Suma y sigue a lo suyo

Pero pese a que el conjunto albiazul recuperó a todos sus efectivos tocados con la única novedad en el once de Duarte como lateral izquierdo, la falta de precisión en la salida del balón fue determinante. Y contagiosa o forzada también para un contrincante con mucha calidad individual, pero también exagerada irregularidad, como lo demuestran sus últimas derrotas europeas. Es decir, un conjunto forastero donde las partes suman contra otro local donde las mismas restan, a no ser que trascienda alguna genialidad en jugadas aisladas. Porque la baja del bético Isco la suplió un Fekir todavía sin estar al cien por cien para enganchar arriba y con muchos cambios de cromos en la delantera local, pero sin suficiente dinamita para trastocar la seriedad y ayudas defensivas de los zagueros locales.

Es cierto que tras la reanudación el Betis metió una marcha más al partido, pero es cuando justo apareció otra vez la figura salvadora del cancerbero Sivera. El otro emblema alavesista, el extremo Rioja, no pudo apenas exhibirse ante su equipo de toda la vida y que intentó su contratación en el mercado de invierno. Pero el caso es que al final la ansiedad andaluza por ir con todas a por la victoria le pudo costar un disgusto, ya que el Alavés le jugó al contragolpe, forzando bastantes saques de esquina. Y es que cualquier detalle, como las acciones a balón parado, pudieron desnivelar la balanza, aunque nadie hizo tanto mérito como para llevarse sobrado el triunfo.

De esta forma, no se pudo igualar otro hito histórico como conseguir otra vez en Primera tres victorias seguidas a domicilio. Tampoco se pudo ver puerta por sexta vez consecutiva ni el punta Samu anotó en su cuarto partido consecutivo, pero hay que valorar el punto conseguido. Sobre todo, porque se aumenta hasta once la distancia con respecto a la permanencia e incluso los puestos europeos solo están a un punto más, es decir, a doce. La conclusión es que salvando algunos apuros tras la reanudación, el Alavés volvió a demostrar lo difícil que es hincarle el diente. Incluso, cuando pareció conformarse con la igualada, los espacios de un rival desesperado por marcar y no perder su plaza europea le dieron sus opciones no culminadas por su falta de precisión con el balón en campo contrario.

La próxima comparecencia en Vitoria contra un Mallorca también rocoso pero con menos puntos en Liga pese a su meritorio recorrido copero puede marcar una gran tranquilidad ambiental. Aun así, vienen más duelos ante rivales asequibles, contra los que conviene puntuar, antes de recibir una tanda de muchos por encima en la tabla. El objetivo ha de ser planificar cuanto antes una próxima temporada que con margen de maniobra puede ser ilusionante si se mantienen las principales ideas. Me refiero a la continuidad del técnico García Plaza, que está sabiendo sacar el máximo provecho a sus mimbres y una vez resguardados los mejores jugadores, seguir fichando con acierto. Y no me refiero a los cedidos, como Samu, Sola y Marín, que no depende de nosotros, sino seguir atinando con futbolistas como Guevara y Blanco, por ejemplo y no como otro fijo como Gorosabel, que se paga y ficha solo para una temporada, para acabar marchándose.