A falta de chispa, destellos

Es, de momento, un Alavés entrecortado. Lógico, por otra parte. Que empezó mandando en la pelota, se fue diluyendo en la fatiga y pasó una fase de juego más incierto hasta que el arreón final rescató el duelo del declive habitual de los duelos estivales. Sin Pacheco. Sin Joselu de nuevo: por molestias en el pubis, según explicó Calleja, aunque a nadie se le escapa el telón de fondo que supone el interés del Sevilla en su fichaje. Con un Guidetti eficiente y detalles interesantes de Iván Martín y Manu García. Y Lucas interesado en participar. Conclusiones las justas, en cualquier caso, ni para bien ni para mal.

Un equipo más reconocible en la primera parte. Con 4-4-2, Pina y Abdallahi en el eje y Lucas y Guidetti en punta. Activos los dos en el primer cuarto de hora, con mucha movilidad, aunque, como el equipo, se fueron apagando con el paso de los minutos. El gallego se movía entre líneas para conectar con el sueco y los extremos, Luis Rioja en la izquierda e Iván Martín en la derecha, cuya tendencia a buscar balón en el centro liberaba el carril para las incursiones de Carlos Isaac.

De esas conexiones nacieron los dos goles albiazules. El primero, sin apenas cumplirse el primer minuto, en una buena llegada al área de Iván Martín para culminar un buen centro desde la izquierda de Guidetti. La jugada había nacido en Lucas. También la del segundo (m. 15), un buen pase en profundidad que Rioja convirtió en un tanto de bella factura con una magnífica vaselina que sorprendió a Mikel Saizar. Fue en ventaja cuando empezó a perder revoluciones la intención inicial de un conjunto babazorro más impreciso.

Consecuentemente, ganó presencia el vizcaíno, que empezó a pisar campo rival con más asiduidad, aunque sin crear peligro relevante en la portería de Sivera. Solo un resbalón de Isaac y una mala entrega de Ximo generaron cierta inquietud antes de que Orozko protagonizara la mejor ocasión visitante en el descuento. El preludio de lo que sería el inicio de la segunda, cuando los de Íñigo Vélez crearon dos oportunidades en dos minutos. A la tercera, en el 48, cayó el gol de Obieta, en un córner, aunque no tardó Guidetti en corregir ese errático inicio de los vitorianos, devolviendo la renta de dos goles al aprovechar un rechace defectuoso de Marino a tiro de Manu García (m. 50).

El sueco e Iván Martín repitieron en un once que fue incluyendo más jugadores del filial. Con Balboa en el vértice y el centrocampista asturiano a los mandos como interior izquierdo -en el derecho estaba Pere Pons-. Le costó entrar en juego, pero el futbolista cedido por el Sporting fue ganando protagonismo y dejó detalles esperanzadores. Como ese disparo que generó el gol del sueco o la buena acción individual que supuso el cuarto tanto albiazul en el 83: giro en el centro del campo para dejar atrás al rival y conducción hasta el borde del área para ajustar desde ahí el tiro al palo derecho del portero. Era el 4-2. Antes Unzueta había aprovechado el penalti que un error en el control de Tachi regaló a la escuadra vizcaína.

Fue en la fase más oscura del segundo amistoso, que volvió a cobrar vida en el tramo final, tras la pausa de hidratación. Primero, el gol del asturiano. Después, ya cerca del 90, el del canterano Gagua, que redondeó la victoria tras un pase de tesón de su compañero Alan Godoy. La ilusión de los jugadores del filial siempre viene bien en esos momentos que, en pretemporada, suelen inclinarse hacia el tedio.