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Es mucho asegurar, pero me atrevo a decir que este partido contra el Celta no va a tener nada que ver con el del jueves contra la Real Sociedad. Ojalá me equivoque, pero creo que por tierras gallegas habrán tomado buena nota. Me temo que ... esa defensa tan perfecta que planteó Asier Garitano contra los donostiarras en Vigo nos costará aplicarla con la perfección que se ejecutó el jueves en Mendizorroza. Óscar García, el entrenador del equipo celtiña, apuesta más por un estilo mixto, donde aplica varias alternativas y variantes al juego. No es tan tajante apostando por un estilo o planteamiento único, como pueden ser los dos casos más radicales y contrapuestos de la Liga, Imanol y Asier Garitano. Pase lo que pase, ellos impertérritos y a lo suyo.
Al parecer, ambos entrenadores siguen los consejos de Albert Einstein donde decía que «tenemos más posibilidades de triunfar si concentramos nuestras energías en aquello que sabemos hacer mejor que si nos dedicamos a mejorar nuestros defectos». Y nosotros sabemos que lo que más nos desordena es el balón. Sería lo peor que nos pudiera pasar hoy en Balaidos, que nos lo dejen. Lo nuestro es un deporte de once contra once con dos porterías y sin balón. Pero como esto es fútbol, sin balón también se puede jugar y ganar, aunque eso sea jugar un poco con fuego.
En honor a la verdad, hay que decir que el Celta es un equipo donde esa relación entre rendimiento y resultado no guarda relación. Creo que no ha recibido lo que ha merecido. Si uno no sabe nada de la Liga y ve jugar al Celta, no se podría creer que este equipo se encuentre entre los últimos clasificados. Y todavía sorprende más si ves jugadores de la categoría de Iago Aspas, Santi Mina, Smolov, Brais Méndez, Rafinha, Fran Beltrán, Denis Suárez, Okay o el recientemente fichado Nolito, por decir algunos que dispone de medio campo para arriba.
Cambiando de tema. Este nuevo fútbol no deja de echar por tierra algunas teorías futbolísticas. Por ejemplo, lo de los ritmos de competición. Resulta que destacan los que más tiempo llevaba sin competir: Pina, Roberto, Magallán, Borja Sainz... O lo de dudar de los estados de forma: resulta que vemos que se hacen los mismos o más kilómetros que antes. O el factor público: ya comprobamos cómo nuestro equipo se comporta como si estuviera Mendizorroza a rebosar. Incluso aquella manía de asegurar que lo importante es saberse la alineación de memoria o que las rotaciones son experimentos de los entrenadores.
De momento, un técnico tan conservador como el nuestro ha utilizado 19 jugadores en dos partidos. Todavía quedan por participar Manu y, espero, algún chaval de la cantera. Porque está claro que hay tres o cuatro en la plantilla que al parecer están solo de relleno. Y para los que decían que lo de los cinco cambios y el tiempo muerto encubierto para la hidratación iban a desvirtuar el fútbol: que le pregunten a Imanol. Que más hubiera querido que el jueves en Mendizorroza eso hubiera sido cierto, porque, para su desgracia, nada se desvirtuó porque todo continuó igual de torcido.
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