Viento en popa

El caso es que el técnico local Luis García volvió a acertar de pleno con su once inicial, con los jóvenes canteranos Javi López y Abde haciendo estragos por la banda izquierda. Hubo cinco jugadores –la mitad del equipo, porque el guardameta Sivera casi fue un convidado de piedra– que se encargaron de bordar la faena en ataque. El defensa canario Javi López asistió en los dos primeros goles por su profundidad, el argelino Abde marcó el segundo demostrando otra vez su gran olfato y un Rioja a pierna cambiada inició la jugada del primero desde el área propia y asistió en el tercero.

Pero es que sobre Guridi pivotaron en tres cuartas partes del campo los dos primeros tantos y el joven melillense Samu forzó el primero y marcó el tercero en su primera titularidad en Mendizorroza. Se consagra como 'pichichi' de un equipo que sabe a lo que juega, con una enorme pegada al contragolpe y la defensa que menos tiros consiente a su portería. No le vino mal recibir a un contrario que con su técnico Paco López atesoraba el balón pero con una zaga que dejó mucho que desear con amplios espacios para los atacantes albiazules. A diferencia de la alavesista, donde defienden todos y son los primeros en atacar. Los vitorianos sólo se relajaron al final, al conceder el tanto del honor visitante y de penalti, porque los minutos de la ansiedad por contar más le jugaron una mala pasada a Benavídez.

Sirva de lección ante conjuntos más equilibrados y con menos urgencias, que no perdonan ninguna desconexión, por mínima que sea. Es decir, se juntaron el hambre con las ganas de comer, con un Alavés que basa su salvación en casa y un oponente que sólo ha conseguido un punto a domicilio. Aunque también las últimas visitas del Granada acabaron de todos los colores y hay que reconocer que de medio campo para arriba tiene notorias individualidades. Es cierto que su mejor hombre de la delantera, el internacional Bryan Zaragoza, no pudo actuar por sanción, pero sus otros compañeros peligrosos no rascaron bola, como vulgarmente se dice.

La verdad es que el partido, con los últimos minutos de la basura y para rodar a más futbolistas, salió redondo con una victoria, tan merecida como cómoda. Y con todas las anotaciones psicológicas, la local primera pasados los diez minutos, la segunda antes del descanso y la tercera antes de la hora de juego y la contraria sin apenas tiempo para reaccionar. Además, con un conjunto de una media de edad de las más bajas de la categoría, con canteranos y pese a las cesiones, al que por lo tanto se le augura un amplio margen de mejora.

Lo que se transmitió en una frescura contagiosa para la afición, con una madurez impropia en la zaga, como los centrales Abqar y Marín y el lateral Javi López. Y como hay que ir partido a partido, toca examinarse fuera de casa como asignatura pendiente, tanto en la próxima comparecencia liguera en Mallorca ante otro rival de nuestro pelo como la copera contra un Zamora inferior. Ya habrá tiempo para poner notas a domicilio con la confianza de que el equipo juegue como en casa, pero sobre todo puntúe casi igual.