El complejo laberinto de Martín

Su realidad ha dado un giro brusco en apenas unos meses. La lesión a finales de octubre de Ximo Navarro, hasta entonces su única competencia en el puesto, parecía haberle abierto de par en par las puertas de la titularidad. De octubre a comienzos de febrero fue un indiscutible primero para Calleja y después para Mendilibar. Era el lateral derecho titular del equipo, aunque había perdido el brillo de sus primeros meses como albiazul, que le llevaron incluso a hacerse un hueco en la selección española sub-21. Era un jugador menos entonado, pero con detalles de su valía y que reclamaba la continuidad necesaria para aumentar sus prestaciones.

Pero en el mercado de enero llegó Tenaglia y ahora es el argentino el que goza de minutos en el lateral derecho con un rendimiento satisfactorio. Su rápida adaptación, pese a proceder de un fútbol muy diferente como el argentino y llegar a Vitoria con la temporada ya avanzada, propiciaron pronto el cambio de cromos, que no parece tener marcha atrás. El argentino ha sido desde entonces un indiscutible para Mendilibar. Aunque todavía trabaja en afinar detalles de su juego, Tenaglia ha encajado bien en una defensa necesitada de seguridad. Desde que entrase en el once de partida tras el mal encuentro global contra el Elche, el lateral sudamericano ha jugado todos los minutos. Es ya el octavo jugador que más ha contado para Mendilibar, pese a que se quedó fuera durante sus primeras semanas por su proceso de adaptación y la falta de fichas libres.

Martín es el decimocuarto, lastrado por la falta de minutos los últimos encuentros. Este curso ha jugado dieciocho de los veintinueve partidos de Liga. Una situación que, con la saga consolidada, parece condenada a mantenerse hasta el final de temporada, salvo que se produzcan lesiones o sanciones. Tenaglia, con solo dos amarillas, está todavía lejos de cumplir cicli. Así llega el lateral vitoriano a un momento crítico, el final del contrato por cuatro temporadas que firmó en el verano de 2018, nada más terminar la temporada de su fulgurante irrupción en el primer equipo. Un vínculo largo, que ejemplificaba la apuesta del club por el único canterano que logrado asentarse en la plantilla profesional en los últimos años. Un futbolista llamado a ser un fijo, pero que también ha experimentado algunos altibajos en las últimas temporadas, también marcadas por el zigzagueante desempeño colectivo.

En ese escenario, es desde enero un jugador libre de negociar su incorporación con cualquier equipo a partir de la próxima temporada. Pese a que algunas informaciones lo vinculaban con el Villarreal, EL CORREO ha podido confirmar de fuentes cercanas al jugador que no se ha producido dicha oferta. Tampoco se han dado conversaciones en un proceso de renovación que, como el de muchos de sus compañeros, puede estar condicionado por el incierto futuro deportivo que vive el equipo.