'Dépor', mejor que los albiazules en la primera mitad. Mucho mejor.

Porque no fue un buen partido de los vitorianos. El conjunto de Pablo Machín no se enchufó al partido hasta que habían transcurrido 45 minutos. El toque de atención del descanso o el lógico bajón físico del equipo gallego, que había metido mucho ritmo al juego hasta entonces. El caso es que el arreón en esa segunda parte fue suficiente para, aunque sea apurado y sin mucho lustre, seguir adelante en un torneo que ya ha castigado la desidia de otros Primeras. Sin brillo, pero con los deberes hechos. Que no es poco en un torneo tan traicionero.

El Deportivo dejó claro desde el principio que no es el Rincón. Es un Segunda B con truco, un equipo con hechuras de superior categoría. Con armas suficientes para hacer daño. Y la mejor ocasión de la primera mitad fue del Alavés, un remate al poste de Guidetti tras un centrochut de Joselu al segundo palo, pero fue lo único que hizo el conjunto babazorro en ese período. Y en el minuto 45. Todo lo anterior fue del equipo gallego, que dominó la posesión y el terreno. Machín tiró de algunos titulares -Laguardia, sancionado para la Liga, Tomás Pina, Luis Rioja y Joselu-, pero el equipo vitoriano no salió a mandar. Esperaba sus opciones a la contra sin ningún rubor. Le cuesta jugar mucho a otra cosa, en realidad.

Pero tampoco hizo bien eso, puesto que su presión rara vez llegaba a cortar la buena circulación de balón del equipo gallego. No es que éste hiciera demasiadas ocasiones -la mejor, un disparo de Celso que Beauvue desvió fuera-, pero fue el único equipo que propuso algo, dominando el centro del campo bajo la batuta del costarricense y generando inquietud por las bandas con Keko y Lara. El Alavés perseguía el balón sin demasiada coherencia y tampoco le daba sentido a sus escasos ataques, inconexos y sin la referencia de Joselu, que, sin juego por su zona, tenía que bajar a buscar el esférico hasta la medular.

El escenario cambió por completo en la reanudación. Fatiga local o mayor interés visitante. El caso es que el cuadro vitoriano dio un claro paso adelante. Empezó a jugar en campo contrario, cosa que no había hecho hasta entonces, y forzó tres saques de esquina en diez minutos, algo que tampoco había hecho antes en 45. El equipo de Primera División ya apretaba. Iba a por el partido. Y un disparo fuera de Joselu tras un barullo a la salida de un córner certificó las intenciones albiazules.

Había riesgo de respuesta de un rival con argumentos -el exalavesista Rolán mandó el balón al lateral de la red en una contra-, pero los de Machín ya rondaban con asiduidad y amenaza real el área deportivista. Tuvo el 0-1 Borja en el 73, pero no supo definir bien ante Lucho. Sí acertó Luis Rioja en la siguiente jugada, empalmando con la zurda al fondo de la red un buen centro de Martín desde la derecha por encima de la zaga blanquiazul. Sin muchos problemas para aguantar después, más allá de la angustia lógica de un resultado corto.

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