Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada, sentido Cantabria, por la avería de un camión

Aunque al calor de su afición, el Alavés rompió anoche su racha casera en un derbi donde el Athletic hizo valer sus galones. La derrota local se fraguó en una primera parte donde sólo existió el conjunto forastero, que ya tomó ventaja en el marcador ... con gol del mayor de los hermanos Williams. Menos mal que el pequeño, Nico, estaba lesionado, aunque a última hora también se notó la baja del alavesista Blanco.

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De esta forma, con la única novedad de Benavídez se ganó músculo en la medular con el debut ya no tan arriesgado en el once de Hagi en la mediapunta. El sacrificado fue Guridi, que tras la continuación actúo en su posición más natural del doble pivote, sobre todo en casa. También le tocó el turno a Javi López por el lesionado Duarte y más tarde otro punta como Samu, el extremo Abde y finalmente Alkain. Pero cuando más pudo merecer el equipo albiazul el empate, el jugador rojiblanco de más calidad, Sancetm, marcó el tanto de la puntilla (0-2) tras una reanudación más igualada.

De esta forma, los cambios visitantes buscaron tener más el balón y refrescar todas sus líneas, con el bienvenido Asier Villalibre presionado arriba. Es decir, el Athletic mostró su mayor poso en Primera división con una proeza histórica sin ningún descenso y una política deportiva a prueba de bombas. Se notó también su mejor conjunción entre futbolistas y entre sus líneas por su mayor conexión de una plantilla que no varía tanto tras cada temporada.

Además de su segura defensa, también acertó en ataque, su talón de Aquiles a domicilio, que ayer superó. Y al Alavés no le bastó con una zaga reconocible, cuando le cuesta tanto crear ocasiones de gol. Sobre todo en la primera parte, dado que tras la continuación mejoró claramente su apuesta ofensiva, pero sin tan el necesario olfato de gol. También el reconocido técnico Valverde, que se conoce al dedillo cada rincón de Mendizorroza, le pudo ganar la partida a su homólogo local Luis García, tan nervioso como amonestado. De hecho, la próxima visita alavesista a Vigo debe marcar un antes y un después en la trayectoria fuera del Alavés, necesitando puntuar ya, por mucho que luego vengan seguidos a Vitoria Osasuna y Betis. Y en un derbi de estas características es difícil abstraernos del significado de ambas canteras, por mucho que en un gesto para la galería fueran convocados los jugadores del filial albiazul Ropero y Mendes.

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Si nosotros seguimos construyendo el edificio por el tejado, nuestro vecino es un experto en sacar enorme tajada con hombres de la casa. En el Athletic jugaron ayer cuatro futbolistas alaveses como titulares -por no insistir con un entrenador que creció también aquí-, incluyendo al portero Simón, también de la selección absoluta y cortando de raíz cualquier disparo albiazul. En el Alavés estuvieron anoche como suplentes dos canteranos, uno canario, Javi López, y el otro argelino, Abqar, con el portero reserva Owono que vino temprano de Zubieta.

Más que 'mal de ojo' parece que tenemos muy mal ojo para descubrir talentos precoces o canteranos, cuando ya llevamos años con más recursos para su formación. Y lo de un jugador con denominación de origen alavés en la primera plantilla se ha subsanado esta temporada con Guevara que ayer acabó de capitán, aunque criado fuera. Menos mal que tenemos la mejor y más considerada afición, acostumbrada a animar juegue quien juegue y mientras los futbolistas lo sigan haciendo con tal bravura y orgullo.

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