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Ya hay sentencia. La Audiencia Provincial de Álava acaba de condenar a Pepe Nereo, mano derecha de Dmitry Piterman entre 2004 y 2007 en el Deportivo Alavés. Según ha sabido en exclusiva este periódico, el tribunal le considera autor de un delito continuado de ... apropiación indebida y otro societario. Por el primero le impone una pena de 2 años y 6 meses de prisión y por el segundo, un año y 9 meses. En total, 4 años y 3 meses.
Asimismo decreta para el empresario cántabro una responsabilidad civil de 2.937.682 euros. Eso sí, la magistrada Elena Cabero, redactora del fallo, le absuelve de los tres delitos de falsedad contable a los que se enfrentaba. Este juicio se centra exclusivamente en Nereo ya que el principal acusado, Piterman, no acudió al juicio en el Palacio de Justicia de Vitoria.
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De inicio, el tribunal recoge en su apartado de hechos probados que el 5 de noviembre de 2004, el procesado fue nombrado miembro del Consejo de Administración de la Sociedad Deportivo Alavés SAD y vicepresidente del mismo. Ese cargo oficial ha sido fundamental en la resolución condenatoria. Porque el texto legal admite el carácter presidencialista del mandato de Piterman. No obstante, apunta que Nereo «también era responsable de la situación económica».
Añade que ha quedado probado que el acusado se prevaleció de su posición para, con la «intención de obtener un enriquecimiento patrimonial ilícito», apoderarse o distraer fondos de la mercantil, o permitir que terceros u otros miembros del Consejo lo hicieran aprovechando su posición en dicho órgano.
De esta manera, siempre según el documento legal al que ha tenido acceso este periódico en exclusiva, se causó un «perjuicio económico grave» al club por 2,9 millones de euros mediante un conjunto de acciones que, según estima la sentencia de 91 folios, abarcan desde el abono con fondos del Deportivo Alavés de viajes y estancias en hotel, suyas y de terceros; a la emisión de facturas que no se correspondían a servicios prestados desde empresas a él vinculadas sin soporte contractual alguno que las justificase, entre otras.
Señalan los magistrados en su fallo que Nereo, y Piterman, con el fin de «ocultar su ilícito beneficio y la situación financiera real» del Club «desatendió sus obligaciones mercantiles relativas a la legalización de libros». Aparte de que «no llevó de forma fiel la contabilidad obligatoria durante los ejercicios 2004-2005, 2005-2006 y parte de 2006-2007, hasta que fue nombrado un nuevo consejo y se solicitó el concurso».
Este mediático proceso judicial se desarrolló entre el 8 y el 10 de abril, casi dos décadas después del desfalco a la entidad de Mendizorroza. Sólo se juzgó a Nereo porque su antiguo jefe, Dmitry Piterman, no se presentó con la excusa de una operación de rodilla que, en realidad, se realizó tres semanas después de estas vistas orales. De hecho, la Audiencia Provincial de Álava emitió recientemente una orden de busca y captura contra el máximo responsable del trienio negro en el Alavés (2004-07).
El empresario estadounidense de origen ucraniano vive en California con su nueva familia, ajeno a este proceso y sabedor de que no será extraditado salvo que vuele a Europa.
Nereo, de 62 años, sí acudió a su cita con la Justicia alavesa. Compareció ante los magistrados Jesús Poncela, Elena Cabero y Francisco García Romo y respondió a todas las preguntas de las acusaciones y, por supuesto, de su abogado.
Como el ausente Piterman, el empresario cántabro estaba acusado en un principio de un delito de «apropiación indebida» y tres de «falsedad contable». Como su exjefe y exsocio, se enfrentaba a una petición fiscal de un global de 7 años de prisión y a una multa millonaria. El Alavés subía esa petición de prisión hasta un total de 9 años. En este punto hay que recalcar que las casi dos décadas transcurridas desde los hechos han jugado en favor del ahora condenado. La Audiencia entiende que han existido lo que se considera como «dilaciones indebidas». Dicho de otro mado, al empresario cántabro le rebajan la pena impuesta por el excesivo tiempo transcurrido.
Según explicó durante el juicio la Fiscalía de Álava, durante su mandato se robaron 3,1 millones de euros, más de la mitad presuntamente por parte exclusiva del que fuera antes propietario del Racing de Santander y del Palamós. Ahora, la sala alavesa entiende que Nereo fue consciente de ese expolio y por eso carga contra él en el terreno económico exigiéndole la devolución de 2,9 millones de euros.
Durante el juicio, un par de exempleados del club señalaron en sus interrogatorios que Piterman era quien «hacía y deshacía» a su antojo. En esa misma línea se mostró el único procesado que sí acudió al Palacio de Justicia de Vitoria. «Era una persona muy peculiar. Yo le decía cómo estaba y qué el hiciera lo que quisiera. Podía decirle de poner kleenex y él que no», ilustró Nereo. «Hay cosas que tengo olvidadas por el tema del ictus», desveló también.
Los administradores concursales, encargados de evitar el hundimiento definitivo de la entidad, sí dijeron que aquella junta directiva, con Piterman a la cabeza y Nereo de lugarteniente, dejó el Alavés «al borde de la disolución». Estos expertos hablaron de cuentas sin auditar, facturas emitidas por «duplicado o triplicado», viajes personales cargados al club y hasta un sueldo astronómico como preparador físico a cargo del ucraniano.
Esta sentencia, sin embargo, no es firme y podrá recurrirse al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
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