Un querer y no poder en el regreso del Alavés a Primera

Y todo se desequilibró muy rápido al principio con un gol local tras jugada a balón parado, que podrá ser nuestro mejor amigo o enemigo, como fue finalmente en tierras andaluzas. Porque en juego el conjunto albiazul plantó cara al oponente, sobre todo tras la continuación con los cambios y poco que perder ya.

Porque de inicio el técnico artífice del ascenso, Luis García Plaza, apostó más por individualidades que por el conjunto, con una táctica donde primó lo primero. Es decir, empezó con tres centrales, debilitando una medular en inferioridad numérica. De esta forma, en la primera parte apenas hizo cosquillas de tres cuartas partes del campo para adelante con Miguel de la Fuente muy solo arriba. E hizo jugar al vitoriano Ander Guevara más adelantado y a Jon Guridi más escorado, sufriendo el primero reculando hacia atrás y el segundo cayendo a banda.

Porque los carrileros, tanto Rubén Duarte y otro ex realista como Gorosabel, bastante tenían con subir y bajar por los extremos. Hasta que en la segunda parte enseguida debutó el punta Kike García para hacer sufrir más a los centrales amarillos, que acabaron con tres ante la última bala visitante de otro delantero como Sylla. Fue antes cuando ya el Alavés tiró de coraje al apostar por cuatro defensas y poder mantener más el balón en el centro del campo ante un equipo local pidiendo la hora.

De hecho, el Cádiz hizo de Alavés en casa y este curso veremos más de un partido agónico hasta los minutos fatídicos después del noventa, por lo que habrá que poner en valor el esfuerzo defensivo. En este caso, de un Alavés cocinado desde atrás, pero que deberá dar un paso al frente en ataque. Para ello, debe recortarse cuanto antes la alargada sombra por la importante baja del joven delantero Simeone y reforzarse con algunas garantías más.

El equipo no varió demasiado del que subió de Segunda División hace apenas dos meses in extremis y se necesita más juego ofensivo cerca del área contraria, no sólo al contragolpe. Pienso que faltan otro mediapunta para dar respiro a Guridi y otro extremo para lo mismo con Luis Rioja y así crear más peligro en la portería rival. O por lo menos un futbolista que pueda simultanear ambas posiciones.

Insisto en que el sufrimiento puede ser excesivo si no se equilibra el conjunto, que ayer empezó jugando demasiado descompensado, aunque acabó mucho mejor, tanto por la inercia propia de buscar un revulsivo como por la variación táctica con otras piezas, aunque también influenciado por las amonestaciones tras la reanudación de Sedlar y Duarte. Debemos interiorizar cuanto antes que estamos otra vez en la máxima categoría y debemos aprender por qué bajamos y cómo subimos.

No creo que encontremos muchos más oponentes tan justos como el Cádiz y conviene espabilar desde el principio, que después se hace muy complicado ir a remolque en esta categoría donde impera la calidad. Así, que a dar buena cuenta de la visita del Sevilla a Mendizorroza el próximo lunes, aprovechando su dubitativo comienzo y el examen para nota que pasará mañana por el trono europeo ante el todopoderoso Manchester City. Por delante, además, dos semanas y pico de mercado que deben de terminar de dar forma a un equipo que en el Nuevo Mirandilla demostró estar aún en construcción.