Los contrastes de un empate amargo

Los de un equipo que sigue sin ganar fuera (25 salidas entre la temporada 2021-22 y ésta) y al que parece faltarle poso y pausa cuando las circunstancias del partido le cambian el plan. No supo jugar contra diez ante los blancos ni tampoco ante los txuri-urdin. Como si se quedara atenazado en la duda de nadar o guardar la ropa. Y al final, ni una cosa ni otra. Quizás algo de vértigo a sumar un triunfo muy valioso en lo numérico y en lo emocional. Porque contra uno menos el Alavés no creó demasiadas ocasiones más allá del penalti -muy claro- y en el descuento terminó pidiendo la hora. El penalti a favor de la Real anulado por el VAR -muy claro que no lo era- fue solo el aviso del sufrimiento que vino en el tiempo extra: larguerazo de Take, dos intervenciones de Sivera, el gol local y tiempo para otra llegada más.

Sedlar lesionado, Abqar con su selección y Duarte sancionado. Mal tiene que ver Luis García a Maras, inédito aún en Liga, para poner por delante a dos laterales cuando solo quedan dos centrales puros sanos en todo el plantel. Si en citas anteriores fue el almeriense, en Donostia le tocó el turno a Nahuel Tenaglia, que jugó su tercer partido liguero como titular. En una posición que, aunque ya conocía, no es la suya. Pero jugó como si lo hubiera sido siempre, porque el argentino cumplió con nota.

Sin complicarse con la pelota, bien en el juego aéreo, atento a cortes y coberturas y bien complementado con Rafa Marín, que también hizo un buen partido. Y providencial en un balón que le rebañó en el área a Oyarzábal en la primera mitad y en una carrera que le ganó a la contra a Take Kubo en la segunda. Otra opción a tener en cuenta para un Luis García que, en situación de necesidad, se aferra a la versatilidad de sus defensas. La de Duarte y Tenaglia. Incluso la de Álex Sola, que puede actuar de lateral derecho si, en una hipotética ausencia de Gorosabel, la situación reclama que el argentino se mantenga en el eje de la zaga.

El momento que tanto anhelaba la afición del Deportivo Alavés desde verano llegó en el Reale Arena. 149 días después de que una desproporcionada del defensa de Burgos Matos le produjera una grave lesión en un partido de temporada, Giuliano Simeone debutó en partido oficial con la camiseta albiazul. Casi cinco meses de mucho trabajo para poder disfrutar de su profesión junto a sus compañeros, el delantero argentino ya es uno más en el vestuario alavesista y volverá a tener minutos en Copa para acelerar en su puesta a punto.

Saltó al campo en el minuto 69 en sustitución de Samu (relevo de cesiones colchoneras). Como segundo punta, por detrás de Kike García en un dibujo que, con otro debut, el de Carlos Vicente (m. 65), buscaba verticalidad por las bandas y llegadas rápidas al área. Ninguno de los dos debutantes tuvo demasiado protagonismo en un momento del partido en el que el conjunto vitoriano, tras el gol de Luis Rioja, se aturulló en su propia renta. Un detalle del maño en banda como carta de presentación, pero son trece los goles de plata -nueve del argentino con el Zaragoza y cuatro del maño en Ferrol- los que llegan al rescate de un equipo al que le está costando en esa faceta.