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Faltó rotundidad para reflejar en el marcador la superioridad exhibida en el terreno de juego. El Alavés controló el partido de principio a fin. Un dominio confortable, con llegadas, ocasiones y sensaciones mejoradas respecto a citas previas. Pero sin gol. Uno solo. De ... penalti. Lo persiguió un buen Demirovic, lo brindó la notable calidad de Aleix Vidal, lo pelearon joselu y Lucas Pérez tras el descanso. Pero no entró. Fue el principal lunar de un equipo albiazul que sigue dando pasos hacia la idea de Asier Garitano, que este sábado se instaló con el balón en la comodidad que no encontró días antes en Zubieta, favorecido por la presencia siempre beneficiosa de Tomás Pina y por las facilidades de un rival inferior que apenas inquietó la portería defendida por Sivera.
El entrenador guipuzcoano tocó el dibujo táctico que había utilizado en los anteriores amistosos y probó con lo que inicialmente parecía un 4-3-3, una configuración versátil en función de la posición de Jeando Fuchs, más adelantado que Pina y Wakaso en el centro del campo. Hasta el punto de convertirla en un 4-4-2 cuando presionaba junto a Demirovic o un 4-2-3-1 si se incrustaba entre líneas por detrás del bosnio. La superioridad numérica en la zona permitió al Alavés dominar el duelo desde la zona ancha, donde se notaron la jerárquica presencia de Tomás Pina y la calidad de Aleix Vidal, un jugador que sabe qué hacer con la pelota y asociarse con sus compañeros.
De esas dos virtudes nació el único gol albiazul (m. 14), obra de Luis Rioja de penalti cometido sobre Martín, habilitado en el área por un buen pase interior del extremo catalán. Pudo adelantarse antes el conjunto vitoriano, que, en un buen inicio de partido, firmó tres buenas ocasiones de gol: Demirovic se fabricó la primera en un robo de balón a Goñi (m. 2) y se acercó a la diana en un remate desviado tras un pase de Duarte (m. 5); y el propio lateral izquierdo remató al palo de cabeza en un córner (m. 10).
Notable el delantero bosnio, muy activo, que también participó en las dos ocasiones que el equipo babazorro tuvo en un arreón antes del descanso. Primero dejó solo ante el portero a Fuchs, que no supo definir el regate en el mano a mano (m. 40). Después hizo lo mismo con Aleix Vidal, cuyo disparo cruzado en el área salió rozando el poste (m. 41). Buenos primeros veinte minutos, con mucha presencia en el área racinguista, y buen final del primer tiempo. En medio, control alavesista, pero sin demasiada profundidad y menos agilidad en la combinación que en esa puesta en escena, sin más peligro en la portería de Sivera que una falta lateral de Rafa de Vicente que se envenenó y obligó al guardameta alicantino a estirarse para evitar la igualada (m. 18).
También fue buena la salida en la reanudación, ya con un 4-4-2 y Joselu en punta junto a Demirovic. Hasta cuatro ocasiones en apenas diez minutos. El gallego tuvo la primera, pero su disparo fue desviado por el portero (m. 48) y el bosnio protagonizó la segunda, un peligroso centro desde la izquierda que no encontró rematador. Entre Maripán y Luis Rioja construyeron la tercera, que no pudo finalizar el esforzado Joselu (m. 51). Y Demirovic, con mucho protagonismo de nuevo, obligó a intervenir otra vez a Lucas Díaz (m. 54).
El Alavés seguía cómodo. Dominador, con llegadas y poniendo cerco a la portería cántabra. Pero sin puntería. Tampoco la encontró Lucas Pérez, escorado, tras otro buen pase de Aleix Vidal (m. 66). Se notó la ausencia del catalán en el tramo final del partido. Solo pudo marcar Verdon, de imponente cabezazo en un saque de esquina, pero el colegiado lo anuló por falta (m. 67). La última gran ocasión de un duelo que se fue diluyendo con los minutos y los cambios.
El equipo de Garitano seguía mandando, pero con menos ritmo y menos peligro. Lo iba a crear Lucas Pérez cuando enfilaba solo hacia el área rival, pero el agarrón de Olartua, que rompió la camiseta del delantero gallego, evitó lo que podía haber sido el 2-0. Fue un Alavés solvente, posiblemente el más continuo de la pretemporada, aunque sin demasiada oposición enfrente, pero le faltó pegada para trasladar al marcador el claro dominio exhibido en un partido de color albiazul que se disputó casi en su totalidad en el campo del Racing, que solo en los últimos minutos se acercó a la portería de Sivera.
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